En estos últimos años, se encuentra cada vez más información sobre el vínculo de las mujeres y el vino. La fortaleza de esas relaciones entre mujeres que trabajan en distintos ámbitos generando espacios para el desarrollo y reconocimiento del género en este mundo, que años atrás sólo era ocupado por el hombre.

Dentro de este segmento que tiene cada vez mayor presencia en el sector, el Club de Mujeres Profesionales del Vino, con cinco años desde su creación, fue fundado por Estela Perinetti (Las Estelas), y María Laura Ortiz (Winifera) que junto a más de cien enólogas e ingenieras agrónomas, buscan poner en valor y potenciar el rol de la mujer en esta industria, brindando empoderamiento a otras mujeres y funcionando como una red de conexiones, con hincapié tanto en los negocios conjuntos, así como en el entrenamiento profesional.

Entre las acciones que realiza el Club están aquellas de perfil técnico, orientadas a responder a necesidades que surjan tales como consultas sobre proveedores o insumos, asesoramiento para embotellar o cosechar, intercambio de información técnica y científica, riesgos de cosecha y legislación sobre normativas relacionadas con las exportaciones.

Esta institución viene realizando desde 2018 una reunión exclusiva con los principales críticos de vinos internacionales para brindar oportunidades a más de 40 profesionales al presentar sus productos. Además, impulsa una serie de degustaciones técnicas, con una gran variedad de temáticas, a los efectos de desarrollar el potencial de cada bodega, que en nuestro país hay muchas y que aún no tienen mucha presencia en el rubro.

Perinetti y Ortiz comparten que en el Club, “La generosidad y el profesionalismo han sido la clave". "En el año 2019 decidimos darle una formalidad a la comunicación y desarrollamos imagen institucional”, expresaron.

Otra de las integrantes es Laura Principiano, enóloga de Zuccardi Valle de Uco, quien señaló: "El rol de la mujer en todos los aspectos de la vida ha cobrado muchísima importancia y la industria del vino no se queda afuera, cada vez somos más las mujeres que tenemos roles importantes dentro de las bodegas y estar conectadas nos ayuda a poder llevar a cabo nuestras actividades de la mejor manera posible”.

En tal sentido, Daniela Mansilla, de PatenteX, Córdoba, dijo que se trata de "una herramienta de trabajo y de contención emocional", y señaló: aprendo un montón e intercambiamos mucha información técnica que es de gran utilidad”.

Otras de las voces que se sumaron fue la de Julia Halupczok, de Sophenia, quien expresó: "Es una gran herramienta a la hora de ayudarse, compartir información tanto técnica como operativa”. En tanto que para Tania Höy, de Bodega Burbujas de Altura, de Salta, con el Club “nos complementamos y apoyamos de acuerdo a las diferentes experiencias de cada una”.

Para finalizar, recordamos las palabras de Perinetti en los inicios de la institución: “Creo que la mujer aporta una mirada más precisa de lo que es el consumidor, incluso cuando elaboramos vino, pensamos en el disfrute, en el placer de beber ese vino y no tanto en el resultado o puntajes que lograr con esa producción”.

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