Juan Moreira (1829-1874) fue un gaucho argentino convertido en leyenda por folletines, libros y obras de teatro, pero ninguna versión de su historia tuvo tanta repercusión como la película que hizo Leonardo Favio en 1973. La vida de Moreira estuvo atravesada por enfrentamientos políticos, traiciones, persecuciones, cárcel y una muerte memorable.

El Moreira de Favio es un gaucho encarcelado por reclamar una paga que un pulpero le debía. Al ser liberado, hace justicia por mano propia. Moreira se exilia en una toldería para escapar de la ley y empieza a trabajar para los bandos políticos de la época.

“Juan Moreira” fue la primera película a color de Leonardo Favio. La estrenó el 24 de mayo de 1973, un día antes de la asunción presidencial de Héctor Cámpora y del regreso del peronismo al gobierno después de 18 años de proscripción. El mismo Cámpora estuvo en el estreno en el cine Atlas de la calle Lavalle.

“Dos millones y medio de personas la vieron; está entre las cinco mas vistas de la historia del cine argentino. Es interesante pensar, que esa masa que acudió a los cines a ver la película es la misma que se volcó a las calles, al día siguiente del estreno, para festejar el triunfo y la asunción de Héctor Cámpora y mas tarde la llegada de Perón a la Argentina”, explicó a El Agrario el periodista cinematográfico y productor audiovisual, Ulises Rodríguez.

En Juan Moreira, Favio muestra al gaucho matrero y pendenciero pero también reivindica al gaucho que no se deja avasallar y se revela contra la autoridad.

Para Jorge Russo, colorista digital que trabajó junto a Favio en “Perón, sinfonía de un sentimiento”, además del clima festivo que se vivía en las calles por el inminente regreso de Perón, el estreno fue un acontecimiento porque el director era un símbolo del peronismo en la cultura. “También era atractivo el personaje retratado: un gaucho marginal, manipulado y maltratado por el poder”, dijo Russo.

Para interpretar a Moreira, Favio eligió a Rodolfo Bebán, que un año antes había interpretado a Juan Manuel de Rosas en la pantalla grande. “En Juan Moreira, Favio muestra al gaucho matrero y pendenciero pero también reivindica al gaucho que no se deja avasallar y se revela contra la autoridad. La película invita al espectador a tomar partido; y en 1973, eso significaba tomar partido por el peronismo proscripto que espera el regreso de su líder”, dijo Rodríguez.

“Lejos del academicismo, Favio logró una filmografía muy auténtica y personal. Era un artesano al que le gustaba contar historias que el pueblo pudiera entender y disfrutar, con una estética que a veces iba de lo exquisito a un kitsch y que solo él podía hacerlo bien. Un caso único y raro de cine popular e intelectual a la vez”, explica Russo. En 1973, Russo era un adolescente y vivió la experiencia de ver “Juan Moreira” en un cine de la calle Lavalle luego de hacer varias horas de fila. Todavía recuerda al público de pie, aplaudiendo hasta las lágrimas, por el impactante final de la película.

La historia de Juan Moreira –popularizada a fines del siglo XIX por el escritor Eduardo Gutiérrez- tuvo, antes de la producción de Favio, dos versiones en el cine mudo y dos en la etapa sonora. “La historia que contó Favio marcó un quiebre en el cine argentino: una historia gauchesca con contenido político que hasta ese momento el cine argentino no había tenido”, finalizó Rodríguez.

Actualmente puede verse gratis la versión restaurada por YouTube o en la plataforma de contenidos argentinos CineAr