Las buenas prácticas agroecológicas son habituales en Monte Vera
Por Luis Chervo | 07-11-2020 04:56hs
Monte Vera, se encuentra a 15 kilómetros de Santa Fe de la Vera Cruz, cuenta con 8.284 habitantes y es centro del cordón verde que nutre de vegetables a la ciudad capital y San Justo entre otras.
Es una localidad con una costumbre poco conocida, tiene una doble fiesta de Santas Patronas. Por un lado, Nuestra Sra. de Chaguaya y Nuestra Sra. de la Merced, que se festejan durante el mes de septiembre de cada año. Por otro lado, un Santo Patrono, el 15 de mayo, San Isidro Labrador, quienes se ponen de acuerdo para ayudar, rezo mediante, con las cosechas de las cuales salen repollos, acelga, achicoria, zapallitos y chauchas, entre otras verduras que son orgullo del pueblo.
Hace tres años que Monte Vera es una buena noticia por la rica experiencia que vienen desarrollando en módulos hortícolas cuyos productos son ofrecidos en el Barrio Candioti, de la Ciudad de Santa Fe, en la Feria La Verdecita, un tradicional espacio de ventas en la Plaza Pueyrredón, cada sábado durante las mañanas, cientos de chef, amas de casa y curiosos de ocasión, llegan para hacerse de verduras y frutas de estación.
Desde Monte Vera, llegan coloridas frutas y verduras producidas con manos laboriosas para deleite de las familias santafesinas y visitantes del fin de semana.
Desde las 6 hectáreas ubicadas cerca de la localidad de Monte Vera, llegan coloridas frutas y verduras producidas con manos laboriosas para deleite de las familias santafesinas y visitantes del fin de semana.
Son cinco familias las que nutren La Verdecita, en total 30 personas, lo que les aporta una salida laboral digna y promisoria ya que tienen pedidos incluso de la pujante Rafaela y de la pionera Esperanza, que ven con agrado la posible llegada de los ecoverdes productos para iniciar el camino en el consumo sano y sustentable, potenciado la elaboración de productos a través de sistemas amigables con la naturaleza.
El gran desafío de hoy en día es producir con propias semillas para ahorrar en insumos que vienen marcados por el dólar, y sembrar con ellas sus acelgas, zapallitos, achicorias, chauchas, tomates y repollos.
Esta experiencia fue fomentada por el anterior Gobierno provincial, desde el ministerio de Producción que les facilitó la tierra y técnicos que orientaron y orientan los sembradíos y cosechas que dan origen a los productos que son comercializados en forma directa, en su mayoría, a través de bolsones a instituciones y algunos particulares.
Estas buenas costumbres en los hábitos alimenticios favorecen estos emprendimientos que son bien vistos por los ojos de la mayoría de los consumidores de Santa Fe.
El mundo hoy, se ve envuelto en una ola de "buenos consumos", con alimentos en paz con la naturaleza, con el medio ambiente, impulsando la alimentación sana y rica en nutrientes. Estas buenas costumbres en los hábitos alimenticios favorecen estos emprendimientos que son bien vistos por los ojos de la mayoría de los consumidores de Santa Fe.
Esto se ha convertido en una escuela de dos vías, por un lado, el consumidor aprende a comer y cocinar verduras que no tenían hasta hoy en el radar gastronómico, y por el otro, el productor potencia su inventiva y busca sembrar nuevas tendencias como la lechuga japonesa o las mini papas de colores, que fueron tan populares en América en la era prehispánica.
Esto de usar casi nada de químicos y mucho guano de gallinas, para fortalecer la tierra, es más habitual de lo que uno cree, el secreto es producir variedad, cantidad y calidad, en forma constante y los resultados pueden llegar a la meta tan ansiada, que es la de exportar al mundo.
Este tipo de producción es básica para arraigar en los pueblos a los jóvenes, y este sueño no es imposible si los gobernantes tiene la visión de construir puentes para hacer de estas costumbres, políticas de Estado.