Fertilizando ganamos todos
Superficie sembrada, condiciones climáticas que acompañen, tecnología aplicada (sobre todo buena semilla, fertilizantes y control eficiente de adversidades) y precios internacionales son los cuatro factores que inciden el el desempeño de la campaña y aportan las divisas que el país necesita.
Por Gerardo Gallo Candolo | 13-11-2021 05:00hs
La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales, Ciara CEC, anunciaron que en los primeros diez meses del año el ingreso de divisas alcanzó los 28.086.928.631 dólares, reflejando casi un 67% de incremento respecto al mismo período del año anterior y récord absoluto histórico.
Las entidades reconocieron que la cifra alcanzada tuvo como factor predominante al crecimiento de los precios internacionales que compensó el menor tonelaje. Hay que acotar que a este récord se llegó a pesar de la bajante del Río Paraná, que obliga a transferir buques a completar carga a puertos de aguas profundas: Bahía Blanca y Necochea - Quequén; y a pesar de las demandas laborales que frenaron la actividad de varias empresas en los puertos de Rosario en muchas oportunidades en ese período.
Esta fuente de ingresos de divisas es fundamental para nuestra economía. La pregunta sería si se puede repetir o al menos alcanzar este récord nuevamente, que los entendidos ya presupuestan en más de 30.000 millones de dólares estadounidenses para todo el 2021.
Superficie sembrada, condiciones climáticas que acompañen, tecnología aplicada (sobre todo buena semilla, fertilizantes y control eficiente de adversidades) y precios internacionales son los cuatro factores que incidirán en esa cifra “mágica” tan necesaria para nuestra economía. Veamos cada una de ellas.
Los expertos afirman que la demanda internacional de granos, harinas, aceites y subproductos seguirá en aumento y aunque también incidirá en los precios la producción lograda en otros países, se mantendrían precios interesantes para la próxima campaña.
El trigo, que ya está sembrado y la cosecha gruesa que en estos días está en pleno proceso de siembra, nos indica que continúa el entusiasmo del productor para invertir en el campo. La superficie sembrada este año aumentaría, o al menos se mantendría similar al año pasado y los precios pagados en alquileres en esta campaña sirven como un indicador positivo en ese sentido.
Las condiciones climáticas parecen advertir que será un año niña débil, algo más seco que lo habitual, pero la implementación de la siembra directa, los buenos controles de malezas y el efecto impreciso que se da en estas circunstancias no parece que pueda influenciar drásticamente en el tonelaje a cosechar en la próxima campaña.
En cuanto a la tecnología aplicada en general se advierte que el productor no se resigna a volver atrás en los controles de plagas, pero quedan dudas respecto al fertilizante a aplicar en las siembras tardías.
Los precios de los fertilizantes aumentaron en forma significativa a nivel mundial a partir de principios de año pero muchos productores argentinos compraron, incluso canjearon oportunamente por granos, lo utilizado por el trigo e incluso para el maíz que está sembrándose. El fertilizante fosforado es menos significativo en estos cálculos por las bajas cantidades que se utilizan, es difícil que el productor resigne dosis y eso lo demuestran los volúmenes importados, pero en el caso de los nitrogenados es posible que las siembras tardías o de segunda de maíz no tengan el suficiente aporte que necesitan los híbridos para expresar su potencial.
En estas circunstancias uno recuerda el proyecto de ley (ley de promoción del uso de fertilizantes) donde el productor lograba deducir diferencialmente en ganancias lo invertido en fertilizantes. Medidas de ese tipo serían muy oportunas en estos escenarios donde la relación de precios entre fertilizantes y granos se deteriora. Decíamos oportunamente que el fertilizante no lo aprovecha solamente el cultivo del año, se fertiliza el sistema productivo mejorando el ambiente y la cosecha, y en ese caso gana el productor, el estado (nacional y provincial), y toda la sociedad en su conjunto.