El Agrario conversó en exclusiva con Osvaldo Giordano, ministro de Finanzas de Córdoba. En nuestra entrevista pudimos conversar sobre la política impositiva de la provincia, el desempleo, la conducta tributaria de los ciudadanos, el trabajo rural y otros temas de actualidad.

¿Cómo afectó la pandemia a las empresas de Córdoba? ¿Cuáles fueron los rubros más afectados?

La pandemia fue negativa, obviamente, como ha sido en todo el mundo. Y particularmente en una provincia como Córdoba con una estructura productiva privada, dinámica, con un alto peso en el funcionamiento de la sociedad, se ha sentido mucho.

Dentro de ese marco, hay una enorme heterogeneidad: algunos sectores fueron menos afectados, algunos de ellos muy importantes en la provincia como es el sector agropecuario y las actividades relacionadas, y otros sectores se vieron muy afectados como, por ejemplo, el turismo, y otras actividades que el aislamiento prácticamente las paralizó. En ese marco hay un promedio que ha sido muy negativo pero con bastante diversidad en relación a los distintos sectores productivos de la provincia.

¿Cómo es la conducta tributaria pospandemia de los habitantes de Córdoba?

Si me preguntabas antes sobre lo que iba a pasar nunca me imaginé que íbamos a tener que enfrentar una situación como esta, pero si me la contabas hubiese pensado en un escenario mucho peor del que en la práctica ocurrió. Veo un gran esfuerzo de la población para seguir estando al día con los impuestos. Obviamente, se ha resentido la recaudación porque hay muchos impuestos que están vinculados a la actividad productiva, como es ingresos brutos o el impuesto a los sellos, que tiene un alto peso en la estructura productiva, pero en general en todos los impuestos, tanto estos, los vinculados a la producción, como los patrimoniales, impuesto inmobiliario, el impuesto automotor, se ve un nivel de cumplimiento alto en relación al contexto.

Casos concretos, por ejemplo, el impuesto inmobiliario que es un impuesto que pagan mucho las familias, y empresas también, sobre todo en el sector agropecuario (campos), lo que hemos logrado son niveles incluso un poco superiores a años normales. Ahí, yo creo que juega también mucho el esfuerzo que estamos haciendo en facilitar el cumplimiento, la digitalización, en hacer menos complicado pagar impuestos. Pero el hecho de que no se hayan deteriorado los niveles de cumplimiento, me parece que muestra un gran compromiso de la sociedad, una seriedad en la sociedad que, más allá de la adversidad, siguió pagando sus impuestos.

Usted menciona mucho al sector productivo rural, ¿Tuvo un gran protagonismo este sector durante la pandemia, verdad?

Sin duda para Córdoba es central, es una de las columnas fundamentales del sistema productivo de la provincia. En lo tributario, que es lo que se vincula con mi trabajo que son las finanzas públicas, todos sabemos que el agro tiene una altísima carga tributaria, pero que es totalmente impuesto desde el Gobierno nacional, es decir, la carga impositiva de la provincia sobre el sector es muy baja, de manera que así el efecto sobre las finanzas públicas es más bien indirecto. Existe un sector que funciona más allá de que los impuestos los paguen a nivel nacional, que moviliza la actividad económica y que se nota, especialmente en la zona sur y este de la provincia, cómo moviliza a otras actividades que sí tienen un involucramiento en el pago de los impuestos provinciales más grandes.

De manera que es un pilar fundamental de la actividad productiva y es muy bueno que en la pandemia haya sido menos afectada por las medidas de aislamiento, con un contexto internacional favorable que actuó como dinamizador. Más allá de los problemas con las políticas nacionales, el hecho de tener ese sector funcionando bien es sin duda un alivio.

¿Cómo beneficiará a Córdoba la construcción del nodo regional logístico en la ciudad de San Francisco para exportar a Medio Oriente?

Esto es de las cosas importantes que quizás se pasan por alto en los debates de políticas públicas, en donde los argentinos tendemos a concentrarnos mucho en que tenemos un problema central que es la escasez de divisas, y que para generar divisas necesitamos competitividad cambiaria. Nos fijamos mucho como está el tipo de cambio, si está bueno o está malo, si le aplican o no impuestos y demás. Es un debate válido y relevante, pero los países en serio, los que miran al mediano plazo, los que realmente buscan una competitividad genuina, la buscan por otro lado, que es teniendo mejoras en la infraestructura pública, o en la infraestructura en general, a los fines de lograr mayores niveles de productividad, bajar costos, ser más competitivos a partir de poder acceder a los mercados con mejores precios. Y esto es del tipo de cosas que ayudan.

Claramente, una sola cosa no cambia todo el mapa de competitividad del país pero la suma de este tipo de acciones es decisiva y entra dentro de las obras perdurables. Yo creo que nos falta mucho de este tipo de obras y por eso vemos como algo muy positivo esta acción, como muchas que está haciendo la provincia, como el tema de la infraestructura vial, los gasoductos, es decir, generamos las condiciones para que nuestros sectores productivos tengan mayor facilidad para el acceso a los mercados internacionales a buenos precios.

¿Cómo es el programa de modernización para municipios y comunas?

El Estado es uno solo, más allá de que nosotros, que estamos adentro del Estado, lo fragmentemos en qué hace la Nación, qué hace la provincia, qué hace el municipio. El sector productivo se dedica a producir y lo que espera del Estado es que este le devuelva con servicios, con bienes públicos, el esfuerzo que hacen los privados pagando impuestos. Y en esa búsqueda de devolver con más y mejores servicios, es clave evitar las fragmentaciones y que eso pueda conspirar contra la calidad del funcionamiento del Estado al no tener una buena articulación y un funcionamiento fluido entre los niveles de Gobierno.

En eso estamos trabajando en muchos aspectos, por ejemplo, uno del que venimos hablando, que es el aspecto tributario en el que hemos trabajado mucho con los municipios, para avanzar en algo que es calve en Argentina que es lograr un sistema tributario más simple. En ese sentido, Córdoba fue pionera en ser la primera jurisdicción en donde se estableció el monotributo unificado, así que en lugar de que los pequeños contribuyentes tengan que lidiar con tres impuestos, que implica tres problemas burocráticos todos los meses para pagar, para darse de alta, para comunicarnos las novedades, lo transformamos en un único impuesto, gracias a la articulación con municipios y con la Nación. Esto lo hicimos con el objetivo de que no solo el alivio venga por el lado de que sean impuestos más bajos, que eso tiene un límite porque conspira contra el financiamiento del Estado, sino que el alivio venga también por el lado de menor burocracia, menos energía destinada a lidiar con los trámites que impone el Estado.

Y puedo dar otro ejemplo muy importante que es la modernización que venimos trabajando también en coordinación con el Estado nacional, pero fundamentalmente con los municipios en la modernización del Registro Civil, que es algo que quizás pueda parecer irrelevante pero para muchas personas es muy importante. Todos en algún momento de la vida tenemos una interacción con el Registro Civil, sobre todo para las personas más vulnerables es clave acceder al derecho a la identidad, es decir que la persona esté correctamente registrada porque eso es lo que le permite trabajar en blanco, tener una cuenta bancaria y acceder a los servicios del Estado.

Y en este aspecto tenemos deficiencias serias en la Argentina de gente que no está correctamente registrada, o directamente, no está registrada, y eso es lo que nos motivó a buscar acercar el Registro Civil a toda la gente. Tenemos más de 300 oficinas en toda la provincia, informatizadas de manera tal que en forma inmediata, cuando nacen chicos o fallece una persona, hay un casamiento o un cambio de domicilio, lo podamos registrar de manera rápida y evitemos el daño que se genera por la no registración. Y podría enumerar muchos otros ejemplos de cómo la innovación, la modernización, el cambiar la forma de trabajo del Estado nos permite avanzar en la meta que queremos que es que el impuesto que paga la gente vuelva a ellos con mejores servicios.

Justamente usted hacía mención al trabajo no registrado o al trabajo en negro, y es de público conocimiento que en el sector rural hay mucho trabajo en negro, ¿Por qué sucede? ¿Cómo se combate?

Por varias medidas como las que mencioné antes, en muchos casos es imposible que la persona se registre en el trabajo porque esa persona no está ni siquiera identificada, no accedió al derecho básico de la identidad. Aunque nos cueste aceptarlo a quienes vivimos en la ciudad, en los lugares más acomodados de la sociedad, hay mucha gente que nace y tal vez muere sin documentarse, y en el medio, obviamente, tiene que trabajar en negro.

Y después hay toda una serie de factores, muchos de los cuales exceden al campo de acción de la provincia que tienen que ver con las regulaciones laborales, con la forma en que se trata el tema laboral, que también ponen trabas. Es un tema muy relevante y en el cual creo que todo lo que hagamos es poco, en función de la importancia social que está en juego, además de hacerle la vida más fácil a quienes producen, para que puedan contratar la mano de obra que necesitan, de la manera más simple posible.

¿Cómo es la tasa de empleo y desempleo en Córdoba?

En Córdoba los datos que tenemos son sobre desempleo urbano, tenemos menos información sobre las localidades más chicas, lo cual, para lo que es el promedio de nuestra provincia nos desfavorece, porque seguramente lo peor del empleo lo estamos viendo en las grandes urbes, que es donde se mide, como en la ciudad de Córdoba y en Río Cuarto, y que si uno mirara en localidades más pequeñas, tanto del sur como del este de la provincia, tendríamos un panorama muy distinto. Pero focalizado en los datos que tenemos, se observó un aumento grande en el desempleo pero que no refleja un deterioro más grande del empleo respecto del resto del país, sino que en realidad lo que pasó fue que no cayó tanto la actividad como cayó en el resto del país.

En síntesis, lo que estamos padeciendo es lo que vemos en todo el país, que de la mano de esta caída en la actividad económica asociada a las medidas de aislamiento por la pandemia, se ha ido deteriorando mucho el empleo, sobre todo el empleo de calidad. Pensemos que a la Argentina la pandemia la agarró en un momento de mucha debilidad, es decir, nuestro país ya desde el 2018 había iniciado un ciclo recesivo, uno de los tantos en nuestra historia, que había arrancado a mediados de 2018, con una gran devaluación y un desbarajuste macroeconómico, que inició ese ciclo recesivo de alta inflación. Y en el medio nos agarró este golpe de la pandemia como un golpe adicional.

Entonces lo que vemos en la Argentina, y también en Córdoba, es la sumatoria de estos factores, que es muy distinto a lo que se puede ver en otros países donde lo único que hay es el efecto de la pandemia. En cambio, acá es la suma de las dos cosas y por eso es tan profunda la caída en la actividad económica, y sobre todo, tan profundo es el deterioro de los indicadores laborales.

¿Cuánto aporta la Agricultura a las finanzas de la provincia?

De manera directa a las finanzas, no es tan relevante porque el único impuesto que paga directamente el agro en la provincia es el impuesto inmobiliario y algo del impuesto automotor por la logística de la producción. En ese aspecto, Córdoba ha seguido una actitud muy fuerte con ingresos brutos, al no grabar las actividades productivas en los primeros eslabones. Tenemos alícuota cero en el agro, que es una de las pocas provincias así. Y la de industria es mucho más baja también: la mayoría de la industria no paga y la que paga lo hace pagando una alícuota relativamente baja, más baja que en el resto del país.

La estructura impositiva de Córdoba está más centrada en las actividades de consumo final, y eso lo hacemos fundamentalmente por esta vocación de que seamos una provincia productiva, lo más dinámica posible, desde el punto de vista de la producción privada, y eso incide en la forma de financiamiento. Se hace bajo la confianza de que en la medida que el sector privado se movilice y trabaje, se van a movilizar el resto de los eslabones y se va a poder cobrar de la mejor manera que es, por ejemplo, cobrar ingresos brutos en la etapa final o cobrar los impuestos patrimoniales. Esa es la lógica que aplicamos que es bastante distinta al resto de las provincias en donde se graban más los sectores productivos como el agro y la industria de lo que se hace en Córdoba.

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