HISTORIA DE VIDA

'M´hijo el dotor'

Su infancia fue muy humilde entre calles de tierra y monoblocks, pero hoy es uno de los  médicos más reconocido en cardiología a nivel mundial. ¿Quién es Mario Fitz Maurice y qué tiene para decirle a la sociedad?

Por Marianela Chimento | 24-10-2021 02:00hs

Mario Fitz Maurice es cardiólogo, electrofisiólogo, jefe de arritmias en el Hospital Rivadavia y director de INADEA(Instituto Nacional de Arritmias). Luego de haberse recibido, realizó su residencia e inauguró una en el hospital Santojanni. Con tan solo 26 años escribió un libro reconocido con varios premios, fue jefe de servicio e instructor de residentes.

Responsable de haber cardioprotegido los subtes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y propulsor de colocar desfibriladores en Aerolíneas Argentina, el Teatro Colón, las Comunas, el Planetario, y muchos otros lugares públicos y privados de nuestro país, es profesor universitario de las tres facultades de medicina de la Ciudad de Buenos Aires. Además, tuvo el honor de dar una charla Ted ante miles de espectadores. ¿Cómo hizo este  joven humilde de Villa Martelli para triunfar en el campo de la medicina?

 

Historia de vida

“Mi hermana mayor me contó que mis papás no comían para que nosotros podamos hacerlo”, comienza contando Mario, quien se crió en un monoblock de un barrio humilde de la provincia de Buenos Aires, donde las calles eran de tierra y si llovía era imposible asistir al colegio. “Tuve una infancia feliz, a pesar de estar en uno de los sectores más vulnerables de la sociedad. Mis padres se ocuparon de que no me falte lo necesario para salir adelante”, contó Maurice.

En este contexto, sostuvo que, cuando llegó el momento de asistir a la secundaria, su familia con muchísimo esfuerzo pudo cambiarlo de colegio e ir así a una institución privada. “Yo vendía papa y cebolla arriba de un camión para ayudar en mi casa, mientras muchos de mis nuevos amigos tenían la posibilidad de vivir en semipisos en Av. Callao. Nuestras realidades no eran mejores ni peores, pero si diferentes. Tuve que adaptarme a nuevos compañeros que tenían una situación económica y cultural muy distinta a la mía pero esa experiencia me hizo entender y aceptar que en una sociedad hay culturas diferentes y uno debe aprender a convivir con eso buscando progresar día a día", reflexionó.

Fiel a su convicción de ser médico desde muy temprana edad, todo su aprendizaje lo condujo a estar más preparado a la hora de cursar una carrera en la universidad. “Recibirme me llevó 6 años, era el orgullo de mi barrio”, recordó. Y contó, que mientras trabajaba como revisador médico en un natatorio para solventar sus gastos, atendía a sus vecinos de toda la vida. “Mi hijo el doctor, me decían”. En este contexto, el cardiólogo confesó que no le fue fácil transitar este camino. “Hubo millones de trabas para llegar al título, me costaba adaptarme a los diferentes ambientes pero siempre estuve seguro de lo que quería”, remarcó.

 

Mensajes a los jóvenes

“Yo elegí estudiar, progresar, y compatibilizar con diferentes culturas para poder superarme. Se que se puede, por eso con garra, voluntad, solidaridad, fe, y la llama interna de querer ayudar al prójimo, se alcanzan todas las metas que uno se proponga”, remarcó Fitz. En tal sentido, y apuntando a los jóvenes que consideran que la carrera de medicina está devaluada económicamente, les transmitió que “esta es una profesión hermosa, en donde es verdad que hay que estudiar mucho, pero vale pena. Se puede hacer si se tiene vocación”.

“Yo se que hoy se ven los reclamos de los médicos por sus salarios, malas condiciones laborales, riesgos a los que se los exponen, pero no se echan atrás con elegir esta profesión, no hay que darse por vencido", le dijo el doctor a los jóvenes. En la misma línea aseveró que " hay que luchar por lo que uno quiere y por todas las mejoras que se merece el sector de la salud. No tengan miedo de animarse a elegir esta carrera, más allá de toda condición económica y social, sé que se puede". "No pasa por tener un coeficiente intelectual distinto, si no por el esfuerzo que se le ponga a cada cosa. Siempre hay que creer en uno mismo y dar lo mejor”,  destacó Mauricie.

 

Tiempos de pandemia

Mario se puso al frente de varias urgencias que disparó la pandemia. Más allá de darle batalla al coronavirus en los lugares  donde trabaja, al principio cuando todo era incertidumbre y angustia, fue uno de los pocos profesionales que ofreció responder, de forma gratuita, a través de las redes sociales inquietudes que tenía la gente sobre el virus.

De esta forma, con el objetivo de aliviar la demanda de consultas en el sistema de salud y evitar que la gente asistiera a hospitales, Fitz junto a otros médicos de nuestro país, resolvió consultas en relación a los síntomas que dispara la COVID-19. En este marco, a mediados de marzo del 2020, Mario escribió en su Twitter: "Soy médico de un hospital público de CABA con muchos años de experiencia en cuidados críticos, si alguien tiene una consulta sobre COVID-19, que no sea grave y con el fin de no sobrecargar los hospitales, me puede consultar por privado. Por favor difundir, espero ayudar".

Llegando al final de la entrevista, remarcó: "No dejemos que todo esto quede en el olvido. Quien tenga esta convicción, no dude en estudiar esta maravillosa carrera que salva vidas y ayuda a mucha gente. A la sociedad les pido que sigamos aplaudiendo y apoyando a todo el personal sanitario".

 

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