Parte de la élite económica brasileña se despega de Bolsonaro
Jair Bolsonaro ganó las elecciones presidenciales de 2018 con el apoyo de parte importante de la élite económica. Sin embargo, muchos de esos apoyos hoy se están haciendo a un lado ante las amenazas a la democracia de parte del mandatario y el alejamiento de los lineamientos económicos liberales.
Por Ignacio Lautaro Pirotta | 14-08-2021 10:30hs
Jair Bolsonaro transita el mismo camino de Donald Trump, quien meses antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020 comenzó a agitar el fantasma del fraude electoral, para terminar con la invasión al edificio del Congreso durante la sesión que debía validar el triunfo de Joe Biden, el 6 de enero pasado. En el caso del mandatario brasileño esa estrategia parece haber comenzado mucho antes, a algo más de un año de la elección.
La situación en Brasil es diferente desde distintos puntos de vista. En primer lugar, lo que Bolsonaro cuestiona sistemáticamente desde hace meses, y de manera acentuada en las últimas semanas, es la urna electrónica. Desde el año 2000 Brasil cuenta con el 100% de urnas electrónicas, las cuales no emiten ningún comprobante del voto. Para el bolsonarismo, así como para otras fuerzas políticas en otras oportunidades, esto constituye la imposibilidad de auditar el proceso y tener resultados transparentes. Sin embargo, las urnas electrónicas son auditadas por el Supremo Tribunal Electoral (STE) y no existen evidencias de fraude desde que se implementó este sistema, que precisamente surgió con el objetivo de evitar ese tipo de delitos.
Pero, posiblemente, lo que importe para el mandatario brasileño no es tanto el argumento para impugnar a la urna electrónica, sino fundamentalmente la estrategia en sí misma de deslegitimar al proceso electoral. En el caso de Estados Unidos, si bien existe el voto por correo, el voto es en papel y es escrutado uno por uno, tanto para Trump como para Bolsonaro hubo fraude en la elección en la que Biden resultó electo. Con una retórica fuertemente encendida contra la urna electrónica, Bolsonaro llegó a amenazar que si no hay un voto impreso en 2022, no habrá elecciones. Para el presidente brasileño los mismos que dejaron a Lula en libertad y habilitado para ser candidato, son los mismos que no quieren el voto impreso, es decir la Corte Suprema y el Tribunal Superior Electoral. Ya en el mes de mayo, Bolsonaro había dicho que la única forma de que Lula pueda ganar las elecciones del año próximo es que no haya voto auditable.
Frente a los permanentes ataques al sistema de votación y a varios de los miembros de la Corte y el STE, sobre todo al presidente del tribunal electoral, Luís Roberto Barroso, contra quien tuvo ofensas personales, la semana pasada un grupo inicial de más de 200 empresarios, economistas, intelectuales y políticos suscribió una carta pública en la que se reafirma el compromiso con la democracia y se sentencia que “no se aceptarán aventuras autoritarias”. Luego la carta fue firmada por más de 1500 personas, pero el dato es que entre los firmantes se encuentra parte del establishment económico brasileño.
La “carta del PBI”, como fue apodada por la prensa brasileña, entre otros lleva la firma de Pedro Moreira Salles, presidente del Banco Itaú, el más importante de Brasil en el sector privado; la familia Trajano, dueña de Magazine Luiza, una de las mayores redes de venta minorista y líder del comercio online; José Olympio Pereira, CEO de la financiera Credit Suisse Brasil; Antonio Carlos Pipponzi, de Drogasil, la red de farmacias más importantes de Brasil; Horácio Lafer Piva, expresidente de la poderosa Federación de Industrias de San Pablo; Jayme Garfinkel, de Porto Seguro, una de las mayores aseguradoras de Brasil; y Guilherme Leal, de Natura, la compañía de cosmética.
Walter Schalka, presidente de Suzano, el mayor productor de celulosa de Sudamérica y también signatario de la carta, expresó al Diario El Estado de San Pablo que los empresarios hasta ahora había evitado tomar posición frente a los embates antidemocráticos de Bolsonaro por temor a represalias, en una economía que tiene, en sus palabras, una participación del Estado cercana al 40%.
Otro de los signatarios, Fabio Barbosa, expresidente del importante banco Bradesco y también expresidente de la Febraban, la Federación Brasileña de Bancos, en una entrevista de esta semana al diario el Estado de San Pablo, interpeló a sus pares del “círculo rojo”: “¿Nos vamos a quedar quietos asistiendo a esto o vamos a participar y dar nuestro punto de vista?”.
Por el peso de varios de los firmantes, la carta constituye una señal de que una parte importante del establishment económico brasileño no acompañará cualquier intento de ruptura democrática ni permanecerá pasiva frente a las reiteradas embestidas de Jair Bolsonaro contra las instituciones. Como varios testimonios ante la prensa vienen dando cuenta desde hace tiempo, existe un malestar de parte de varios empresarios ante la permanente turbulencia política que genera el actual gobierno, y que en definitiva termina afectando al clima de negocios e inversiones.
Otro aspecto importante es el desgaste de la imagen internacional de Brasil de la mano de Jair Bolsonaro, sea por los rasgos autoritarios, sea por la política ambiental y la deforestación del Amazonas, o por otros de los rasgos propios de la derecha radical de su gobierno. A mediados de 2020 fondos de inversión internacionales se posicionaron contra la política ambiental de Bolsonaro y lo exhortaron mediante una carta presentada en distintas embajadas en Europa a dar señales claras de un cambio de política. En 2019 el Amazonas ya había sido centro de atención mundial por la crisis de incendios y algunas compañías de vestimenta llegaron a anunciar un boicot contra el cuero brasileño. Según relató José Augusto de Castro, presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil, al diario Folha de San Pablo, "resulta difícil explicar el escenario para los empresarios extranjeros", quienes observan la situación y piden más información.
En palabras de un operador de Wall Street para el columnista de la prestigiosa revista Veja, Thomas Traumann: “Bolsonaro es un nuevo Macri. Fue electo como un liberal y gobierna más como un populista”.
Además de estos rasgos antidemocráticos de Bolsonaro, el rumbo económico no ha dejado conforme a muchos en el mundo empresarial. Hoy las políticas económicas parecen guiadas más por las elecciones y han dejado de lado las promesas de ajuste del gasto público y reformas estructurales con las que Bolsonaro conquistó al sector empresarial hace casi tres años. Esta percepción llega hasta afuera de Brasil. En palabras de un operador de Wall Street para el columnista de la prestigiosa revista Veja, Thomas Traumann: “Bolsonaro es un nuevo Macri. Fue electo como un liberal y gobierna más como un populista”.
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