ANÁLISIS INTERNACIONAL

El dólar, el “privilegio exorbitante” de Estados Unidos

Inmerso en una competencia cada vez mayor con China por la hegemonía global, Estados Unidos tiene dos grandes ventajas respecto a los asiáticos: una, el poder militar sin parangones; la otra, el dólar.

Por Ignacio Lautaro Pirotta | 29-08-2021 11:00hs

Ante la desastrosa retirada de Estados Unidos de Afganistán, no faltaron quienes aseguraran que se trató de una nueva muestra de la decadencia del poder estadounidense. Otros, incluso en medios de aquel país, hablaron de que significó un daño a la credibilidad como superpotencia. Si bien hay algunos aspectos en los que Estados Unidos puede estar en cierto declive, sobre todo al compararlo con el avance de China, su poder sigue siendo enorme y no es factible que en el mediano plazo sea superado por otra potencia. Hay dos cosas que le otorgan a Estados Unidos una ventaja extraordinaria sobre el resto del mundo. Uno es su poder militar, el otro es la internacionalización del dólar como moneda de reserva alrededor del mundo y de operaciones comerciales y financieras.

La internacionalización del dólar le otorga a Estados Unidos un poder económico que no tiene igual en el mundo. El control de la política monetaria (emisión, masa de dinero, tasas de interés, etc) a través de la Reserva Federal (el banco central estadounidense, conocida como Fed) tiene un impacto global y afecta a todas las economías, reforzando así el poder estadounidense. Además, al ser el dólar la moneda con la que se realizan las transacciones internacionales, puede financiar su propio déficit comercial a través de la emisión.

Un ejemplo de la influencia de la política monetaria de Estados Unidos en el mundo se vio este año cuando en el mes de junio desde la Reserva Federal barajaron la posibilidad de subir las tasas de interés de corto plazo. El mero rumor hizo que el dólar suba. Un mes después de aquella suba, el propio presidente de la Fed, Jerome Powell, se encargó de apartar esa posibilidad hasta tanto el mercado laboral estadounidense no se recomponga de la crisis producto de la pandemia.

Una suba del dólar afecta a cada país de manera diferente, dependiendo de cada circunstancia, y también de manera diferente a cada sector dentro de los países. En Argentina, con alto endeudamiento en dólares e inflación, la suba del dólar es perjudicial en términos macroeconómicos, aunque puede beneficiar a sectores exportadores al tiempo que perjudicar a los sectores que dependen más de las importaciones.

Otro efecto de estos tiempos y como consecuencia de la alta emisión de dólares para financiar las políticas de recuperación post pandemia, es la inflación. Aunque hay dudas respecto a si los niveles de inflación actuales de Estados Unidos son transitorios o de un impacto mayor. Otros países alrededor del mundo también están sufriendo inflación como resultado de las propias dinámicas internas, pero desde la Cepal advirtieron que el presupuesto estadounidense con abultados gastos podría presionar los precios internacionales a la suba, afectando entonces a todo el globo e independientemente de las políticas de cada país.

Estados Unidos consolidó la posición del dólar como moneda más utilizada para las transacciones internacionales y reservas luego de la Segunda Guerra Mundial y por medio del comercio y la exportación de productos industriales, ya que era el principal país industrial fuera del mundo comunista liderado por la Unión Soviética. El déficit comercial sostenido fue vital para “inundar” de dólares al mundo, especialmente Europa. Además, el Plan Marshall, el plan de Estados Unidos para la reconstrucción de Europa luego de la guerra, también colaboró con la internacionalización del dólar. Así, en la década del 50 comenzó a hablarse de los eurodólares, los depósitos en dólares en territorio europeo.

En la segunda mitad de los años 60's, desde Francia, cuando el ministro de Economía de entonces, Valéry Giscard habló del “privilegio exorbitante” de Estados Unidos, se promovió el cambio de los dólares en las reservas europeas por oro. Esto hizo que a comienzos de los 70 's las reservas de oro de Estados Unidos caigan estrepitosamente. Fue entonces cuando el presidente Richard Nixon decidió que su país rompería unilateralmente el acuerdo internacional de Bretton Woods en lo referente al respaldo de las monedas por el oro.  Romper con el patrón oro fue el gran factor que posibilitó la actual hegemonía del dólar, ya que le permitió seguir expandiendo su influencia sin necesidad de tener un respaldo en el oro, este último de existencia limitada.

En la década del 70, el acuerdo con Arabia Saudita para que las transacciones de petróleo (una de las principales commodities internacionales) de aquel país se realicen exclusivamente en dólares a cambio de apoyo militar para las instalaciones petroleras dio inicio a los llamados petrodólares, el acaparo de dólares de parte de los países productores nucleados en la OPEP (el cartel de los principales países productores de crudo), dólares que luego eran “reciclados” en el sistema financiero por medio de compra de bonos de Estados Unidos y préstamos a países del tercer mundo.

La toma de deuda en dólares en los países del tercer mundo ya había comenzado en la década del sesenta con los eurodólares, pero se acentuó en la década del setenta con los petrodólares, derivando en la crisis de la deuda en los ochenta. Desde luego, el endeudamiento en dólares refuerza la posición de esa moneda al tiempo que afecta la autonomía de los países endeudados, como la Argentina.

Otro de los factores a considerar es el ascenso de China como potencia mundial. Desde la instalación de los petroyuanes hasta la expansión comercial del gigante asiático, hay algunos elementos que podrían hacer pensar que China está avanzando lentamente en la internacionalización de su moneda.

Con la crisis de la pandemia, algunos han vuelto a vaticinar -como ya ha sucedido en varias oportunidades- que la hegemonía del dólar podría llegar a su fin. Uno de los puntos más cuestionados es la emisión y gasto público en Estados Unidos, que podría generar inflación sostenida y hacer con que la moneda pierda confianza internacional como reserva de valor.

Otro de los factores a considerar es el ascenso de China como potencia mundial. Desde la instalación de los petroyuanes hasta la expansión comercial del gigante asiático, hay algunos elementos que podrían hacer pensar que China está avanzando lentamente en la internacionalización de su moneda. Si la intención de China es en algún momento desplazar al dólar, lo cierto es que ello ha estado lejos de constatarse, al menos de manera contundente. Incluso China es el segundo tenedor extranjero de bonos del tesoro estadounidense, por lo que una brusca devaluación del dólar también la perjudicaría.

Como señalan Esteban Actis y Nicolás Creus en su libro “La disputa por el poder global”, la estabilidad financiera internacional es un bien público del que se benefician todos los países, entre ellos China y Estados Unidos, y un punto clave para asegurarla es la existencia de una moneda de uso internacional. Por consiguiente, una política de China demasiado agresiva, o una “guerra de monedas” no sería conveniente, ya que la inestabilidad del sistema financiero internacional afectaría a ambas potencias. Por eso, para los autores, el dólar es el límite de la confrontación entre Estados Unidos y China por el poder global. Confrontación que se da de manera más acentuada en otros planos, como el político, comercial y tecnológico.

 

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