Nuevo rolo sustentable para silvopastoriles
El INTA desarrolló un prototipo que se destaca por ser más corto y maniobrable que los convencionales. Es el Tatú MBGI que permite mejorar la oferta de forraje y la accesibilidad, mientras se conservan los bosques nativos del Gran Chaco Americano, buscando conciliar el impacto ambiental y económico en la región.
Por Valeria Pirotta | 13-06-2020 01:00hs
En los bosques nativos de Chaco la intensificación ganadera se caracteriza por una alta densidad de arbustos y falta de forraje, por lo cual se hace uso del rolado para mejorar la superficie y poder sembrar pasturas. Allí se integra la existencias de árboles, forraje y el pastoreo de ganado, de una manera mutuamente beneficiosa, en términos ambientales y productivos.
El sistema silvopastoril, una de las formas de agricultura más antigua, es un modo de gestión del pastoreo en los bosques que contribuye a la conservación del ecosistema. Por su parte, el rolado consiste en un tractor que arrastra un rolo que es un cilindro con cuchillas, su función es trozar los leños que encuentre en la zona y otra vegetación, para mejorar la superficie y generar cobertura, la cual permite mantener la humedad en el suelo ocasionando que el crecimiento de malezas disminuya y mejoren las condiciones de la superficie. Esta técnica es beneficiosa pues además disminuye el uso de agroquímicos, pues la cantidad que se requiere para quitar malezas es menor.
Por estos motivos especialistas del INTA se interesaron en diseñar un prototipo de rolo autopropulsado que permite mejorar la oferta de forraje y la accesibilidad, mientras se conserva el ecosistema natural.
Tatú MGBI se trata un equipo destacado que permite mejorar la oferta de forraje y la accesibilidad, mientras se conservan los bosques nativos del Gran Chaco Americano.
Se trata del Tatú MBGI, que "combina robustez, maniobrabilidad y seguridad para las tareas de rolado en montes nativos”, indicó Marcelo Navall, investigador del INTA Santiago del Estero, y agregó que “se trata un equipo destacado que permite mejorar la oferta de forraje y la accesibilidad, mientras se conservan los bosques nativos del Gran Chaco Americano”.
Las siglas MBGIprovienen del acuerdo de “Manejo de Bosques con Ganadería Integrada” que es un espacio de articulación de políticas públicas que busca compatibilizar la producción ganadera y forestal eficiente y rentable, al tiempo de conservar "los servicios ecosistémicos que brindan los bosques".
Respecto a las opciones convencionales aplicadas en la zona para el rolado, Navall señaló que: “las maquinarias disponibles y difundidas para aplicar desarbustados son, en general, muy anchas (más de 4 metros) y/o largas (con más de 10 metros), con poca maniobrabilidad”. Además, “si bien esta característica permite aplicar el tratamiento con un rendimiento satisfactorio, desde el punto de vista ganadero, genera importantes efectos sobre la vegetación natural, incompatibles con el manejo sustentable de bosques nativos”. Por su parte, los equipos más chicos no son tan robustos y tienen frecuentes problemas y roturas, indicó el investigador
“Tatú MBGI intenta resolver esta problemática”, aseguró Navall, y especificó que el equipo tiene un ancho de trabajo de 2,6 metros y un largo total (incluyendo pala frontal) de 7 metros, lo que lo convierte en el más corto y maniobrable del mercado. Montado sobre un tractor Zanello articulado de 160HP, Tatú MBGI tiene un peso total de 10.500 kilogramos, distribuidos en un 60 % en el tramo frontal y en un 40 % en el trasero.
El INTA trabajó con la ayuda financiera de la Dirección General de Bosques y Fauna de Santiago del Estero, la Ley Nacional de Bosques y a la empresa CMZ Zanello de Las Varillas, Córdoba, con quien firmó un convenio de vinculación tecnológica a travésd el cual el 5 % de cada unidad vendida en los próximos 5 años, se destinará a potenciar el trabajo de los equipos técnicos del instituto.
Respecto al estado de desarrollo y su puesta en el mercado el especialista del INTA Santiago del Estero indicó: “hoy, el equipo está trabajando en nuestro campo experimental, donde además de buscar ajustes y mejoras, pretendemos dar un impulso a la producción ganadera de nuestro campo, en el cual tenemos más de 4000 hectáreas de bosques nativos casi sin intervención”. Navall se mostró satisfecho y expectante pues estiman que durante lo que queda de 2020 se realicen algunos ajustes para finalmente cercad e fin de año se pueda iniciar su etapa comercial.