No todo es fuego, ¿qué pasa con nuestra salud?
La quema de pastizales no solo causa opiniones encontradas entre las partes, también afecta fuertemente al sistema de salud. Consecuencias leves y graves se hacen cada vez más presente en el sistema respiratorio y cardiovascular de los que viven en la zona.
Por Marianela Chimento | 06-09-2020 03:00hs
La quema de pastizales del Delta del Paraná es una problemática que se viene dando hace varios meses, provocando opiniones encontradas entre diversos sectores, y afectando la naturaleza del ecosistema en sí. Ahora, ¿Qué pasa cuando los incendios y sus consecuencias afectan gravemente la salud de los que viven en la zona? El Agrario dialogó con Pablo Arias,doctor en medicina, profesor titular de Fisiología y director de la Escuela de Graduados, que participa de los encuentros socio-ambientales para ponerle fin a este conflicto, y trabaja desde la Plataforma de Estudios Ambientales y Sostenibilidad de la UNR (Universidad Nacional Rosario) para darle solución de base a la situación,
El entrevistado informó que al quemarse pastizales y arbustos que cubren la superficie de los humedales se generan distintos gases como: vapor de agua, dióxido y monóxido de carbono, y partículas de distinto tamaño. Las más grandes son bien visibles y se depositan en forma de hollín, por ejemplo en la ropa que colgamos a secar, pero las partículas más finas, difíciles de ver, formadas -entre otros elementos- por carbono, distintos metales, y compuestos orgánicos (reconocidos por su capacidad cancerígena), son causantes de una gran cantidad de enfermedades. ¿Por qué? Las mismas pueden introducirse por las vías respiratorias, llegando al interior de los pulmones e incluso penetrar a través de los mismos hacia la sangre, distribuyéndose en el organismo en donde generan distintas alteraciones.
Además, el profesional validó mencionar que las consecuencias de las quemas pueden generar irritación conjuntival, mientras que en el aparato respiratorio cabe la posibilidad de que se de la aparición de enfermedades inflamatorias agudas de la vía aérea, con síntomas leves como goteo o congestión nasal, estornudos, picazón de nariz, tos. De todas formas, situaciones más graves también pueden darse, tales como la disnea (falta de aire), llegando a la disminución en la oxigenación que puede requerir internación. Por otra parte, pueden exacerbar o reagudizar episodios de broncoconstricción en sujetos con enfermedades respiratorias crónicas como el asma bronquial y EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica).
En este contexto, el doctor argumentó que la exposición a cantidades aumentadas de partículas finas puede favorecer la aparición de infecciones pulmonares tanto inespecíficas (bronquitis aguda, neumonías), como específicas (tuberculosis, por ejemplo). Esto se debe, entre otros factores, a que las partículas alteran los mecanismos de las células de defensa (glóbulos blancos, macrófagos), y entorpecen la actividad de depuración o de limpieza que tienen las cilias de las células bronquiales (las cilias son como pequeñísimas cerdas de un cepillo que se mueven constantemente y trasladan el moco que se fabrica en los bronquios, con bacterias y otros componentes adheridos al mismo, hacia la parte superior del árbol respiratorio, desde son expulsados al exterior al toser). Además, por la acción de estas partículas se alteran las características del moco, que se vuelve más espeso y difícil de expulsar.
Al pasar desde los pulmones a la sangre, las partículas generan reacciones inflamatorias en los vasos sanguíneos y el corazón, por ello no resulta sorprendente que la inhalación de partículas finas en zonas vecinas a incendios forestales y de pastizales resulte en un aumento agudo de las consultas médicas de emergencia por síntomas relacionados con el aparato circulatorio (angina de pecho, infarto de miocardio, arritmias e insuficiencia cardíaca, etc).
¿Qué pasa con los niños y niñas? "Constituyen un grupo particularmente vulnerable a los problemas respiratorios", manifestó nuestro entrevistado y aclaró que eso es debido a que el pulmón no ha alcanzado su completo desarrollo, tienen vías aéreas más pequeñas que tienden a obstruirse más fácilmente y menor desarrollo de defensas para la limpieza de las mismas. Además, respiran con mayor frecuencia y hacen más ejercicio físico que los adultos al aire libre, aumentando la dosis efectiva de contaminantes aéreos que capta el pulmón. Es muy amplia la cantidad de estudios internacionales que muestran un mayor número de hospitalizaciones por enfermedad respiratoria en niños ante mayor nivel de material particulado ambiental. Algo similar ocurre en adultos mayores donde el reflejo de la tos, como mecanismo expulsivo de contaminantes, está disminuido.
El especialista distinguió que, así como se asocia el hábito de fumar cigarrillos con el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, no debe extrañarnos que, en las poblaciones expuestas por períodos prolongados y reiterados al humo originado en la quema de biomasa se acompañe de un aumento del número de este tipo de cáncer. La exposición a estos tóxicos, a diferencia de lo que ocurre con el humo del tabaco, es incesante, acompañando cada respiración durante horas, días, semanas y aún meses.
Algunas fuentes informaron que el grado de contaminación es 5 veces superior a los permitidos por el sistema de salud, y respecto a esto el doctor nos comentó que aún no encontró publicaciones que presenten evidencia "dura" sobre estos puntos, pero de todas formas aseguró que están trabajando para obtenerla desde la Plataforma de Estudios Ambientales y Sostenibilidad de la UNR, en colaboración con organismos municipales y provinciales. Igualmente, manifestó que extrapolando la situación a la que ocurre en quemas prolongadas, como lo es el caso del manejo inadecuado de los residuos vegetales de la zafra en Tucumán, es lógico pensar que esto suceda.
A través de recopilaciones como las realizadas por particulares involucrados en la problemática ambiental, como en el caso del informe “Por una vida sin humo”presentado por Julieta Bernabé, integrante de la Multisectorial por la Ley de Humedales, se detectan testimonios que dan cuenta de una baja en la calidad de vida, del agravamiento y desarrollo de problemas vinculados a la salud debido al efecto del humo en el aire en los habitantes de zonas vecinas a la quema de los humedales.
Foto imagen destacada: Sebastián Granata