Las proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos​ (OCDE) adelantan que el mercado cárnico tendrá mucho crecimiento de cara al 2030.

Pese a que múltiples informes destacan que la merma en el consumo se está profundizando por las nuevas tendencias del veganismo, la importancia creciente del bienestar animal y los altos precios que inciden en el consumidor, las Organizaciones de escala mundial aseguran que habrá un crecimiento productivo de las carnes y estas alcanzarán las 374 millones de toneladas en un mediano plazo.

De acuerdo a lo que las proyecciones indican, hasta el 2030 la producción ganadera crecerá considerablemente, tanto por un incremento productivo especialmente en el continente americano así también por un mejoramiento de eficiencia productiva que llevará adelante China con mejoras en la cría, el peso promedio de faena y formulaciones en el alimento del ganado.

China es, para la proyección de la FAO y la OCDE, el país que encabezará la producción cárnica en el futuro y representará la mayor parte del aumento total en la producción de carne, seguido por Brasil y Estados Unidos.

Según lo que detalla el informe, la producción avícola será la carne que crecerá con más fuerza y será el principal motor del aumento en el suministro de carnes. La carne de cerdo, por el contrario, seguirá siendo "limitada" durante los próximos años consecuencia de la Peste Porcina Africana en China, Filipinas y Vietnam. Las previsiones, sin embargo, dan por sentado que para el 2023 China ya tendrá resuelta gran parte de la recuperación de esta zoonosis y su stock se recompondrá completamente para ese año.

La disponibilidad de proteínas de origen animal, en función de este aumento de producción que se prevé, sería mayor. En la carne vacuna, la disponibilidad para el 2030 subirá un 5,9 %; carne de cerdo un 13,1 %; aves un 17,9 % y ovejas 15,7 %.

Por otro lado, pese a las tendencias de consumo que demuestran una lenta pero consistente baja del consumo mundial de proteínas animales, las Organizaciones estipulan que para el 2030 habrá un 14 % de aumento en el consumo en relación al período base del 2018-2020. Este aumento respondería principalmente a "crecimientos en los ingresos y en la población".

La carne de aves representarán para el 2030 el 41 % de todo el mercado de proteínas animales de acuerdo a las previsiones de la FAO y la OCDE.

No obstante, el informe adelanta que en los países de altos ingresos los cambios de preferencias de los consumidores, en detrimento de las carnes de origen animal, impulsarán el consumo hacia la baja. Esta elección dietaria también se incrementaría debido al envejecimiento de la población y el crecimiento más lento de la población; factores que conducirán a "una nivelación en el consumo de carne per cápita".

El consumo cárnico, según las proyecciones, se desplazará principalmente hacia las aves debido a los menores costos que estas representan, en comparación de la carne bovina, y la percepción social de las aves como una opción "más saludable" y fácil de preparar. La carne de aves representarán para el 2030 el 41 % de todo el mercado de proteínas animales de acuerdo a las previsiones de la FAO y la OCDE, mientras que la carne vacuna representará el 20 %, la carne de cerdo el 34 % y la carne ovina 5 %.

Un tercio del aumento general de consumo que prevén las organizaciones (+14 %) para el 2030 será principalmente por la carne porcina. Esto se debería, según las proyecciones, a que a medida que el impacto de la PPA baje los precios tenderán a estabilizarse y ser más accesibles para los consumidores.

La demanda y el comercio internacional de carne, en tanto, se expandirá para el 2030 impulsado por la creciente demanda de los países de Asia y el Oriente Próximo en donde la producción seguirá siendo 'insuficiente para satisfacer la demanda ".

Los precios, según la proyección, tenderán a una recuperación de cara al 2030 a medida que vaya progresando la recuperación de la pandemia. Hasta 2025 las organizaciones prevén que habrán aumentos en los precios que, si bien serán moderados, responderán a un aumento en los ingresos de los consumidores en una economía pospandémica. A su vez, los precios se elevarían por las limitaciones de la oferta en varios países asiáticos que impulsan la demanda de importaciones y de esta manera elevan los precios.

No obstante, el informe asegura que los precios presentarán condiciones volátiles por potenciales zoonosis, restricciones sanitarias, políticas comerciales y a la dinámica misma de los mercados mundiales.

Es importante considerar que las proyecciones de las Organizaciones toman por cierto que el impacto económico de la pandemia será de corta duración e influirá exclusivamente en la demanda, sin embargo persiste la incertidumbre acerca del futuro de los servicios de food service, turismo, entre otros hasta el 2030.

A su vez, también se deben considerar potenciales afecciones a los suministros de carne y el procesamiento de la misma debido protocolos de salud, restricciones en el movimiento de personas, aparición de nuevas cepas de coronavirus entre otras variables que incidirán necesariamente en las capacidades operativas de la industria.

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