DISPUTA GLOBAL

China vs. Estados Unidos: la Cortina de Hierro Digital

La quinta generación de internet será la próxima gran revolución tecnológica y por ello se encuentra en el centro de la disputa entre las dos potencias mundiales. La seguridad y el potencial de espionaje son los factores que impulsaron a Estados Unidos a llevar adelante la política de la Cortina de Hierro Digital.

Por Ignacio Lautaro Pirotta | 07-03-2021 10:15hs

El vertiginoso ascenso de China en las últimas décadas ha dado lugar a un mundo atravesado por la disputa de la hegemonía mundial entre aquel país y Estados Unidos. La disputa sucede sobre todo en los planos económico, comercial, tecnológico y en la influencia en los organismos multilaterales como las agencias de las Naciones Unidas. En el plano militar, la superioridad estadounidense es tal que tiene una activa presencia en el sudeste asiático, con bases militares en países aliados y flotas en aguas internacionales. Además, el poder estadounidense tiene en el dólar como moneda de uso internacional a uno de sus principales reaseguros.

Sin embargo, en el plano tecnológico China ha sacado algunas ventajas respecto a su competidor. Particularmente en el caso de internet, por medio de la compañía Huawei y el desarrollo del 5G. China se ha colocado en la vanguardia de esta tecnología, desplazando al país que fuera su inventor: internet fue creada en la década del 80 como un sistema dentro del Pentágono, el edificio del Departamento de Defensa. El 5G, la quinta generación, aumenta exponencialmente el potencial de internet y será la próxima gran revolución tecnológica, dando un salto en la llamada Internet de las Cosas, autos y ciudades inteligentes con sistema de transporte, red de energía, agua y demás controlados vía internet. Para el sector agrícola implica, por ejemplo, la posibilidad de control remoto de las maquinarias. La competencia por el dominio del 5G va más allá del enorme negocio que significa, se trata de una cuestión de poder dada la enorme trascendencia de la innovación en cuestión y la posibilidad o no de tener influencia sobre las compañías que prestan el servicio así como sobre la infraestructura.

Pero posiblemente lo más importante de la disputa sean los intereses inconfesables. Con el enorme volumen de datos que se generan actualmente en internet, sobre todo a partir de los celulares inteligentes, estos se han convertido en uno de los bienes más codiciados, tanto por compañías privadas como por Estados. Así, tener control sobre los servidores se torna fundamental. De allí que en 2018 la administración Trump inició una dura batalla al acusar al régimen chino de utilizar a Huawei con fines de espionaje. Primero fue la prohibición de operar en el país, seguida del anuncio de Google de que no permitiría su sistema operativo Android en los artefactos Huawei. Pero no quedó allí. Estados Unidos comenzó una fuerte campaña para prohibir la tecnología 5G de Huawei alrededor del mundo, con especial énfasis en sus aliados en materia de inteligencia. El grupo de países que junto a Estados Unidos conforman la alianza de inteligencia conocida como Cinco Ojos, a saber: Canadá, Australia, Reino Unido y Nueva Zelanda fueron los primeros en prohibir el ingreso de Huawei, a excepción de Canadá, que aunque no utiliza la tecnología china evitó la confrontación directa. Desde que Trump inició su ofensiva contra Huawei, comenzó a utilizarse el término “Cortina de Hierro Digital”, en alusión a la Cortina de Hierro de la Guerra Fría, que servía de contención a la Unión Soviética. A futuro, la Cortina podría generar dos esferas de tecnología separadas, sobre la cual cada potencia tendría su influencia. Esto tendría serias implicancias para el sistema productivo internacional y las cadenas de valor global, así como para el conjunto de la conectividad global.

A la luz de las revelaciones de Edward Snowden, el ex miembro de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense, quien en 2013 reveló cómo se utilizaba internet para realizar espionaje a nivel internacional, incluyendo desde mandatarios hasta empresas estratégicas como la brasileña Petrobras o la venezolana PDVSA, la acusación contra Huawei recuerda al meme del hombre araña donde el personaje de Marvel señala a otro hombre araña idéntico a él. Como expresó el periodista Pablo Stancarelli en un artículo en el Le Monde Diplomatique de agosto pasado, la preocupación estadounidense podría deberse entonces a la pérdida del privilegio del espionaje, al tener vedado el acceso a los servidores de Huawei en los países en que adquieran su tecnología.

En nuestro país hace dos semanas fueron habilitadas las primeras redes de 5G. Se trata de cinco sitios móviles en la Ciudad de Buenos Aires, con tecnología de la compañía China Huawei, y cinco en Rosario, con tecnología de la sueca Nokia.

Luego de la Caída del Muro de Berlín en 1989 y la disolución de la URSS en 1991, Estados Unidos gozó de algo más de una década de soledad hegemónica a nivel global. La hegemonía del binomio democracia liberal y capitalismo de mercado dio lugar al “Fin de la Historia” según la visión de Francis Fukuyama (en el sentido de que no quedaban más desarrollos sustantivos para la humanidad, tesis revisada tiempo después por el propio autor), o el llamado “discurso único”, desde visiones críticas como la de Ignacio Ramonet. Pero el mundo bipolar que comienza a tomar forma por estos años es bastante diferente al del enfrentamiento entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Se trata de dos economías capitalistas, a pesar de la mayor presencia estatal en China, y sobre todo en un mundo fuertemente interconectado. La interdependencia, para utilizar un término de las Relaciones Internacionales, entre las dos potencias es tal que hace difícil un enfrentamiento como el de la Guerra Fría. La Guerra Comercial llevada adelante por Trump mostró algunos de esos límites, al provocar consecuencias significativas para su propia economía como resultado de los aranceles impuestos a los bienes chinos, produciendo por ejemplo la caída en las compras de soja, entre otros. No obstante, la interdependencia es mucho más compleja que el comercio bilateral. En el nivel máximo de complejidad aparece lo que Esteban Actis y Nicolás Creus en su libro “La Disputa por el poder global” definen como "el límite a la confrontación", el dólar. Este, en tanto moneda internacional en la que los propios chinos tienen interés en mantener su estabilidad, es el principal obstáculo para la escalada en la confrontación entre las pontencias. China ha sido uno de los grandes compradores de deuda pública estadounidense, por lo que la desvalorización del dólar atenta contra sus propios bonos.

No obstante, por tocar un asunto tan delicado como es la inteligencia gubernamental y el espionaje en internet, algo que se enlaza con las denominadas nuevas amenazas para la seguridad internacional, donde los Estados ceden protagonismo a factores descentralizados y difusos, por ejemplo el terrorismo, la tecnología 5G sobresale como uno de los puntos de conflictividad en la disputa hegemónica. En Europa, Gran Bretaña se alineó a Estados Unidos y prohibió el ingreso de Huawei, mientras que Alemania y Francia, las dos potencias de la Unión Europea luego del Brexit, permanecieron unidas en la posición de independencia y acceso a diferentes proveedores. No obstante, ambos países tienen la iniciativa Gaia-X, una nube de la Unión Europea, que garantizaría mantener la soberanía de sus propios datos.

En Argentina, hace dos semanas fueron habilitadas las primeras redes de 5G. Se trata de cinco sitios móviles en la Ciudad de Buenos Aires, con tecnología de la compañía China Huawei, y cinco en Rosario, con tecnología de la sueca Nokia, empresa que pasó a ser la principal apuesta estadounidense habida cuenta de los retrasos de las compañías de origen nacional. En Brasil, el alineamiento de Bolsonaro con Donald Trump le cerró las puerta a la empresa china, llegando a suscribir la iniciativa Red Limpia, en la que se define a Huawei como una empresa peligrosa para la seguridad nacional. Sin embargo, la salida de Trump del poder y la reciente crisis por falta de suministro de insumos provenientes de China para la producción en Brasil de las vacunas contra el Covid abrieron la puerta para que Huawei sea incluída en la licitación del 5G. México, el otro gigante latinoamericano, no llegó a suscribir la iniciativa Red Limpia, pero el fuerte peso de la economía estadounidense inclina la balanza en favor de estos. Chile, bajo la administración de Sebastián Piñera, ha mantenido siempre un buen diálogo tanto con ambas potencias y el año pasado abrió licitaciones sin prohibir a Huawei. Hasta el momento, la administración de Joseph Biden ha mantenido la postura hacia Huawei como una amenaza para la seguridad, aunque no ha dado nuevos pasos en la política de la Cortina de Hierro Digital. Por ello, de no mediar nuevas amenazas de parte de Estados Unidos, la conformación de dos esferas de tecnología separadas no parece que se vaya a concretar. Aunque nunca puede subestimarse cómo reaccionará una superpotencia que ve amenazada su hegemonía global

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