ESPAÑA: TRISTE PERO REAL

'La gente estaba al lado nuestro asfixiándose y nosotros sin poder derivarlos'

Dramático relato en primera persona del médico argentino que se encuentra trabajando en Madrid, España. Gonzalo Fernandez nos cuenta cómo son sus días atendiendo pacientes con COVID-19. A continuación te compartimos su desgarrador testimonio.

Por Marianela Chimento | 21-04-2020 12:24hs

Gonzalo Fernández, médico argentino de 30 años, recibido en la Universidad de Buenos Aires, UBA, viajó a Europa para perfeccionarse en anestesia y terapia intensiva. Hace dos años se encuentra ejerciendo la medicina en Madrid, España, en un centro de tercera edad dónde hoy en día el coronavirus marcó su vida. A continuación nos cuenta su fuerte y desgarradora experiencia en primera persona. Compartimos su testimonio.

Nadie estaba preparado para enfrentar este virus, en ninguna parte de España y fue demasiado abrupto todo. El 10 de marzo fue el primer pico febril, el 12 ya teníamos 3 pacientes, y el 15 teníamos 12 con fiebre. La situación fue caótica ya que una vez que esas personas hicieron fiebre tuvieron que estar en aislamiento crítico y no se contaba con un equipamiento de protección individual para ir a verlos. Lo resolvimos con mascarillas y batas pero eso no cubre nada.

El ciclo del virus se compone en 15 días, una semana dónde hay afectación y una segunda semana dónde el sistema inmunológico reacciona al virus y lo elimina. Para terminarlo, este virus también elimina una parte de las estructuras pulmonares, entonces el pulmón queda con otro tejido. Lo que sucede es que el sistema inmunológico cura con colágeno, como se cura cualquier herida, y al curarse con colágeno un tejido elástico como es el del pulmón pasa a ser un tejido rígido y por esa razón las personas necesitan respiradores y oxígeno.

El asunto es que comenzaron a llamarme cada diez minutos porque un paciente tenía fiebre y, el 20 de marzo, me llamaban porque todos los pacientes estaban inestabilizados y necesitaban intervención médica muy invasiva. El problema se agravó porque al ser un centro chico no había tanta concentración de oxígeno, y se comenzó a acabar, entonces llegó el día donde el hospital colapsó. Y como pasó está situación en mi región, se presentó en toda España.

Por la edad de los pacientes, mayores de 65 años, no nos mandaban ambulancias y no los aceptaban en otros hospitales. Entonces llegamos al punto de tener que hacer un listado para ver a quien teníamos que priorizar con el oxígeno y eso fue muy triste.

Sin más alternativas, llegó el momento de armar el listado de los pacientes que menos esperanza de vida tenían y empezar a priorizar a los otros, tomando la decisión de desconectar gente, quienes respirando por si solos pudieron vivir dos días y nada más. Pero lamentablemente el oxígeno tampoco era suficiente para lograr la estabilidad de los pacientes que presentaban cuadros menos agudos. La apariencia del pulmón se hace rígida pero por otro lado cuando el virus interviene en el cuerpo genera inflamación, entonces se hincha (como cuando nos damos un golpe en cualquier parte del cuerpo), en esa inflamación hay agua en dónde debería haber intercambio gaseoso de aire, y eso es un grave problema, porque por mas oxígeno que uno le ponga, este no va a entrar.

La gente estaba al lado nuestro asfixiándose y nosotros sin poder derivarlos, sin poder poner una medicación que sea efectiva, no podíamos entubar en nuestro centro porque si bien nos hospitalizaron no éramos de atención intensiva. Desde el hospital central nos decían 'póngale paliativos', esto es un tratamiento asintomático para que la gente no sufra y pueda descansar en paz.

Con el correr de los días la situación se agravó, luego comenzaron a enviar más medicación, pudimos aplicar el tratamiento para la malaria en algunos pacientes que estaban bien, pero este medicamento en muchos de ellos comenzó a causar fallas cardíacas y esto es lo que pasa al poner tratamientos con muy poca base científica, los pacientes presentaron efecto adversos al punto de fallecer.

Toda esta situación además provocó el colapso del sistema funerario, teniendo en cuenta que los fallecidos por COVID-19 están dentro de categoría dos (como los fallecidos por ebola), lo que quiere decir que es un cuerpo totalmente tóxico, biológicamente activo.

Hace 10 días llegaron los tests rápidos y en abril pudimos segmentar el centro dividido en pacientes con COVID-19 al ala sucia, y por otro lado está el ala limpia. Además, ahora contamos con el equipamiento de protección individual, lo que nos brinda mayor seguridad. El correr del tiempo nos dejó aplicar protocolos pero lo tuvimos que aprender en el momento.

Esto es extremadamente contagioso, queda flotando en el aire unos 30/45 minutos de dónde estuvo la persona infectada, en el aluminio queda tres días, contagia tres veces más de lo que es el virus de la gripe, esta pandemia va a seguir hasta que no se encuentre una vacuna y los tratamientos son nuevos. Lo mejor que se puede hacer hoy en día es la prevención.En Argentina se tomaron las medidas a tiempo, pero eso no quita que el virus no llegue o se propague de manera fuerte. Hay que seguir y continuar con las medidas, mantenerlas y respetarlas a rajatabla.

Nosotros lo tuvimos que aprender en el momento pero en Argentina ya tienen el diario del lunes, entonces pueden tomar todas las medidas necesarias para que esto no pase.Extraño a mi familia y mis amigos. Eso es irremplazable. Solo quiero ir a verlos.

Más noticias

'Solidaridad, compromiso y trabajo'

Villarino avanza con la nueva etapa de la cuarentena administrada

IPCVA: “Todos pueden acudir a la carne para reforzar el sistema inmunológico”

Soja y trigo en baja, maíz sin cambios

Subas en soja, maíz y trigo

Las malezas no respetan la cuarentena