MOTÍN DE AREQUITO, inicio de un Nuevo País
Si tenemos que poner una fecha histórica a la conformación de la real Argentina, la que nace de conceptos Federales y Portuarios, con intereses enfrentados es el 8 de enero del año 1820. Ese día se produce el Motín de Arequito, en la Invencible Santa Fe.
Por Luis Chervo | 23-01-2022 04:00hs
Si tenemos que poner una fecha histórica a la conformación de la real Argentina, la que nace de conceptos Federales y Portuarios, con intereses enfrentados es el 8 de enero del año 1.820. Ese día se produce el Motín de Arequito, en la Invencible Santa Fe.
Se trató de una sublevación de oficiales del Ejército del Norte hacia el Directorio de Buenos Aires. Lo que técnicamente paso, fue que decretó el final de la Constitución Unitaria del año 1819, permitió que el de Buenos Aires, pase a ser un Gobierno Autónomo, igualó los derechos de los Pueblos del Interior y abrió el camino al entendimiento en parecidas condiciones, para que se entiendan la totalidad de los Pueblos que recién, más de 40 años después lograron entenderse, con costos altos de sangre y lágrimas, siendo Arequito, el inicio de los nuevos liderazgos que dieron forma a la Argentina actual.
El Motín de Arequito dio inicio a lo que se llamó el Federalismo Argentino que tuvo siempre a Santa Fe como eje de los cambios que llegaron a su punto máximo, en la Constitución de Santa Fe del año 1920, la cual fue un ejemplo de actualidad, de progresismo, siendo junto a las de México y a la de Alemania.
Esa Constitución de 1920 de Santa Fe, tuvo como eje la mayor capacidad de aplicación de poder de los municipios, siendo un intento serio, no concretado por el internismo, de la Autonomía tan ansiada por el Pueblo de Rosario.
Fruto de los debates entre José Gálvez, promotor del centralismo y el progresismo de Lisandro de la Torre, surge esta Constitución que nunca se puso en marcha, producto de las internas eternas de los Santafesinos.
A decir del ex Gobernador José María Vernet, analizando con perspectiva histórica, si esa Constitución Santafesina, se hubiese puesto en marcha y de poder haber sido proyectada a nivel Nacional, seguramente el Peronismo nunca habría existido, pues los avances propuestos saldarían las necesidades de una sociedad moderna y pujante que Argentina, sigue necesitando, en unidad.
Volviendo más de cien años atrás, analizamos que en 1815, luego de luchas variadas del Este, del Norte y del Oeste, Artigas logra unificar la Banda Oriental. En ese tiempo, los inestables problemas de la Provincia de Buenos Aires no cesaron, influidos desde sus propias entrañas, como de intereses externos, incluso del Artigismo.
El ejemplo de Artigas fue copiado por Entre Ríos, y por Santa Fe, en donde expulsaron a los Gobernadores nombrados por el Directorio de Buenos Aires.
Allí surge un muy capaz y poderoso de los Caudillos entrerrianos, el Gran Francisco Pancho Ramírez, lo cual llevó a la separación de los líderes de Corrientes, esperando que se acomoden los tantos.
Santa Fe, bajo el mando de Mariano Vera, se subleva contra Buenos Aires en 1.815 y en 1816, luego toma la posta el que sería el Gran Brigadier General de Santa Fe, Don Estanislao López.
El Gobierno de Buenos Aires intentó reiteradamente dominar a Santa Fe, pues era un camino estratégico para los intereses de los Porteños hacia el centro norte de lo que sería Argentina.
En ese período se cuentan al menos cinco incursiones de tropas Porteñas contra las Santafesinas, las cuales fueron repelidas sin excepción. Esta actitud llevó a Salta y a Córdoba, a levantarse contra ese poder Central, por otro lado Mendoza cierra la posibilidad de que su Gobernador, San Martín, fuese reemplazado.
Esta nueva realidad llevó a un fuerte predicamento de los Federales encabezados por Artigas, pregonando sin cesar por sus ideas, las cuales fueron tomadas por los Porteños como gritos anarquistas, que significaba que tomaban ese pregón como un desgobierno con una intención de desorden Institucional, básico para mantener el poder centralizado en Buenos Aires.
En ese escenario Ramírez invade Buenos Aires y luego retrocede por orden de Artigas, entonces Rondeau, arma un nuevo ejército y dando indicaciones a Fernández de la Cruz, que estaba en Pergamino, que avance sobre Santa Fe.
El 8 de Enero de 1820, en la avanzada Porteña que estaba en Arequito, el General codobés Bustos, apoyado por los Coroneles Alejandro Heredia y José María Paz, dirigió la sublevación contra los Generales Zelaya y Manuel Guillermo Pinto, para cortar camino a Fernández de la Cruz y negociaron el retiro de las tropas a Buenos Aires y de la continuidad de Bustos a unirse al Ejército del Norte.
Esa sublevación impidió un reguero de sangre, pues si se hubiesen juntado contra los Santafesinos, era un fuerte Ejército, ya que Bustos comandaba más de 1.600 hombres y Cruz, otros 1.400 soldados.
Pero como en toda negociación hay picardías, entre los valores y los miedos, el valiente Bustos ofreció que Cruz, entregue la mitad de las municiones, armamento y reses de consumo, mientras que el Porteño Cruz decía que sí, preparó su huida, por lo cual Bustos mandó a seguirlo al Coronel
Heredia, pero cuando lo alcanzó, se sorprendió que los hombres de Estanislao López ya lo tenían rodeado.
La parte final de la historia, significó que Fernández de la Cruz entregó todo su Ejército a Bustos, sin titubeos y se retira a Buenos Aires junto con un leal, que fue Lamadrid.
Cuenta la Historia, que luego de un asado de fraternidad entre los más de 3.000 soldados, al día siguiente Bustos, parte a Córdoba, de donde el día 12 de enero en la posta de Esquina, escribe a Estanislao López y a Rondeau, explicando sus planes de apostar todo su esfuerzo al Ejército del Norte.
López, quien nunca perdió el seguimiento de los hechos, mandó a despedir las tropas de Bustos por sus seguidores hasta La Herradura, sobre el río Tercero, en donde Bustos fue recibido como un vencedor, y tuvo influencia en la herencia de los Gobernadores Díaz y Castro, en Córdoba.
Por su parte Rondeau, enfrentó a Ramírez y López, en Cepeda, en donde fue completamente derrotado por los Federales, lo cual llevó a su renuncia definitiva y a la disolución del Congreso que había sido de Tucumán, lo cual significó el fin de los Directores en el Río de la Plata, por lo cual Buenos Aires nombró a un Gobernador y firmó la Paz con Ramírez y con López.
Este grito de Arequito, significó el inicio para que en el resto de las Provincias surjan nuevos liderazgos, que serían el sello rector de los próximos años, en la formación de un nuevo País.