MISIONES

La sequía impacta muy fuerte en el tabaco y otras producciones misioneras

En el norte de la provincia, específicamente, los tabacales que fueron plantados entre los meses de agosto y septiembre son los más perjudicados.

Por Marisa Massaccesi | 30-10-2020 11:32hs

Continúa la falta de precipitaciones, sobre todo en el norte argentino, acarreando graves consecuencias, fruto de la sequía. Es el caso del sector tabacalero, principalmente en Misiones, donde se estima que el nivel de pérdidas, hasta el momento, es del 25% por la falta de caudal de lluvias, porcentaje que representa 7 millones de kilogramos.

En el norte de la provincia, específicamente, los tabacales que fueron plantados entre los meses de agosto y septiembre, son los que están sufriendo el impacto de la sequía. Tal es el caso de Colonia Aurora.

El presidente de la Cámara de Tabaco de Misiones, Gustavo Piñeiro, manifestó que “En estos momentos la pérdida en el sector tabacalero es del 25%. Los productores que plantaron entre agosto y las dos primeras semanas de septiembre ya no pueden recuperar su producción porque está en despunte y la falta de lluvia no permitió que se sigan desarrollando las hojas, quedaron chicas y ya están amarillando”.

Piñeiro expresó su preocupación y a la vez espera con optimismo que se produzca un cambio en el clima para que la producción repunte: “Si las lluvias acompañan puede darse un buen desarrollo. Todavía hay productores que tienen tabaco para llevar al rozado y ese tabaco necesita una mejor condición climática y desarrollarse bien”

Otras voces se sumaron para expresar su preocupación, entre ellas, la Delegación de la Secretaría de Agricultura Familiar Campesina e Indígena (SAFCI), desde donde manifestaron: “Esta sequía ya afectó bastante la producción tabacalera, producción de maíz, soja, mandioca y las pasturas para los animales”.

Por otro lado, las intensas heladas, que se están produciendo en distintos puntos del territorio misionero, también impactaron negativamente en las producciones, dañando a los tabacales que estaban en el rozado y en los almácigos.

Otra de las producciones afectadas es la de la sandía “tipo primicia”, ya que no alcanzaron a desarrollarse y serán más pequeñas en esta cosecha.Otra de las producciones afectadas es la de la sandía “tipo primicia”, ya que está por iniciar la cosecha y el productor que no cuenta con riego artificial, tiene importantes pérdidas porque las plantas y frutas no tuvieron un desarrollo esperado. No habrá una buena cosecha de sandías grandes pues son mucho más chicas de lo esperado, señalaron desde la SAFCI.

Los productores ganaderos tampoco tienen un buen panorama. Al no haber precipitaciones, los pastos no crecen y a los animales les falta comida, salvo aquel productor que cuente con silos o algún alimento alternativo para el ganado. Desde la Delegación remarcaron que “esta es la mejor época para las pasturas naturales porque se desarrollan con la llegada de la primavera y las lluvias abundantes. Pero ahora es todo lo contrario. Y está afectando a la producción de leche y al ganado de carne”.

En este contexto, y ante la inquietud de los productores, el subsecretario de Planificación, Extensión y Programas de Financiamiento Rural, Martín Ibarguren, indicó que este tipo de sequías no son excepcionales, sino que muy probablemente sean recurrentes. Por ello, “tenemos que empezar a tener planificación climáticamente inteligente”.

El funcionario indicó que se está trabajando con la protección de vertientes porque existe una demanda muy grande en las picadas sobre la escasez de agua para consumo humano.

“Los municipios nos suelen traer las demandas de las picadas, que son las que sufren este flagelo por escasez de agua. Lo primero que intentamos hacer con la gente que vive en la zona, es preguntar cuáles son las vertientes disponibles en las diferentes chacras y cuál de esas vertientes son las que no se usan en todo el año”, recalcó y añadió: “Cuando son identificadas, medimos el caudal que sale de cada una de esas vertientes y vemos las mejores opciones para la protección, hacer tanques elevados, y la distribución a cada una de las chacras”.

Estas vertientes, son administradas por las familias de las picadas que conforman consorcios. Se financian cobrando una cuota mínima para mantener las bombas y realizarles las mejoras que necesitan por el desgaste. “Por eso tiene dos partes, una es la presencia del Estado aportando las cuestiones técnicas y el financiamiento, y por otro lado las familias favoreciendo lo que es la administración del recurso”, finalizó Ibarguren.

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