A mí papá lo llamaban Cholo, y siempre se hizo querer por todos los que lo conocieron, era franco, ameno, amigo, compañero. Eduardo su verdadero nombre, se había criado en J B Molina, en la zona rural, viendo a su padre, Don Rogelio, domar caballos, y él acompañando, en las tareas generales y en especial en la juntada de maíz a mano, de la cual siempre se jactó de haber sido muy bueno.

Lo traigo a este artículo, pues terminó sus últimos años, en los cuales estuvo a punto de morir varias veces, en una tarea muy dinámica y de alto riesgo, primero como operador de alta tensión en la ex Somisa, ubicada en Ramallo.

En la escuelita improvisada que realizó, en los primeros años que se fue formando en la tarea, tuvo de profesor a un alemán, un Ingeniero de la MAN, una de las Empresas que hicieron gran parte de desarrollo de la acería que fue orgullo de un sueño de militares que estratégicamente vieron un país posible en la década del 40, liderados por Juan Perón, el cual creo las condiciones de implementación de estas ideas modernas para la época, como las del Gral Manuel Savio, líder y mentor del Proyecto Somisa.

El alemán en cuestión, al Cholo o Cholito, lo entrenó en los menesteres de las reparaciones de los tableros, de los protocolos de emergencia, que se daban en momentos de lluvia, y que debían ser reparados de urgencia, pues de ese tiempo dependía la continuidad de la producción.

El atento Cholo, era el único que tomaba notas, en su imperdible letra de imprenta, y totalmente legible, y que luego de varios años, fue tomada como cuaderno de uso para los nuevo compañeros que hicieron esa tarea de tan alto riesgo.

Un día el Alemán se fue, la MAN se fue, y en la despedida, se ve que éste, por el afecto que tuvo con el Cholo, le regala un libro que siempre lo acompañaba, con algunas ilustraciones, que tenía varios años, ya corría fines de los años 60. El libro en cuestión, en alemán, tenía ilustraciones con predicciones sobre como el agua iba a avanzar sobre los continentes en los próximos tiempos y lo preocupante, para mi padre cuando me contaba esta historia, era que nuestra zona era de las más afectas con esas inundaciones de futuro.

De esta historia me acordé y la recuerdo a Uds. ahora, pues hemos visto en estos días que científicos españoles han desarrollado un mapa similar a aquel que figuraba en un libro en Alemán, que mi padre atesoró como una reliquia desde la década del 60 hasta el 2011, en que falleció.

Según el informe de los Españoles, 1.200 millones de personas viven en zonas en donde hay desplazamientos de tierras, en donde avanzará el agua en los próximos años. Los científicos españoles crearon un mapa mundial de subsidencia por la extracción de aguas subterránea.

En Lorca Murcia, el suelo se ha hundido unos cinco metros desde hace medio siglo y no ha sido por terremotos como el del 2011, la explotación de los acuíferos rebaja la tierra a un ritmo actual de 10 centímetros al año, dice el informe.

Hay otros casos como el de Yakarta en Indonesia, allí el suelo desciende 28 centímetros al año, tal es así que las autoridades han tomado la iniciativa de trasladar la Capital a otras Islas.

Según el mapa de los científicos Españoles, el 10 % de la superficie subterránea está propensa al hundimiento terrestre, que afecta a casi la cuarta parte de la población mundial, es decir, unos 1.200 millones de personas, ellos dicen que es por vaciamiento de los acuíferos subterráneos.

“Todo empezó con Lorca, pero revisamos los estudios científicos buscando más eventos de subsidencia”, dice el investigador del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y coautor del estudio Gerardo Herrera-García. Los estudios se realizaron en 30 países, en donde se localizaron unos 200 hundimientos.

Estos hundimientos son por varios motivos, algunos naturales como tectónicos, terremotos, volcanes, otros antropogénicos, es decir, minería a suelo abierto o cerrado, extracción de hidrocarburos, y es aquí en donde se encuadra la extracción de aguas subterráneas, causa, según estos científicos del hundimiento del suelo.

En revistas especializadas, se han generado algunos datos comparativos y esto llevó al mapa en que englobaría a 1.200 millones de personas y se asienta el 21% de las ciudades más importantes del Mundo.

Cuando uno analiza las ubicaciones, vemos en Asia en donde habita el 86% de la población expuesta a este nuevo fenómeno, que la humanidad se tendrá que hacer cargo. Esto tiene un impacto económico, está en peligro hasta el 12% del P.B.I. Mundial.

El cambio climático, tema que algunos discuten aún, será un factor de aceleramiento, del riesgo que este fenómeno, el aumento de temperaturas y reiteración de las sequías debilitará aún más la recarga natural de los acuíferos. Además, en muchos de estos suelos sobre explotados, la compactación del suelo dejará sin hueco al agua que se filtre. Para el año 2040, estiman que 635 millones de personas, asentadas sobre zonas inundables, podrían sufrir las consecuencias de este proceso silencioso.

No obstante, el conocimiento científico y técnico del que se dispone, permite lanzar un mensaje optimista de cara al futuro. Algunos procesos de subsidencia se han frenado y hasta revertido, como es el caso de Tokio.

La capital nipona se hundía desde finales del siglo XIX, rebajando su suelo hasta cuatro metros. En la década de 1969, la gestión de los acuíferos, insuflando incluso aguas recuperadas del uso industrial, logró frenarlo.

Hoy hay radares, satélites que nos permiten detectar estos fenómenos y prever el hundimiento de los terrenos, agua subterráneas sustentables es algo posible, si nos ponemos en onda con estos nuevos tiempos que la vida nos dan como desafíos para las próximas generaciones.

Por lo cual, los miedos del Cholo, tenían un sustento, tenían una razón. Ahora, en aquellas zonas donde el mapa identifica áreas con potencial de hundimientos se pueden utilizar satélites radar para conocer con precisión la intensidad de los hundimientos del terreno. Lo que permitiría promover una gestión sostenible de las aguas subterráneas