Jorge Frasca: observador del escenario infinito natural de nuestra tierra
Por Marisa Massaccesi | 07-04-2020 12:30hs
El mundo es una gran vidriera para la cultura y el arte argentino y no podemos dejar de mencionar a un gran autodidacta nacido en 1945 en la provincia de Buenos Aires: Jorge Frasca.
El artista sabe cómo plasmar en sus telas el sentir de los paisajes rurales, donde pareciera que quien observa sus obras puede percibir en su rostro la caricia del aire, el despertar de la luz y hasta la textura que tiene la tierra o los ladrillos de esas casas o almacenes de campo que observamos en el largo camino de su corriente pictórica.
Sus paisajes hablan o callan por sí mismos. Frasca y ese escenario natural forman uno solo, como un galpón olvidado, acompañado con un carro que nunca se pudo reparar y ahí quedó, solidarizándose con el horizonte que está unido al cielo en una increíble comunión de imágenes.
Cada movimiento de las ramas de un árbol, los distintos colores de la paleta que compone el cielo, el sol que envuelve una casa antigua a la hora de la siesta, son algunas de las tantas características de la obra de este artista bonaerense; que no ha pasado por alto la luz de los desiertos, los pueblos blancos andaluces y las medinas rojas de Marruecos.
Desde 1980, su obra forma parte de varias colecciones privadas tanto en nuestro país como en distintas partes del mundo, sigue trabajando en nuestra tierra y no ha autorizado que su obra tenga participación alguna en concursos o premios.
Sus trabajos nos muestran una dedicada búsqueda y un permanente descubrimiento de la luz, el silencio, la brisa, las texturas y una transformación mágica que invita a la contemplación para adentrarse en un realismo de sueños