El inminente comienzo de la temporada de cosecha de frutas en las provincias de Rio Negro y Neuquén impulsa, una vez más, la ola migratoria de miles de trabajadores provenientes del Norte del país, que vienen a trabajar en la zafra frutícola.

Se estima que llegarán al Alto Valle en los próximos meses, entre unos 20 y 30 mil personas que brindarán su mano de obra para las tareas de raleo. Actualmente, de acuerdo a lo que informó la Dirección de Producción Agraria y Sanidad Vegetal, arribaron solamente unos 400 trabajadores a la provincia de Neuquén, pero la llegada de los colectivos con cosechadores preocupa a productores y autoridades gubernamentales.

Si bien se trata de un evento que se repite todos los años, los trabajadores golondrinas hacen frente, ahora, al duro contexto de pandemia que obliga a los gobiernos provinciales, productores y miembros del sector a trabajar a contrarreloj para constituir un protocolo adecuado, que evite que la aglomeración de trabajadores genere contagios masivos.

En la provincia de Neuquén se esperan al menos unos 3.000 cosechadores para la pera y la manzana, mientras que en Rio Negro el volumen de la ola migratoria se superaría con creces.

El objetivo está puesto en minimizar la posibilidad de contagios lo máximo posible, pero el distanciamiento en las gamelas, así también como potenciales reuniones de trabajadores, se presentan como un desafío de cara a la temporada de zafra, no sólo de manzanas y peras sino también de cerezas.

Según lo que adelantan los productores locales, en la provincia de Neuquén se esperan al menos unos 3.000 cosechadores para la pera y la manzana, mientras que en Rio Negro el volumen de la ola migratoria se superaría con creces; aunque cabe la posibilidad de que se modifique de acuerdo a la oferta de mano de obra local.

"Tenemos que hacer un protocolo coherente y equilibrado; vamos a llegar a un protocolo cumplible y que cuide a la gente y a los productores".

Los productores, en tanto, buscan consolidar un protocolo plausible y sostenible en el tiempo, en el que los riegos sanitarios sean mínimos y que no representen altos costos para la rentabilidad de la cosecha. En relación a esto último, también se barajó la idea de poner un seguro ante casos de Covid, pero los productores temen "que al mirar los costos no se llegue a un equilibrio".

"Tenemos que hacer un protocolo coherente y equilibrado; vamos a llegar a un protocolo cumplible y que cuide a la gente y a los productores", indicó Sebastián Hernández, Secretario General de la Federación de Productores de Río Negro y Neuquén, al medio LM Neuquén. 

Lo cierto es que pese al trabajo al rededor del protocolo, se cree que será inevitable que hayan contagios; el titular de la Cámara de Productores de Cipolleti, Horacio Pierdominici así lo aclaró: "El protocolo no evita los contagios, no es 100% seguro. Hay que entender que es toda gente mayor de edad que, más allá de la cosecha, va a hacer cosas por su cuenta, habrá juntadas y cosas en las que podrán contagiarse. Ahí habrá que ver cómo se hace".

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