Cuando fui niño me crie entre Rosario, San Nicolás, J. B. Molina y el Viejo Barrio de Palermo en Capital Federal. En los cuatro lugares me sentía como en mí casa, fundamentalmente cuando salía a las veredas.

Eso era lo que tenían en común esos lugares, las veredas, que en la década del 60 eran decoradas con canteros cuadrados o redondos, que en el medio lucían una planta de cítricos, que daban algo parecido a una naranja a veces y otras veces parecían peras y otras veces mandarinas, de acuerdo a la época del año en la cual transitábamos, pero tenían un pequeño inconveniente; eran incomibles por lo amargas y ácidas.

Ese paisaje urbano era decorado por la BERGAMOTA.

Este cítrico que nos ha llegado desde la Calabria Italiana, y que tan bien ha crecido en estas tierras del cono sur, es buscado hoy día por grandes importadores mundiales para proveer diversas líneas de producción con este fruto, por ejemplo, se utiliza para:

• Perfumería
• Cosmética
• Cosmética Capilar
• Licores
• Aromatizador de Tés
• Complemento para la cocina asiática y mediterránea
• Reduce los daños por excitotoxicidad en las células neuronales
• Genera bienestar gástrico, como infusión luego de una comida

En estos momentos, el Mundo requiere gran cantidad de Bergamota, lo cual abre una nueva oportunidad para la producción de ese cítrico desde la Argentina, tal como ya lo es el limón, la naranja o la mandarina.

La Bergamota es una fruta noble que se da en las cuatro estaciones del año, por lo cual constituye una enorme posibilidad de producción desde la Argentina hacia el Mundo