La insuficiencia de trabajo remunerado afecta a casi 500 millones
Según la OIT se estima que entre personas desempleadas, subempleadas y aquellas que han abandonado la búsqueda o no tienen acceso al mercado laboral, totalizan más de 470 millones de personas con problemas asociados a la falta de empleo o empleo insuficiente.
Por Ignacio Lautaro Pirotta | 01-02-2020 11:03hs
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que a nivel mundial hay 188 millones de personas se encuentran desempleadas, 165 millones no tienen suficiente trabajo (subempleadas) y 120 millones han abandonado la búsqueda de trabajo o no tienen acceso al mercado laboral. Totalizan más de 470 millones de personas con problemas asociados a la falta de empleo o empleo insuficiente.
Los datos son del informe publicado el 20 de enero, “Perspectivas sociales y de empleo en el mundo - Tendencias 2020”. Allí también se estima que el crecimiento de los desocupados durante el corriente año será de 2,5 millones a nivel mundial.
El informe de la OIT tiene cuatro puntos centrales sobre el mundo del trabajo durante 2019 y las tendencias en el corto plazo.
En primer lugar, según la organización, en los próximos años el bajo crecimiento de los países de más bajos ingresos afectará negativamente a los índices de pobreza y de calidad de trabajo. Además, el tipo de crecimiento, con acento en actividades de poco valor añadido, como servicios o agricultura, dificultará las mejoras en materia de pobreza y trabajo decente.
Otro de los puntos salientes del informe es el relevamiento de los datos de subempleo (165 millones de personas) y de desempleo (188 millones). La tasa de desempleo mundial en 2019 se situó en 5,4% y se espera que no varíe sustancialmente en los próximos años. Durante el período 2009-2018 la tasa de desempleo mundial presentó una disminución gradual. Dicha tendencia, según la OIT, parece haberse acabado.
Para la organización, los países que recientemente han sufrido una fuerte pérdida de puestos de trabajo no recuperarán rápidamente los niveles de empleo anteriores a las crisis. En países de altos ingresos, como Estados Unidos, se ha producido una significativa expansión del trabajo, aunque ello se produjo a partir de empleos en el sector de servicios, con menor generación de valor agregado si se los compara con el sector industrial.
Cerca de 2000 millones de personas trabajan en la informalidad, lo que representa el 61% de la fuerza de trabajo mundial.
En tercer lugar, el informe de la OIT pone el foco en el denominado trabajo no decente. Esto es: trabajos informales, trabajos mal pagos y/o con poco o ningún acceso a la protección social y los derechos laborales. Ese es el caso de 1400 millones de cuentapropistas y familiares auxiliares (aquellos que colaboran de manera informal con un familiar). En total, cerca de 2000 millones de personas trabajan en la informalidad, lo que representa el 61% de la fuerza de trabajo mundial.
Entre los más perjudicados por los bajos ingresos se encuentran 630 millones de personas que no ganan lo suficiente para salir de la pobreza extrema, considerada como aquellos que viven con menos de 3,20 dólares por día.
en América latina Latina se registran los índices más altos de subocupación
Por último, el informe menciona las desigualdades de los diferentes mercados de trabajo y al interior de los mismos. Por ejemplo, en América del Norte la desocupación alcanza al 4% y la subocupación al 1%, mientras que en América latina Latina se registran los índices más altos de subocupación, promediando el 8%. Al interior de los mercados de trabajo regionales, los jóvenes y las mujeres son los grupos más postergados. La tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral es del 47% contra el 74% de los hombres. El 22% de los jóvenes entre 15 y 24 años no trabaja ni estudia.
“Para millones de personas comunes es cada vez más difícil construir vidas mejores basadas en sus trabajos” sostuvo el Director General de la OIT, Guy Ryder. “La persistencia y la amplitud de la exclusión y de las desigualdades relacionadas con el trabajo les impiden encontrar un trabajo decente y forjarse un futuro mejor. Esta es una conclusión extremadamente preocupante que tiene repercusiones graves y alarmantes para la cohesión social”.
(*) Ignacio Lautaro Pirotta es Licenciado en Ciencias Políticas (UBA) y especialista en temas internacionales.