Debería estar considerado una de las octavas maravillas el hecho de ir a un bar, pedir una cerveza y que te la traigan bien helada. Si no consumis alcohol, puede pasar lo mismo con una cola refrescante, y ni hablar de una lima con rodajas de limón y hielo.

Con estos calores la hidratación es fundamental y mucho mejor si salís del trabajo después de un día largo y podés disfrutar de un "happy awer" con tu gente.

Atrás quedaron los famosos envases de tergopol que enfriaban la bebida, los vasos que sacan del freezer, o la insistencia de pedirle al mozo tres veces el hielo para poder disfrutar de tu bebida fría. El cambio llegó y la modernidad planta bandera a la hora de enfriar una lata o botella.

Estamos hablando de "Chill it" Y qué es esto, te estarás preguntando. Chill it es la creación de un método para enfriar bebidas en el menor tiempo posible a través de una máquina especializada.

Lo que empezó como un proyecto universitario de 3 jóvenes que cursaban administración de empresas en CEMA , terminó en la cumbre de la innovación a nivel mundial. Santiago Schmidt (24), Marcos Condomí Alcorta (24), Nicolás Kölliker Frers (25), plantearon su idea a los ingenieros Pablo Esteban Di Lorenzo (30) y Luciano Cismondi (31) y juntos lograron que la inmediatez se refleje en el enfriamiento de las bebidas creando está especie de "microondas que enfría".

En diálogo con diversos medios, Santiago Schmidt explicó cómo inició todo: “Estábamos en la universidad Nicolás, Marcos y yo, y tuvimos que presentar un proyecto para una de las materias, donde había que plantear un modelo de negocio marcado por la innovación, es decir, un business case, y dado que una importante empresa de cervezas proponía incentivos para aquellos que pensaran desarrollos para el sector, se nos ocurrió pensar un método para enfriar bebidas en el menor tiempo posible”.

Este plan no fue presentado ya que varios profesores les recomendaron ir más lejos, potenciando el proyecto, encontrando por su cuenta el camino para triunfar y no depender de una empresa. Fue así como sumaron a los ingenieros para tener una visión más técnica y poder apostar a más.

"El salto que pegamos tecnológicamente es altísimo, el producto actual es mucho más automatizado y redujo un 50% los tiempos”, afirmó el ingeniero Cismondi en diferentes entrevistas.

Hablemos de tiempos: Latas en 20/30 segundos, botellas de litro y medio de plástico entre 50/60 segundos y las de vidrio de litro, entre 70/90 segundos. ¡Una maravilla! Todas las bebidas son bienvenidas para este sistema, excepto el vino que aún no se probó, lo cual podemos perdonar porqué ¿a quién se le ocurre ponerle hielo al tinto? Pero los catadores aguardan la prueba para el vino blanco.

De esta manera, las bebidas pasan de 25 grados a 3 grados, temperatura que los fabricantes piden. Además es valorado el desarrollo sustentable y es increíble el ahorro de energía que se produce.

¿Cómo se logra esto? Pasemos a números, inteligencia artificial y redes neuronales

¡Que lío! Tratemos de entender:

La máquina tiene incorporado una red neuronal que entiende, en función de la característica de la bebida que se ingresa, cual es el mejor proceso para enfriar en el menor tiempo posible. Permite elegir la temperatura final Y puede detectar mediante un lector de código de barra la marca de la bebida , enfriando los productos según su requerimiento.

¿Que ofrece Chill it? Muchas beneficios y lo manifiesta en su moderna página web, dirigiéndose al cliente de forma sencilla y con un lenguaje fácil pero completo y directo.

"Tenemos la tecnología más rápida del mercado, para satisfacer a clientes cada vez más exigentes. Confeccionamos una tecnología capaz de reducir el consumo energético hasta límites impensables. Tenemos conectividad en el acto. Información relevante, al alcance de su mano. Con un diseño intuitivo y de fácil uso. Adaptado para cualquier usuario y necesidad", remarcan desde Chill it.

¿Lo mejor?

"Tecnología de punta a un precio altamente competitivo. Optimizar el rendimiento del espacio, una de nuestras prioridades", finalizan.