España es el país número uno de Europa en exportación de ganado vivo. Cuestionada por las asociaciones protectoras de animales, la actividad ganadera se encuentra haciendo frente a un nuevo reclamo relativo al destino de 2.671 vacas, toros y terneros que estuvieron navegando a la deriva durante más de 2 meses.

La penosa travesía del ganado bovino comenzó en diciembre de 2020. Los barcos Elbeik, que zarpó de Tarragona con 1.776 cabezas rumbo a Trípoli (Libia); y Karim Allah, que salió desde Cartagena con 895 cabezas hacia Turquía, fueron rechazados en sus destinos. Las autoridades sanitarias locales prohibieron el desembarco de los animales aduciendo que los mismos se encontraban afectados con “lengua azul”, una enfermedad viral infecciosa no contagiosa para las personas.

Según explicaron desde el Ministerio de Agricultura de España esto se debió a una “operación fallida de un exportador español” ya que los animales salieron de ese país con los correspondientes certificados sanitarios que indicaban que provenían de zonas libres de la enfermedad. Lo cierto es que una vez rechazados en los puertos, los barcos comenzaron un largo periplo, buscando otros lugares en los que vender la carga, pero sin suerte.

Tras las denuncias de diferentes organizaciones proteccionistas y una petición de la Comisión Europea, cuya normativa sobre el transporte de animales vivos indica que el país de origen debe garantizar el buen estado de los animales, España autorizó el desembarco del Karim Allah en Cartagena, a principios de este mes, solo con una condición: la totalidad de la carga debía ser sacrificada.

Allí donde el viaje comenzó, los casi 900 terneros fueron eutanasiados en 4 días, sin saber si realmente se encontraban infectados por el virus. Si bien desde la empresa armadora del buque pidieron a través de una medida cautelar analizar a la carga y evitar la muerte de los animales sanos, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid desestimó el recurso ya que el ganado provenía de Libia, último destino en el que intentaron vender a los animales. Cabe destacar que ese país tiene prohibida la exportación de animales vivos a la UE.

Mientras el Gobierno español es duramente cuestionado por la medida, el embrollo burocrático parece no tener fin. Mientras tanto el Elbeik, permanece en las proximidades de Chipre con una carga de animales aún mayor.

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