Sequía: enemiga íntima de la yerba mate
El Agrario dialogó con Cristian Klingbeil, productor yerbatero que nos explicó cómo la sequía afectó al sector yerbatero durante el 2020. 'El stress hídrico fue muy grave', advirtió.
Por Marianela Chimento | 15-02-2021 01:30hs
El sector yerbatero, por diversos motivos, se vio fuertemente afectado a lo largo de todo el 2020, y el 2021 parece continuar en esa línea. Hay cuestiones que son indiscutibles y que cualquier persona que vive en la provincia de Misiones, tierra madre de la yerba, puede reconocer: inseguridad rural, robo de plantines, incendios intencionales, aumento en su valor, discrepancia entre el rendimiento del productor y el costo final que tiene el producto en góndola , adquisición ilegal de maquinarias para su cosecha, venta ilícita de la planta hacia países vecinos, malos entendidos con secaderos, el bajo rendimiento de los yerbales, entre otros.
Todos los puntos mencionados anteriormente tienen que ver con la intervención del hombre y sus maniobras, y las negociaciones que no llegaron a buen puerto entre diferentes sectores, pero qué pasa cuando el factor "naturaleza" toma protagonismo y perjudica a la yerba mate. ¿Hay culpables en esta situación? ¿Tiene solución? Para ser claros, estamos hablando de la sequía, una anomalía climatológica en la que la falta de lluvia durante un tiempo produce sequedad en los campos, afectando directamente a los cultivos.
El Agrario dialogó con Cristian Klingbeil, productor tealero-yerbatero y directivo de la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones, quien afirmó que "esta condición dejó consecuencias graves", y que no hay muchas formas de prevenirla. En tal sentido destacó que su provincia no se caracteriza por tener sequía, ya que es un acontecimiento que sucede cada "7 o 10 años". Frente a esta situación no hay muchas cosas por hacer, destacando así que sería complicado aplicar lo que es un sistema de riego debido al quiebre y el desnivel que presenta el suelo. También al ser plantaciones tan altas "se tendría que contar con bombas, un nivel de electricidad casi imposible de mantener y muchos litros de agua", lo que no justifica aplicar un sistema de esa índole.
Calificó a las pérdidas ocasionadas por la falta de lluvias como "muy graves", y explicó que es importante tener en cuenta que se está hablando de arbustos cuya producción tarda unos 5 años en llevarse a cabo, y en algunos casos el tope más alto de rendimiento demora 10. "Son pérdidas que se sienten en el momento y en el tiempo", expresó Klingbeil.
Hablando en números, el yerbatero manifestó que a raíz de esta situación en el 2020 hubo un 30% menos de producción en lo que respecta a la yerba. "Son brotaciones que se pierden", y agregó que no solo esta cosecha se vio afectada, también la del té en un 50%, y la del tabaco,de la que aún no pudo establecerse la cantidad perdida, "pero se aproxima a los valores mencionados anteriormente", subrayó.
"El stress hídrico fue muy grave", resaltó Cristian y aseguró que las últimas lluvias ayudaron a cambiar el color de las hojas pero aún así "no hubo una explosión de brotaciones" y, por lo tanto, el repunte no fue inmediato. En tal sentido destacó que, a veces cuando este ciclo está muy afectado y pasó su tiempo de crecimiento, "no hay salvación" porque se queda en el tamaño que alcanzó y eso "no sirve". Mostrándose más esperezando, el entrevistado adelantó que el pronóstico a largo plazo no habla de eventos fuera de lo normal, por lo que se espera que este 2021 no se cuente con tanta sequía para el campo.
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