En Argentina, al igual que en el resto del mundo, el trabajo infantil se verifica con mayor intensidad en las áreas rurales y en el sector agropecuario. "Acceso al agua para reducir el trabajo infantil en zonas rurales" consiste en una investigación que se desarrolló gracias a las experiencias de cooperación técnica llevadas adelante entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Oficina de País de la OIT para Argentina, bajo el proyecto de esta última “Offside: ¡Marcando la cancha!”.

El proyecto está financiado por USDOL Estados Unidos y refleja el potencial de las intersecciones entre las políticas públicas orientadas al desarrollo rural y las que se enfocan en la prevención y erradicación del trabajo infantil.

El Agrario tuvo acceso a la investigación. Puntualmente los resultados convocan a atender el impacto que tienen el desarrollo y la implementación de tecnologías en la organización y distribución de las actividades productivas y domésticas entre los agricultores familiares de Argentina. Y lo hace con un foco particular: las tareas que niños, niñas y adolescentes llevan adelante, tanto dentro como fuera de la unidad familiar.

Según la investigación, las tecnologías de acceso al agua promovidas en el marco del Programa ProHuerta lograron reducir a la mitad el tiempo que los hogares dedicaban a la búsqueda y acarreo de agua, tareas realizadas por un número significativo de niños y niñas entre 5 y 12 años. Las familias que participaron del relevamiento valoraron que este tiempo, que solían dedicar al acarreo de agua, puede ahora utilizarse principalmente para el desarrollo de actividades escolares y el esparcimiento de los niños y niñas.

José Voytenco, Secretario General de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), participó junto a María Eugenia Figueroa, coordinadora nacional del proyecto Offside de la OIT Argentina, Yukiko Arai, directora de la OIT Argentina, y Diego Ramilo, director del Centro de Investigación para la Agricultura Familiar del INTA, del seminario virtual "Acceso al agua para reducir el trabajo infantil en zonas rurales. Un aporte a la innovación tecnológica en la agricultura", en el que se presentaron los resultados de dicho estudio.

Un total de 17.828 familias participaron en los 534 proyectos de agua para uso integral. Entre ellos, se encuentran los implementados en 2019 a través del Programa Especial de Cisternas Rurales, en el marco del cual se construyeron 2.397 cisternas de placas, una tecnología difundida por el INTA y otros organismos para la captación y almacenamiento de agua de lluvia.

"La  implementación de tecnologías para disminuir la vulneración de derechos es un paso importante que también redefine nuevas reglas de juego en el marco de las familias rurales, profesionaliza la tarea y contribuye a visibilizar, aún más, las complejas causas del Trabajo Infantil Rural", destacó Voytenco durante el inicio de su exposición.

Asimismo, reconoció la labor del INTA, para que el agua llegue a las familias más vulnerables del sector: “El relevamiento de datos es fundamental, para la acción concreta, y el Programa ProHuerta viene reflejando sus avances, que contribuyen en mejores resultados.”

La investigación observó que la mejora en el acceso al agua redujo significativamente el promedio de horas semanales dedicadas a distintas tareas de acarreo y provisión de agua. A partir de la implementación de los proyectos especiales del programa ProHuerta, fue posible pasar de 17% a 53% de hogares que cuentan con agua por cañería dentro de la vivienda, al tiempo que todas las familias involucradas en esos proyectos cuentan ahora con acceso al agua dentro de su predio, lo cual reduce el tiempo destinado a la obtención y el transporte de agua.

Voytenco, como representante de la entidad sindical que agrupa a los trabajadores que desempeñan tareas en el sector agropecuario, subrayó que considera sumamente necesaria la construcción de acueductos que garanticen el acceso al agua en las zonas rurales en condiciones suficiente, saludable, aceptable, físicamente accesible y asequible.

“El Estado debe garantizar la sostenibilidad del servicio público con un plan de infraestructura adecuado a las necesidades, concientizando sobre el uso responsable del recurso. La gestión sostenible de nuestros recursos hídricos mejorará la producción de alimentos y energía, contribuyendo a lograr Trabajo Decente, crecimiento económico, adoptando medidas para combatir el cambio climático”, enfatizó.

Asimismo, el dirigente agregó que las enfermedades relacionadas con el agua y el saneamiento siguen estando entre las principales causas de fallecimiento de niños menores de cinco años. “Es indispensable ampliar la cobertura tanto de agua de red como sistemas adecuados de saneamiento, con costos accesibles a fin de universalizar los derechos básicos”, señaló.

En cuanto a las tecnologías de acceso al agua más utilizadas, se realizó un relevamiento en 187 familias de distintas regiones del país. Esto involucró a un total de 497 niños, niñas y adolescentes en los 187 hogares estudiados. Entre ellos, casi 8 de cada 10 (396) tienen entre 5 y 17 años.

La encuesta dejó al descubierto que más de un tercio de las familias encuestadas (67) recurren a más de una fuente de agua para abastecerse y cubrir sus múltiples necesidades productivas y reproductivas. Actualmente, el agua de lluvia es la más utilizada y 77 familias relevadas dependen de ella para acceder al recurso. Otras 59 familias utilizan distintas fuentes de agua superficial, como vertientes o manantiales, arroyos o ríos (20) y lagos o lagunas (4). En tercer lugar, 58 familias utilizan fuentes de agua subterránea, mientras que la recarga por camión cisterna (37) y la red pública (28) ocupan el cuarto y quinto lugar entre las fuentes utilizadas. 

A su vez el estudio detalló que un cuarto de los 396 niños, niñas y adolescentes de los hogares encuestados (24,7 por ciento) participa de la actividad de juntar agua. Dentro del grupo, de los 98 niños, niñas y adolescentes que juntaron agua durante la semana que se realizó la encuesta, se observó también la realización de otras actividades productivas: el 44,8 por ciento participó del cultivo y cosecha de productos agrícolas; el 10,9 por ciento participó además del cultivo y cosecha de productos agrícolas o de huerta para la venta; un 78,9 por ciento participó además de las actividades de limpieza y lavado de los platos o la ropa u ordenado la casa; y un 14,6 por ciento del total que juntó agua en la semana de referencia, también trabajó al menos una hora fuera del predio.

La importancia de políticas integrales

En otro orden, el Secretario General de la Uatre, que pone su sello en el compromiso por eliminar el trabajo informal, la trata con fines de explotación laboral y el trabajo infantil, reflexionó sobre las consecuencias que la pandemia de Covid-19 dejó en las dimensiones Económica, Social, Ambiental y de Gobernanza en Argentina. “Se ensancharon las desigualdades sociales, la sostenibilidad ambiental y las necesidades de la sociedad en su conjunto”, expresó.

Seguiremos consolidando el diálogo social permanente con diferentes sectores, colaborando en el diseño de políticas públicas integrales e inclusivas, promoviendo una transformación productiva sostenible reduciendo las vulnerabilidades, con infraestructura que acompañe los procesos en cada territorio.

En este sentido, recordó el compromiso del Presidente Alberto Fernández de “empezar por los últimos para llegar a todos y sus acciones están en línea con combatir la pobreza, sin dejar de considerar su Plan Operativo de preparación y respuesta al Covid-19, que impactó fuertemente".

“Seguiremos consolidando el diálogo social permanente con diferentes sectores, colaborando en el diseño de políticas públicas integrales e inclusivas, promoviendo una transformación productiva sostenible reduciendo las vulnerabilidades, con infraestructura que acompañe los procesos en cada territorio”, concluyó el dirigente gremial.

Cabe destacar que participaron del encuentro los investigadores: María Teresa Gutiérrez, especialista principal del departamento de Políticas de Empleo de la OIT, Ginebra;  Matías Crespo Pazos, oficial del proyecto Offside, OIT Argentina; Cristina Manzano, representante de la Unión Industrial Argentina (UIA).

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