Ansiosos de poder comenzar a ver parámetros de recuperación económica, todos los países del mundo se encuentran en vilo y sumergidos de una u otra manera en la economía de pandemia, que generó consecuencias hasta el momento tres veces mayores que la crisis financiera del 2008. Si bien el mayor impacto parece haber quedado atrás, cuando recién se conocía la existencia del virus y el mundo no estaba lo suficientemente preparado para enfrentarlo tanto en recursos como en conocimiento, las posibilidades de un rebrote intranquilizan.

De acuerdo Nariman Behravesh, economista de la consultora IHS Markit, el coronavirus generó una crisis como ninguna otra desde la década de 1930, provocando una recesión prácticamente en todo el mundo excepto en China. La combinación del miedo, la incertidumbre y los constantes cambios de protocolos adecuándose a la nueva información, tampoco colaboran a la recuperación. No obstante, aclaró a quienes adjudican la profunda recesión a los cierres preventivos, que países que no hicieron un bloqueo también sufrieron "severamente" en su economía, principalmente porque "los consumidores por miedo a contraer el virus no van a lugares donde normalmente lo harían". Y, si bien en varios países del mundo ya se comenzó a ver una merma en las cifras de contagio, los fantasmas de un rebrote preocupan, pese a que los sistemas de salud se encuentran más preparados que al inicio de la pandemia.

La recuperación económica resulta compleja para el economista ya que no sería tan lineal y permanente como se cree: "Al salir de una recesión profunda, obtendremos lo que se llama rebote técnico. Estamos viendo un patrón de crecimiento de rebote y desvanecimiento en todo el mundo. En Estados Unidos, veremos un crecimiento fuerte en el tercer trimestre, que luego se desvanecerá; es decir, el PBI bajó un 32% en el segundo trimestre, creemos que va a terminar de subir un 30% en el tercer trimestre pero para el cuarto trimestre volverá a bajar al 2,5%".

El crecimiento a nivel mundial, para el Behravesh, sería recién en el cuarto trimestre del año y en 2021, pero todo "está sujeto a la vacuna" y a la distribución de esta, considerando que "hay mayores posibilidades de crecimiento si está la vacuna", pero no se puede esperar su disponibilidad generalizada al menos hasta la segunda mitad del 2021.

El final del túnel de la crisis económica, de acuerdo al consultor, puede variar: la recuperación puede tomar forma de V, que sería un caso ideal en el que la economía sufra rápida y fuertemente seguida de una recuperación inmediata a los índices previos a la caída; en forma de U en la que le economía global se estanque durante un tiempo aproximado de 2 años, para luego experimentar un aumento progresivo a su pico anterior o bien en W, que implicaría una fuerte caída, seguida por período de recuperación y luego una nueva caída de la economía, como sucedió a finales de 1980.

Las expectativas están puestas en que se genere una recuperación del tipo V, pero las posibilidades de una segunda ola acrecientan las posibilidades de que sea del tipo W. El Foro Económico Mundial, encuestó a más de 600 directores ejecutivos de empresas de varias partes del mundo para evaluar sus perspectivas al rededor de la recuperación económica: el 42% consideró que la recuperación seguirá una trayectoria con forma de U, un 23% espera una segunda contracción en tipo W y  21% aseguró que será una recuperación rápida del tipo V. No obstante, la situación es incierta y condicionada a particularidades de cada país.

Behravesh destacó que el virus golpeó a todos los países, inclusive los más ricos del mundo, pero las economías en desarrollo como América Latina se encuentran doblemente golpeados por "el colapso de crecimiento y del comercio mundial y por el colapso y variabilidad de los precios de las materias primas".

La salida de este escenario financiero global, para el economista, podría devenir en un nuevo paradigma económico en el que se prime la "economía verde", buscando apuntar a generar un menor impacto al medio ambiente a través de tecnología pero no supliría la afección que el virus generó al mercado de trabajo dada la vulnerabilidad de los trabajadores de contraer el virus y los altos costos que podría implicar para los empleadores, pudiendo entonces elegirse en un futuro modalidades de trabajo con mayores niveles de precarización.

Argentina, en términos de recuperación económica, se encuentra al inicio de un plan para repuntar, así lo confirmó el ministro de Economía, Martín Guzmán, que aseguró que “Argentina va a transitar el sendero de la recuperación en 2021”, pero para ello será menester que se “estabilice la economía argentina, generando previsibilidad y estabilidad”.

Para obtener la estabilidad, para Guzmán será necesario que “se debata sobre la base de la seriedad y de manera civilizada”, apartándonos de la dicotomía de la grieta, ya que “genera niveles de ansiedad y falta de confianza que nos dañan a todos”. “Venimos observando en el tercer trimestre del año, datos que son alentadores (…) pero hay que ir construyendo mayor confianza sobre el sendero que la Argentina va a transitar para la recuperación económica en 2021”.

El proyecto de recuperación de nuestro país, en tanto, contempla un “déficit fiscal primario del 4,5% y de un déficit total del 6% sumando el servicio de deuda, un crecimiento del PBI del 5,5% y una inflación anual del 29%”. No obstante, el éxito del proyecto de recuperación económica es tan permeable al contexto como el de los principales países del mundo.

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