Sabemos que el COVID-19 originó una crisis global del aprendizaje.

Los países del mundo se movilizan y trabajan todo el tiempo en cómo llegar a sus alumnos con los contenidos pactados en tiempos de la pandemia del COVID-19.

El cierre masivo de establecimientos escolares está produciendo cambios drásticos con el dictado de clases; padres e hijos se ven involucrados en una nueva modalidad;contenidos que antes se hacían en la escuela mientras sus padres trabajaban,  ahora se ven en casa, unidos en la mesa, con el trabajo remoto y las aulas virtuales. Este proceso nuevo es sobre todo un aprendizaje de convivencia familiar.

No es sólo conectarse y buscar información. Comprometidos cada uno con su tarea o trabajo, los niños a su vez necesitan un acompañamiento de sus padres; más allá de los aportes que realizan los docentes online.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la mitad de los estudiantes del mundo están sin clases.El registro alcanza a 850 millones de niños y jóvenes que no concurren a los distintos niveles del sistema educativo.

En nuestro país, el Presidente, Alberto Fernández, cuando extendió la cuarentena, expresó: “Ya tendremos tiempo para recuperar el tiempo de clases. Las escuelas han desarrollado un sistema de educación a distancia que no está funcionando mal. Los chicos tienen la tarea que les manda el colegio. A muchos que me consultan, les aclaré que yo dije que no hay clases, no que no haya tarea”.

Existe una amplia penetración de teléfonos celulares en todo el mundo, junto con la disponibilidad de las tecnologías educativas tales como Google Classroom,que es una herramienta creada por Google en 2014, y destinada exclusivamente al mundo educativo. Su misión es la de permitir gestionar un aula de forma colaborativa a través de Internet. Otra herramienta a utilizar consiste en una reunión de videoconferencia con Zoom. Puede unirse a estas reuniones a través de una cámara web o teléfono. Skype es un software que permite que todo el mundo se comunique para hacer llamadas y video llamadas gratis individuales y grupales, enviar mensajes instantáneos y compartir archivos con otras personas que lo usan, hacen que el aprendizaje digital sea una herramienta decisiva para mitigar la pérdida de clases.

Educación rural

Según fuentes del Ministerio de Educación de la Nación en  nuestro país hay cerca de 21.000 escuelas rurales donde estudian alrededor de un millón de alumnos (datos de 2018).

Cada una de las provincias tienen autonomía en la forma de aplicar la ley nacional de educación, por lo tanto aparece la desigualdad en cuanto al acceso a la información y a las redes de comunicación.  Cada una de estas provincias cuenta con un presupuesto propio donde asignan diferentes partidas destinadas a la educación.

“En http://seguimoseducando.gob.ar/  podés encontrar recursos educativos organizados por área temática y por nivel educativo (inicial, primario, secundario). Y en la Televisión Pública cada mañana de 9:00 a 11:00 y por las tardes de 14:00 a 16:00”,  declaró el Ministro de Educación, Nicolás Trotta.

A diferencia de la nueva  escolaridad de zonas urbanas, por causa de la cuarentena, la suspensión de clases en el ámbito rural hace que el único protagonista sea el total aislamiento que conlleva a la inequidad que existe entre el campo y la ciudad