'Para tener conocimiento sobre todo a lo relacionado con la tierra, primero hay que amarla, aficionarse y gustar de ella”
Recordamos a Manuel Belgrano desde su compromiso con la Argentina rural. Sabía que si no se cambiaba el sistema, si no se producía un mejor reparto de las riquezas, nada podía esperarse. Fue el primero en proponer una verdadera Reforma Agraria basada en la expropiación de las tierras baldías para entregarlas a los que menos tenían, o no poseían nada.
Por Marisa Massaccesi | 20-06-2021 08:30hs
Han forjado nuestra historia y no les ha sido fácil, tampoco lo pretendían. Los próceres argentinos hablan desde sus grandes obras. Desconozco la razón por la cual, durante muchos años, su divulgación, en muchos casos se reducen sólo a un par de ellos, y no por ser menos importantes. Actuaron en grande, y para ello, estos hombres de formación cabal, pensaron, planearon y ejecutaron proyectos por la dignificación de toda una nación.
Siendo estudiante, ya me llamaba la atención que la evocación hacia nuestros hombres y mujeres de la historia, se acotara sólo a fechas de recordación tales como el nacimiento o el día en que murieron. Las actividades se centralizaban en desfiles por las plazas de los pueblos, escuelas ornamentadas y las figuritas escolares de sus retratos, pegadas en un cuaderno que no olvidaré jamás.
Estamos cursando el mes de junio, y automáticamente Manuel Belgrano “se adueña” del calendario, debido a su indudable asociación con la Bandera, como una gran madre que abrazará a nuestro país por siempre.
Sabía que nació en 1770 y que fue abogado, periodista, político y militar, un actor fundamental del proceso que condujo a la consolidación de la independencia del país, con sus victorias en las batallas de Tucumán y Salta. Muchos escritos coinciden en que era un hombre de intachable integridad y firmes convicciones patrióticas, y que siempre se interesó por el progreso de Argentina y la educación de sus habitantes.
Nuestro país tiene grandes historiadores, que han recorrido cientos de veces el pasado de estos hombres para iluminar el presente que transitamos, con ese costado, esa parte del prócer que nos permite conocer sobre sus batallas, que dedicaron gran parte de su tiempo para que los habitantes de esta tierra la elijan cada día, como un lugar digno para vivirla.
En lo personal, me interesaba saber qué pensaba el prócer argentino con respecto a la agricultura, saber un poco más sobre sus pensamientos y sus acciones de la Argentina rural, según él mismo lo plasma en “Medios generales de fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio". Se trata de una memoria que escribió como Secretario del Consulado de Buenos Aires, cargo del que toma posesión en 1794. Afirmaba que los países que progresaban lo hacen sobre la base de estos temas, puesto que contribuía (como en la actualidad) a poner en marcha una nación.
Más allá de su pluma, de pronto vino a mi cabeza el título de un libro del escritor colombiano Gabriel García Márquez, “El coronel no tiene quien le escriba” y haciendo un juego de palabras, recordé al historiador argentino Felipe Pigna y pensé: “Belgrano, sí “.
Gracias a la tecnología, tomé mi computadora y sólo a un click, Felipe brinda a todos sus lectores (que no son pocos) aspectos de la vida y obra de este patriota, que no fueron tan difundidos, especialmente su relación con la tierra, la agricultura, los hombres que la trabajaban entonces.
Pigna escribe y relata con pasión y de manera amena, (como en los videos "Algo habrán hecho por la historia argentina") los sucesos de esa época. Dice que Belgrano fue el primero en proponer una verdadera Reforma Agraria basada en la expropiación de las tierras baldías para entregarlas a los que menos tenían, o no poseían nada.
“Es de necesidad poner los medios para que puedan entrar al orden de sociedad los que ahora casi se avergüenzan de presentarse a sus conciudadanos por su desnudez y miseria, y esto lo hemos de conseguir si se le dan propiedades ( …) que se podría obligar a la venta de los terrenos que no se cultivan, al menos en una mitad, si en un tiempo dado no se hacían las plantaciones por los propietarios; y mucho más se les debería obligar a los que tienen sus tierras enteramente desocupadas, y están colindaras con nuestras poblaciones de campaña, cuyos habitadores están rodeados de grandes propietarios y no tienen ni en común ni en particular ninguna de las gracias que les concede la ley: motivo porque no adelantan…”, escribió Belgrano.
Belgrano con su pluma de cronista, periodista y biógrafo, dejó plasmados sus pensamientos y en más de una oportunidad fue censurado. Pigna señala que el 1º de septiembre de 1813, La Gaceta, publicó un artículo que había escrito unos años antes y que no pudo pasar la censura del período colonial: “Se han elevado entre los hombres dos clases muy distintas; la una dispone de los frutos de la tierra, la otra es llamada solamente a ayudar por su trabajo la reproducción anual de estos frutos y riquezas o a desplegar su industria para ofrecer a los propietarios comodidades y objetos de lujo en cambio de lo que les sobra. (…) Existe una lucha contínua entre diversos contratantes: pero como ellos no son de una fuerza igual, los unos se someten invariablemente a las leyes impuestas por los otros. Los socorros que la clase de propietarios saca del trabajo de los hombres sin propiedad, le parecen tan necesarios como el suelo mismo que poseen; pero favorecida por la concurrencia, y por la urgencia de sus necesidades, viene a hacerse el árbitro del precio de sus salarios, y mientras que esta recompensa es proporcionada a las necesidades diarias de una vida frugal, ninguna insurrección combinada viene a turbar el ejercicio de una semejante autoridad. El imperio de la propiedad es el que reduce a la mayor parte de los hombres a lo más estrechamente necesario”.
Sabía que si no se cambiaba el sistema, si no se producía un mejor reparto de las riquezas, nada podía esperarse. “Tenemos muchos libros que contienen descubrimientos y experiencias que se han hecho en agricultura, pero estos libros no han llegado jamás al labrador y a otras gentes del campo”, expresó.
Agradeciendo a Pigna su gran aporte para con Belgrano, me introduje en el túnel del tiempo y encontré esta citas textuales que tienen más de 200 años, dando cuenta de la gran visión que tenía nuestro prócer: “La agricultura es el verdadero destino del hombre"; "Todo depende y resulta del cultivo de las tierras"; además de que "La tierra siempre es preciso conocerla, para adecuar el cultivo de que es susceptible".
Luego de las «Memorias» anuales del Consulado, edita el periódico «Correo de Comercio». La tinta y papel reflejaron con detalle la situación del país en ese momento. Convencido de que la relación entre la agricultura y el comercio era fundamental, aseguraba que sin ese trabajo mancomunado "será un país miserable y desgraciado". Explica que «La agricultura sólo florece con el gran consumo, y éste ¿cómo lo hará en un país aislado y sin comercio? “. Sabía que la cría del ganado abundaba en nuestro territorio. Es así, que recomienda la cría del lanar, la vicuña y la alpaca cuyas lanas son muy estimadas en Europa.
Fue crítico a la hora de afirmar que “una de las causas a que atribuyo el poco producto de las tierras y, por consiguiente, el ningún adelantamiento del labrador, es porque no se mira la agricultura como arte que tenga necesidad de estudio”. De esta manera, tuvo la llave maestra para abrir la puerta a la enseñanza agropecuaria en todos sus niveles.
En la actualidad, hay diversas instituciones agrarias educativas, pero entonces, el prócer argentino estaba convencido que, para los trabajadores y estudiantes, había que otorgar facilidades para que puedan acceder a la compra de un pequeño terreno y que pudiesen establecer su granja, como así también, las semillas que necesitasen para sus primeras siembras. La obligación que tenían entonces, era devolver igual cantidad que la que se había expedido para su establecimiento en el término asignado para tal fin.
Tantos años transcurrieron para leerlo hoy, con una vigencia superlativa: “Para tener conocimiento sobre todo a lo relacionado con la tierra, primero hay que amarla, aficionarse y gustar de ella”. Con esa mirada, esa certeza, podemos ver en Belgrano su interés para que los jóvenes tengan una formación agraria de calidad, donde de manera integral accedan a distinguir cada especie de tierra por sus producciones naturales, sus cultivos, los diferentes arados según la naturaleza del terreno; la aplicación de abonos, cuando y como sembrar las semillas (su interés por promover la agricultura lo llevó a traer las primeras semillas de trigo al país con fines alimenticios), la realización de una cosecha y hasta lo que hoy llamamos manejo de malezas y control de plagas.
Cabe destacar, que el prócer predicó con el ejemplo sembrando en sus propios terrenos varios tipos de semillas. Tenía el objetivo de multiplicar la cantidad y la calidad de las semillas para luego regalarlas y difundir el cultivo en nuestro país, o sea, que la soberanía alimentaria estaba contemplada en su obra.
Es muy interesante leer a Belgrano y saber que contempló la rotación de los cultivos: "Deberán explicarse al labrador por nosotros mismos es que jamás se deje la tierra en barbecho, que el verdadero descanso de ella es la mutación de producciones y si es posible proporcionarse dos o tres cosechas en un año, haciendo a su debido tiempo las siembras, seguros de que la naturaleza recompensará su trabajo". Nada librado al azar.
Su aporte para el trabajador de la tierra y sus frutos para un país en crecimiento
Belgrano tenía una propuesta para los labradores de entonces: "… el establecimiento de un fondo con destino a socorrer al labrador ya al tiempo de las siembras, como al de la recolección de frutos". Se refería a que la clase productiva de la sociedad no viva en la miseria a costa de los manejos de los grandes monopolios que sólo aspiran a su interés particular y nada les importa el interés del agricultor.
Tuvo en cuenta la relación existente entre la agricultura y el crecimiento de la población, afirmando que todas las riquezas producidas por la tierra, iban a ser repartidas para felicidad de la patria. En todo momento, se refiere a la agricultura y el papel que ésta desempeña en el campo económico. Este rasgo agrícola traducido en una verdadera exaltación de la actividad, está en lo principal de su obra escrita: "La agricultura es la madre fecunda que proporciona todas las materias primeras que dan movimiento a las artes y al comercio".
Es tan inmensa su obra, que no se agota en una sola publicación. Muchos temas desvelaron a Belgrano, y se podría escribir durante semanas sobre él, porque nos trazó un camino sembrado con su legado moral y patriota, con la verdad y el respeto como herramientas insustituibles.
"Nada ciertamente puede dar tanta satisfacción como la vista, y el goce de paseos deliciosos a la sombra de los árboles que uno ha plantado por sus manos”.
¡Feliz día de la Bandera, argentinos!