Está muy claro que desde el gobierno de Alberto Fernández se intenta construir una “tercera posición” en política exterior, sin alinearse a Washington pero manteniendo una posición crítica frente al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.

Alberto Fernández intenta construir una “tercera posición” en política exterior

El Grupo de Lima, creado en 2017 con un duro posicionamiento contra Maduro, no parece ser de interés para Fernández, quien evidencia un distanciamiento con los posicionamientos y la estrategia adoptada por ese grupo, al que Mauricio Macri suscribió y que tiene por detrás a Estados Unidos. Ante ello, las dudas sobre la permanencia o no en el Grupo de Lima surgen naturalmente.

El Grupo de Lima no parece ser de interés para Fernández

Según han informado numerosos medios de comunicación, dicha decisión respecto a permanecer o no en el Grupo de Lima estará supeditada a la relación que se quiera mantener con Estados Unidos. A su vez, la relación con Estados Unidos es de suma importancia debido al peso que ese país tiene en las decisiones del Fondo Monetario Internacional.

la decisión de permanecer o no en el Grupo de Lima está supeditada a la relación que se quiera mantener con Estados Unidos

La renegociación de la deuda contraída con el organismo requiere, por lo tanto, de una buena relación con los Estados Unidos. Pero, como lo expresó ante el medio Bloomberg un funcionario estadounidense que prefirió mantener el anonimato: el asilo a Evo Morales y los contactos con Maduro “podrían costarle a la Argentina el apoyo del FMI”.

el asilo a Evo Morales y los contactos con Maduro “podrían costarle a la Argentina el apoyo del FMI”

Así, entre otras decisiones, el presidente Fernández podría optar por la permanencia en el Grupo de Lima con la finalidad de no disgustar ni contradecir los intereses estadounidenses.

Por lo tanto, en materia de política exterior -al igual que en el plano interno- la enorme deuda contraída por la gestión de Mauricio Macri genera en la práctica una reducción de la autonomía argentina, entendida como la capacidad de decidir sin someterse a la voluntad o preferencias de otros.

la enorme deuda contraída por la gestión de Mauricio Macri genera en la práctica una reducción de la autonomía argentina

Esta situación, de tan obvia que resulta, a menudo puede perdérsela de vista: la deuda con el FMI y las dificultades de pago son centrales para definir el punto crítico y de debilidad desde el que parte el gobierno de Alberto Fernández.

El escenario regional, dominado por gobiernos de signo opuesto y con Jair Bolsonaro en el gigante vecino, empujó a Fernández a buscar un aliado en el México de López Obrador, país que, sin embargo, tiene una tradición de no confrontación con los intereses de Estados Unidos. La integración regional ha sido a menudo una estrategia para ampliar la autonomía, pero hoy no se muestra como un camino posible.

Por último, Alberto Fernández ha dado muestras de sobra de su capacidad de articulación política. Ahora, al frente del Ejecutivo, debe mostrar la capacidad de gestión que posee.

Alberto Fernández ha demostrado capacidad de articulación política, ahora debe mostrar la capacidad de gestión

De todas las áreas, las que más urgencia tienen son la económica y la social. Hoy el camino adoptado parece ser el de atender  lo urgente, esto es, resolver el virtual default heredado, renegociando la deuda, y al mismo tiempo alivianar la situación social.

En ambos frentes, el gobierno tendrá la tarea de equilibrarse entre la defensa de la autonomía y los deseos del FMI y los Estados Unidos.

(*) Ignacio Lautaro Pirotta es Licenciado en Ciencias Políticas (UBA) y especialista en temas internacionales