De esta manera, la soja concluyó el día con ganancias, en una jornada marcada por la preocupación por la oferta del poroto en el corto plazo. Así, el contrato de marzo de la oleaginosa subió un 0,31% (US$ 1,65) hasta los US$ 520,02 la tonelada, a la vez que el de mayo lo hizo por un 0,21% (US$ 2,31) para ubicarse en los US$ 518,27 la tonelada. La demora en la cosecha brasilera y el complicado panorama productivo argentino potencian este escenario de incertidumbre. Las alzas se potencian aún más considerando que Estados Unidos ya comercializó prácticamente la totalidad de su saldo exportable de soja.

Asimismo, en el marco de importantes cambios de política por parte de la Administración Biden y potenciales incrementos de demanda, en el país norteamericano se esperan millonarias inversiones para incrementar la capacidad de crushing, lo que contribuyó en las fuertes alzas del aceite de soja.

En tanto, los futuros de trigo finalizaron la jornada con pérdidas, en el marco de una sostenida mejora climática en Rusia. Días de tiempo templado en el país de los zares derivaron en una importante mejora de la condición del trigo, impulsando a la baja los precios. No obstante, una considerable cantidad de compras técnicas ponen un piso a las caídas.

Para finalizar, el maíz terminó el jueves con bajas. Las ventas externas semanales de los Estados Unidos informaron apenas 154.700 t, muy lejos del rango esperado, entre 450.000 t - 1.05 Mt, lo que preocuparía por un posible descenso en la concreción de negocios. Sin embargo, los retrasos en la cosecha brasilera de soja continúan afectando de sobremanera la plantación de maíz en nuestro vecino país, lo que potencialmente limitaría la oferta y al mismo tiempo las pérdidas.

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