Perspectivas agrícolas para el próximo decenio
A través de una simulación de los movimientos y cambios en los mercados durante los próximos 10 años, la FAO y la OCDE desarrollaron un informe sobre las perspectivas para el sector agrícola y ganadero a futuro.
Por Belén Benítez | 24-10-2020 12:00hs
Mediante una simulación realizada tomando como base una hipótesis inicial de las consecuencias que dejará el coronavirus en los mercados agrícolas y de productos básicos a escala mundial, La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y la Organización para la Cooperación de Desarrollo Económico (OCDE) realizaron un informe detallado que presenta las perspectivas para los mercados durante los siguientes 10 años.
Si bien se tratan de proyecciones relativas, que están condicionadas a múltiples factores variables, las organizaciones estimaron que a futuro la relevancia de los alimentos, piensos y biocombustibles no cambiarán significativamente, desestimando entonces cambios trascendentales en la demanda de los productos básicos agrícolas.
No obstante, los cambios a esperarse seguirán fluyendo en torno a los indices demográficos, dado el continuo aumento de población mundial que se está presentando en diferentes niveles, en todos los países del mundo.
En relación al aumento poblacional, el informe prevé que el promedio de disponibilidad de alimentos a futuro alcance unas 3.000 kcal. y 85g de proteínas per capita para el 2029, y que las grasas y alimentos básicos representen un 60% de las calorías adicionales.
Se espera una expansión en el sector ganadero que implicará un aumento en el consumo de piensos para la alimentación, especialmente para los países de ingresos bajos y medianos que "ampliarán la producción".
Considerando las diversas tendencias de consumo y niveles de ingresos promedios de cada país, las Organizaciones calculan que los países de ingresos medios utilizarán sus ingresos adicionales para transicionar sus dietas de alimentos básicos a productos de mayor valor; a la vez que los países con ingresos altos seguirán profundizando las tendencias de cuidado en materia ambiental y sanitario, buscando sustituir las proteínas de origen animal hacia fuentes alternativas.
El informe, destaca que se espera una expansión en el sector ganadero que implicará un aumento en el consumo de piensos para la alimentación, especialmente para los países de ingresos bajos y medianos que "ampliarán la producción". A su vez, se prevé que habrá, de cara al próximo decenio, una mayor intensificación de la producción pecuaria y pesquera.
La producción mundial de cultivos, en los próximos 10 años, crecería un 85% por las mejoras en los rendimientos resultantes del uso intensivo de los insumos, de las inversiones en tecnología productiva y a las constantes mejoras en las prácticas de cultivo.
El uso de biocombustibles de productos agrícolas no crecería significativamente y se mantendría constante, de acuerdo a las Organizaciones, principalmente por el papel "cada vez menor que desempeña en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y a la disminución del consumo de combustible para transporte del tipo de gasolina con bajo nivel de mezcla".
La producción mundial de cultivos, en los próximos 10 años, crecería un 85% por las mejoras en los rendimientos resultantes del uso intensivo de los insumos, de las inversiones en tecnología productiva y a las constantes mejoras en las prácticas de cultivo. El crecimiento en la producción, a su vez, implicará un aumento en el uso de la tierra en un 10% y la ampliación de la superficie de cultivo en un 5%.
La producción ganadera, en tanto, crecería un 14% durante el mismo lapso, consecuencia de una depresión e inestabilidad de los precios de los piensos y productos derivados, que motivaría a los productores a buscar mayores niveles de beneficios, ocasionando un aumento de la producción ganadera. Las aves de corral, de acuerdo al informe, representarían casi la mitad de ese crecimiento, siendo uno de los productos con mayor incremento previsto en la producción total de carne. Y, si bien también se espera un crecimiento en la producción de carne de cerdo, esta estaría limitada a la República Popular de China, consecuencia de la recuperación de las cabezas luego de la PPA.
El crecimiento productivo, también estaría acompañado por un crecimiento en las emisiones directas de gases de efecto invernadero en un 6%, mientras se mantengan las mismas políticas y tecnologías actuales.
La acuicultura, también continuaría aumentando y las Organizaciones destacan que para el 2024 la pesca de captura representaría la fuente más importante de pescado de todo el mundo.
El crecimiento productivo, también estaría acompañado por un crecimiento en las emisiones directas de gases de efecto invernadero en un 6%, mientras se mantengan las mismas políticas y tecnologías actuales. La ganadería, dentro de ese margen de crecimiento, representaría un 80% del aumento, pero con la adopción a gran escala de tecnologías de reducción de crecimiento, se podría lograr una reducción de emisión de carbono en la producción agrícola y ganadera.
La mayor parte de las emisiones, según el informe, se generarían en las regiones emergentes y de bajos ingresos dado un previsible aumento en los sistemas de producción, que generan más emisiones pero garantizan los ingresos.
Los precios de los productos básicos sufrirán una disminución en términos reales, según el informe, principalmente por las mejoras a nivel productivo que se esperan, ocasionando entonces que la oferta supere la demande y los precios se desplomen.
Las exportaciones, para las Organizaciones, se mantendrán constantes con una leve tendencia a la suba traccionadas por la búsqueda de seguridad alimentaria en los países con recursos limitados o potencialmente afectados por plagas o enfremedades que reduzcan la producción, como la peste porcina africana, invasiones de langostas, sequías, u otras.
Los precios de los productos básicos sufrirán una disminución en términos reales, según el informe, principalmente por las mejoras a nivel productivo que se esperan, ocasionando entonces que la oferta supere la demande y los precios se desplomen. Los valores, actualmente, se encuentran atravesados históricamente por la perturbación ocasionada por la COVID-19 en los mercados: dado el descenso en los ingresos disponibles principalmente en países en vías de desarrollo, por lo que se puede esperar que los precios sigan contrayéndose en varios productos durante el transcurso del año.
Si te interesó esta nota, te sugerimos leer: La actividad económica cayó 11,6% en un año