¿Logística poco lógica?
Como si los inconvenientes derivados de la pandemia fuesen pocos ahora se suma otro más para la agricultura argentina: la bajante extraordinaria del río Paraná debido a las escasas lluvias en la cuenca superior. Esto preocupa a productores, exportadores y, lógicamente, al Banco Central. ¿Qué observaciones de este hecho deben hacer los agricultores para su logística en plena trilla?
Por Gerardo Gallo Candolo | 20-04-2020 04:30hs
La marca del río Paraná a la altura de los puertos de salida del Gran Rosario, el más grande complejo aceitero mundial (por donde sale la mayor parte de la harina y aceite de soja del globo) marcó en esta semana apenas 1 metro, la última vez que estuvo por debajo del metro fue el 10 de enero de 1989. Los 2,47 metros es la medida mínima para garantizar los 34 pies de calado. Ese solo dato es preocupante para todos ¿por qué? Porque los barcos que cargan en Rosario, a medida que la bajante se agudiza deben salir con menos granos y por lo tanto deben completar mayor volumen en puertos de aguas profundas como los de Bahía Blanca y Quequén. Ojo, también tienen la posibilidad de completar maíz o soja en puertos brasileros.
Otro inconveniente entre varios, es el menor margen de maniobra que tienen los buques para acceder a la carga por la mayor posibilidad de encallar y demorar el tránsito fluvial del Paraná.
Completar la carga en los puertos del sur bonaerense no es ninguna novedad. El calado de los puertos rosarinos no permiten la salida completa con granos (aceites y harinas tienen menor peso específico). La preocupación en estos momentos en que la trilla en el sur provincial prácticamente todavía no empezó, solamente están cargando los granos almacenados de la cosecha anterior y la demanda de los buques graneleros va en aumento.
De acuerdo a los pronósticos de las lluvias esperadas en la cuenca superior, y las gestiones de Cancillería para que las represas en territorio brasilero liberen agua, pueden cambiar posiblemente algo pero quedan pocas posibilidades de que esta situación se modifique sustancialmente antes de fin de mes.
La producción debe estar atenta porque se puede dar la situación inédita de que la capacidad de almacenaje del Gran Rosario pueda colapsar. Los productores deberían tener descarga asegurada al negociar en ese caso. La producción de la ruta 7 y 188 debe observar los precios de los puertos sureños respecto a Rosario para compensar los 300 o 400 kilómetros demás que costaría el flete. Los productores de la ruta 5 normalmente también deberían hacerlo pero con diferencias de flete menores.
El almacenaje en campo puede ser única alternativa si los precios no compensan. Sería recomendable guardar un par de silo bolsas para el año que viene antes de quedarse sin ese vital insumo.
Este año el productor en cosecha no solo debe estar atento a las lluvias sobre su campo, la disponibilidad de trilla, los precios de fletes y humedad de sus granos, también tener un ojo sobre los precios de otros puertos, las lluvias en Brasil y, como si fuera poco, mantener el protocolo para una cosecha segura ante la pandemia. ¿Alguien pensaba que son momentos para aburrirse?