Papel de la bioeconomía en la transformación de sistemas alimentarios de América Latina y Caribe
El encuentro organizado por IICA tuvo como objetivo garantizar que el sector agropecuario de los países de las Américas llegue a la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios 2021, convocada por la ONU, con una voz firme y posiciones convergentes.
Por Gabriela Simonotti | 19-05-2021 11:00hs
Bajo el título “La bioeconomía y la transformación de los sistemas alimentarios de América Latina y el Caribe”, el encuentro virtual realizado el 14 de mayo, fue organizado por el IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura) y el Consorcio Internacional de Investigación en Biotecnología Aplicada (Icabr, en inglés), junto a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires; el Cirad, de Francia; la red latinoamericana de jóvenes líderes en biotecnología Allbiotech y la compañía colombiana Suricata.
El auge de los biocombustibles y avances tangibles en biotecnología, bioenergías, agricultura de bajo carbono y negocios de la biodiversidad muestran que la bioeconomía es cada vez más fuerte en América Latina y el Caribe.
Sin embargo, advirtieron, son necesarios más progresos en áreas como políticas públicas, inversión en investigación pública y privada, ecosistemas para bioemprendimientos y fomento de mercados para los nuevos bioproductos.
Esa fue una de las conclusiones alcanzadas en el diálogo virtual promovido por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) con el objetivo de que el sector agropecuario de los países de las Américas llegue a la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios 2021, convocada por la ONU (Organización de las Naciones Unidas), con una voz firme y posiciones convergentes.
Otro punto levantado en el debate, introducido por Guy Henry, director de Investigación y Estrategia del francés Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agrícola para el Desarrollo (Cirad), fue el fuerte vínculo existente entre salud y bioeconomía, un asunto reintroducido por los efectos de la pandemia de Covid-19.
En su mensaje, al centenar de expertos que participaron en la reunión, el director general del IICA, Manuel Otero, subrayó el lugar relevante de la bioeconomía “para garantizar el acceso a alimentos sanos y nutritivos para todos y, al mismo tiempo, promover industrias de alto valor y muy competitivas, con una producción favorable para la naturaleza”.
Contribución al diálogo en la región
En el evento, el gerente del Programa de Bioeconomía y Desarrollo Productivo del IICA, Hugo Chavarría, presentó un documento elaborado por el organismo especializado en desarrollo agropecuario y rural del Sistema Interamericano y el Icabr, como contribución a este diálogo y a la cumbre.
“El documento parte de una definición de bioeconomía marcada por tres elementos: las nuevas ciencias y tecnologías, los recursos y los principios biológicos y la posibilidad de ofrecer de manera sostenible bienes y servicios a toda la economía”, explicó Chavarría.
A partir de esta definición, precisó que han definido cinco vías principales mediante las cuales la bioeconomía contribuye al fortalecimiento y transformación de los sistemas alimentarios:
- La primera la vinculó a las ganancias en eficiencia y sostenibilidad en los procesos de los sistemas alimentarios gracias a la convergencia tecnológica.
- La segunda forma es que la bioeconomía está relacionada con la transformación de los territorios rurales, generando ingresos, empleo y desarrollo, esto a través del fomento de la industrialización local de la biomasa producida por la agricultura, ganadería, pesca y forestería.
- En tercer lugar, las nuevas tecnologías, y particularmente la simbiosis entre la biología, las tecnologías de la información y de la comunicación, la digitalización, las ingenierías, la robótica y la inteligencia artificial, permiten un aprovechamiento más eficiente y sostenible de los recursos.
- La cuarta contribución al fortalecimiento de los sistemas agroalimentarios de la región se da a partir de la promoción de un mejoramiento en la nutrición y en la salud.
- La quinta vía de aporte tiene relación con la promoción de la sostenibilidad ambiental y la resiliencia climática.
"Las tres principales cosas que vemos como parte de la agenda pendiente son la necesidad de mayor capital de riesgo en términos de volumen, mejores políticas públicas que promuevan el emprendimiento de base científica tecnológica, y el acceso a infraestructura y equipamiento", comentó Daniel Domínguez Gómez, director ejecutivo de Allbiotech.
Avances y retos
En las discusiones se reconocieron, como se mencionó anteriormente, los avances en biocombustibles, biotecnología, bioenergías, agricultura de bajo carbono y negocios de la biodiversidad. Y también se destacó la necesidad de ganar terreno en aspectos como comunicación, políticas públicas, inversión pública y privada, fomento de ecosistemas para bioemprendimientos y fomento de mercados para nuevos productos de la bioeconomía.
Ramiro Costa, jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, remarcó que “muchas veces se plantean las cuestiones de sustentabilidad como un costo extra y no necesariamente en cómo aprovechar la visión de la bioeconomía, para además de promover la sustentabilidad, generar mejoras de productividad y con ello mejorar los ingresos económicos de las empresas".
Chavarría, en tanto, indicó que si bien es cierto que algunos países de la región empezaron a establecer políticas y estrategias dedicadas exclusivamente a la bioeconomía, todavía existe una brecha importante respecto a otras naciones, sobre todo las europeas.
Finalizando el encuentro, Federico Villarreal, director de Cooperación Técnica del IICA, afirmó que desde el instituto, están avanzando en la generación de una agenda hemisférica propositiva que pueda llevar la voz de la agricultura de las Américas conjuntamente con planes de acción.
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