Campos ganaderos desde U$S 1.800 y agrícolas desde U$S 6.500 la hectárea
Por Luis Chervo | 14-11-2020 12:00hs
Cuando se habla de Uruguay y de la rentabilidad del 4% en dólares, desde esta orilla se para la oreja, como el pituco alazán tostado de mí Tío Guille.
La cercanía de historia con la Banda del Uruguay, siempre nos suena entrañable. Convivir con ellos por andanzas del fútbol, o los que queremos el Río, o el solo hecho de compartir una carne y un vaso de vino, justifica un viaje para uno u otro lado, pues es un placer recíproco en ambas orillas. Ahora cuando la visita viene con un buen negocio de por medio, las cosas se ponen más gustosas.
Uruguay, junto con Paraguay y Bolivia, son los países más estables de la Región que invitan a hacer buenos negocios. Bolivia a pesar de que el Gobierno cívico militar que derrocó a Evo, se endeudó en muchos millones de dólares, lo cual seguro no será de obstáculo para que Luis Alberto Arce enfoque la economía en un nivel de producción y desarrollo, retomando los mejores días de la pasada década.
A los argentinos urbanos nos gusta apostar en ladrillos, por lo cual siempre andamos buscando departamentos, alguna cochera o alguna casita, para invertir y sacar una renta, pero a los de campo, les encanta comprar buenas tierras, para dar curso a sus ganas de progresar y producir, ya sea en ganado, como en agricultura.
En Uruguay, existe una vieja cobertura del Estado, por lo cual no hay retenciones impositivas a ninguna de las actividades y todos los commodities que siempre han cotizado en dólares americanos, pues es la moneda de seguridad y de cambio permanente. Existe una cultura del hacer, del comercio, del anclaje seguro.
La rentabilidad en Uruguay según las diversas consultas que hemos realizado, van desde el 2,5% al 4,5%, dependiendo de la actividad y de las regiones. Otro detalle es que el valor de la tierra siempre se manejó de una forma equilibrada, siendo entre un 2 y un 3% sobre la inflación americana, por lo cual siempre mantiene un prestigio y perspectiva alentadora.
La libertad de navegar con la moneda extranjera, hace muy apetecibles los mercados de Uruguay y de Paraguay. Un margen jurídico más cierto, es otro motivo y la claridad de dos o tres puntos de rumbo económico; y lo más importante para un inversor, el poder repartir libremente las ganancias, cosa que pasan a ser más confusos en otros países de la región.
Una práctica habitual en Uruguay, es la formación de los fideicomisos ganaderos, los cuales tienen una gran proyección, en la que se puede lograr entre un 7 y 8% de utilidad anual.
Una cualidad interesante del vecino país es que no tenés que tener residencia allí para integrar una sociedad, o bien directamente comprar como persona física, con la enorme tranquilidad, que los papeles en una alto grado, van a estar en total regla, dando mucha confianza al momento de realizar la operación inmobiliaria, no existiendo restricciones ya sea en tamaño como de la ubicación de la explotación agropecuaria.
En cuanto a lo impositivo, no se cobra IVA ni en producción ni en maquinarias.
En cuanto al cuatrerismo y el control de la salud del ganado, Uruguay ofrece grandes caminos, ideados por Pepe Mujica desde el Ministerio del área. Hace años, todas las cabezas de ganado están debidamente vacunadas y controladas, usan un chip electrónico que sirve para facilitar el control del rodeo y la comercialización.
Una gran jugada en el comercio internacional de Mujica fue un convenio marco por la leche uruguaya con Nueva Zelanda, que se estudia en las grandes Universidades Internacionales, por lo beneficios a una economía emergente y la complementación entre dos países, uno desarrollado y otro en vías de desarrollo.
Uruguay es un campeón mundial en cuanto a cómo y con quiénes comercializa. Sus productos llegan a 130 países del mundo, y como siempre decimos, eso es constancia, pero acompaña calidad y cantidad solicitada. La producción es un tema de cómo se enmarcan las energías internas de un país, y la competitividad es el resultado de un estudio geopolítico, dinámico y que está marcado por múltiples factores, que ojalá Argentina, vuelva a tener.
En lo concreto, los uruguayos hoy por hoy tienen un mercado de la tierra, en donde un criador de ganado puede encontrar gangas que van desde los 1.800 y hasta los 2.500 dólares. En lo referente a terrenos que soportan invernada y cría, se pueden encontrar más o menos en 3.500 dólares la hectárea; y en el caso de campos agrícolas puros, allí sí las hectáreas están en un promedio que va de los 6.500 a los 8.000 dólares.
Finalmente Uruguay fomenta la forestación, caso que en Argentina hay que remontarse a 1.948, cuando Perón forestó áreas pegadas a las estaciones de los ferrocarriles, o al discurso de Adolfo Rodríguez Saá, que en el 2001, prometía 3 millones de árboles plantados, que nunca vieron la luz del día. En éste caso de campos forestales las inversiones nacen en los 2.500 dólares la hectárea y llegan a los 4.000 dólares.
En lo personal creo en una salida que sostenga un Plan Integral Económico, que sea sustentable a dos o tres años la primer parte y muy sustentable a 15 años, para lo cual, hay que hablar y poner ideas en las mesas de trabajo. Espero que esta descripción de nuestra hermana República del Uruguay, que es gemela a Santa Fe, en muchos aspectos, pueda inspirar a muchos.
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