Es imposible imaginar a un gaucho sin cuchillo, sería como imaginarlo sin caballo. En efecto algunos escritores opinan que el cuchillo “es una prolongación o variante de su propio brazo derecho”, y en caso de sacárselo, sería como amputarle el brazo.

Hasta sin caballo, si tenía el cuchillo, podía el gaucho ingeniársela para conseguir uno, pero sin su arma, la situación sería más que triste. Por eso para él lo fue todo, cuchillo y tenedor para comer, escarbadientes, elemento para matar al animal, útil de todas sus artesanías (tientos, trenzas, repujado, lonjeado, etc.) y herramienta de todas las tareas, arma ofensiva y defensiva en el duelo personal o en las luchas con las fieras.

En las faenas no solo sirvió para matar, sino, además para castrar, charquear, sabear, cuerear y carnear.

Fue más compañero que el caballo, más que el mate, que las boleadoras, o el lazo, o el poncho.

El cuchillo en nuestro hombre de campo es herencia cultural europea llegada con los primeros conquistadores el Plata. Tuvo muchas formas de portarla: En la bota, en la cintura sobre los riñones con el mango asomado hacia la derecha.

En muchos casos lo utilizó para cortar ramas para leña, hacer palos, estacas y trabajo generales en madera, algunos cuchillos tenían muecas en la parte más ancha del lomo para trabajar en el alambrado.

El cuchillo fue usado hasta para cortar alambres.

Hay varios tipos de cuchillos o arma blanca: facón, caronero, verijero y cuchillo propiamente dicho.

Facón: En realidad es una daga. Tiene filo completo y contra filo, tiene un largo de 30 centímetros de hoja en general, lo cual lo hacía poco cómodo para sacar y para uso como utensilio o herramienta. La hoja tenía un ancho proporcionado, aunque nunca muy ancha. La empuñadura fuerte, generalmente de guampa, de bronce, o en los de lujo de plata.

La vaina era de acuerdo a la calidad del arma: de suela o cuero crudo con borde de tientos, sin lonjear y pasadores de bronce o plata.

Caronero: Es un facón de gran tamaño, hasta los 80 centímetros de hoja, muy útil a la hora de matar reses. Por su tamaño el gaucho no podía llevarlo en su cintura, por tal motivo lo llevaba entre las caronas del recado, de ahí su nombre. La hoja se hacía generalmente con un sable viejo o con una bayoneta.

Verijero:Era un cuchillo de hoja cómoda y pequeña, el gaucho lo utilizó para castrar, para picar el tabaco, etc. Se llevaba adelante a la vista del lado derecho con el mango hacia afuera luciendo por sobre la rastra.

Cuchillo: Este era de hoja ancha, de 25 centímetros de largo con filo y punta hacia arriba. Era la herramienta y el instrumento ideal para el hombre de campo. El gaucho lo llevaba como al facón, atravesado sobre los riñones con el mango sobre el codo derecho