Ovinos: Argentina presenta un escenario productivo favorable
La producción ovina se ha convertido en una de las actividades más importantes del sector agropecuario de nuestro país, debido a la generación de ingresos, fruto de su comercialización y por su capacidad de abastecer el consumo familiar.
Por Marisa Massaccesi | 08-08-2021 03:03hs
Se estima que hacia 1549 llegaron los primeros ovinos al suelo rioplatense y que para 1810 nuestro país tenía apenas 2 o 3 millones de ovinos. En muchas zonas del norte argentino, la oveja había desplazado al cultivo del algodón por su menor costo en mano de obra, puesto que cuidar rebaños era mucho más aliviado que cultivar la tierra.
Desde entonces, mucha agua pasó debajo del puente o bien, son más las hectáreas de pasturas que hay en el campo, ya que la producción ovina se posiciona como una de las actividades más importantes del sector agropecuario argentino.
Actualmente, la producción ovina se desarrolla, principalmente en las regiones del litoral, patagónica y de la pradera pampeana, y aunque algunas de ellas la concentran para los mercados interno y externo de carne, todas las provincias producen el ganado para la obtención de lana.
En tal sentido, la producción ovina se ha convertido en una de las actividades más importantes del sector agropecuario de nuestro país, debido a la generación de ingresos, fruto de su comercialización y por su capacidad de abastecer el consumo familiar.
Como resultado de esas operaciones de los mercados, la producción ovina impacta positivamente en la economía argentina, lo que conduce directamente a la generación muchos puestos laborales en cada uno de los eslabones de la cadena del sector.
Tanto la lana, la carne y el cuero son apreciados dentro y fuera del país. Desde 1850 a 1855, en virtud a los interesantes logros económicos obtenidos con los ovinos por algunos estancieros del norte de la provincia de Buenos Aires, alentados por el interés de la industria europea que comenzaba a manufacturar tejidos que requerían lana larga, se evidenció un interés superlativo por la crianza lanar.
A lo largo de 40 años, la lana ocupó el primer lugar entre las exportaciones argentinas,lo que aseguraba una inserción plena en el mercado internacional, hasta llegar a ocupar el 3º lugar mundial como país productor-exportador de lanas, a fines del siglo XIX.
La cría de ovejas en la provincia de Buenos Aires era la actividad productiva más rentable, atraía mano de obra y capitales y desplazaba al ganado vacuno. Con el correr de los años, la lana alcanzó muy buenos resultados económicos, especialmente en la región patagónica.
La leche y sus derivados también ocupa un lugar importante en el panorama agropecuario del país. La mayor cantidad de productores de leche de oveja se concentra en las provincias de Buenos Aires y Chubut. La elaboración de quesos de oveja tuvo un importante crecimiento en los últimos años. Como Argentina carece de tradición en el consumo de leche fluida de oveja, la misma es principalmente industrializada bajo la forma de quesos y, en menor medida, de dulce de leche y yogur.
En cuanto a la carne, entre las diferentes razas de ovinos existentes en la Argentina, solamente Hampshire Down es exclusivamente la productora. Se las encuentra en la región patagónica, la zona productora mas más importante para la comercialización de productos de cordero, borrego, capón, oveja y carnero.
Desde el año 2019, el escenario económico vinculado al ganado ovino ha presentado varios vaivenes, ya que se registraron pérdidas productivas y económicas, debido al clima imperante en la región patagónica, donde muchos de ellos sufrieron los efectos de las tormentas de nieve. El ganado que quedó de pié presentó condiciones físicas desfavorables, lo que tuvo incidencia directa en el precio de venta al consumidor final argentino.
Posteriormente, entre enero y octubre de 2020, la exportación fue de unas 3.892,11 toneladas de carne, reflejando un aumento del 38% en las exportaciones de ganado ovino, teniendo en cuenta el mismo período en 2019.
Argentina exportó carne ovina a China, Omán, Israel, Brasil y España, manteniendo vínculos comerciales con diferentes países de todos los continentes.
Cabe señalar, que el Servicio de Sanidad Animal y Calidad Agroalimentaria (Senasa) es el encargado de monitorear todo el proceso de la cadena ovina, favoreciendo su inserción en la mesa de los argentinos, contribuyendo con sus acciones de control en el exigente mercado global.
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