Antes de que el coronavirus desembarca en el país, el efecto de la pandemia comenzó a sentirse a través de la alarmante caída en las economías de los principales destinos de nuestras exportaciones, reduciendo las mismas.

Al respecto, el docente e investigador de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), Fernando Vilella, reflexionó y aportó su perspectiva sobre el futuro del mercado internacional de productos primarios.

En la publicación digital de la revista "Sobre la Tierra", medio de divulgación científica y tecnológica de la FAUBA, Vilella expresó que “como en eventos semejantes en los últimos años, hay una dinámica biológica y otra socioeconómica. En la primera, la enfermedad tardó varias semanas en llegar al hemisferio sur, lo que nos permitió aprender de lo ocurrido en el norte y tomar medidas oportunas para tratar de frenarla. Pero en lo social y económico, los impactos negativos se hicieron sentir al instante en el hemisferio sur. Sobre todo, en una economía tan globalizada como la que vivimos”.

Fernando Vilella, quien es director del Programa de Bioeconomía de la FAUBA, explicó que la logística comercial y productiva cayó en estos meses y tuvo como consecuencia un impacto económico alto. La situación de emergencia sanitaria global modificó los hábitos de consumo, de esta manera los alimentos y los insumos para producirlos dejaron de circular en los mercados importadores, como China, Europa e Irán, y eso provoca que los países exportadores de producciones primarias, como la Argentina, tengan serias trabas económicas.

Este año va a registrar cosechas récord en los Estados Unidos y en Brasil, y eso traerá como consecuencia que nuestra exportación va a sufrir una baja en los precios de la soja, el maíz y los alimentos balanceados.

En su análisis el investigador señala que "el mundo de los exportadores de alimentos ya tenía muchos problemas reales y relevantes antes de la pandemia. Un ejemplo es la fiebre porcina africana, que afecta a los cerdos y que llevará a la reconfiguración total del mercado de las proteínas animales. Con una pérdida de hasta el 50% del rodeo chino —que hace un año era la mitad del mundial— los precios de los granos forrajeros como soja y maíz se sostuvieron sólo por la mala cosecha de EE.UU.”

Para Vilella, este año va a registrar cosechas récord en los Estados Unidos y en Brasil, y eso traerá como consecuencia que los países exportadores de insumos, como el nuestro, van a sufrir los precios bajos en soja, en maíz y en alimentos balanceados. No obstante, señala que "al mismo tiempo, es probable que tenga lugar una reactivación de importancia tanto para los exportadores de carnes como para los de proteínas vegetales similares a la carne picada”.

Fernando Vilella advirtió que la Argentina exporta como grano el 63% del maíz producido o más del 90 % de la harina de soja. Esto representa, en su parecer, una debilidad importante, porque si el país queda fuera de los esquemas de grandes exportaciones de todas sus carnes, podría caer en una crisis de la balanza comercial en los años venideros.

“Esto se puede evitar promoviendo inversiones en las bioeconomías, lo que llamo Vaca Viva, con condiciones semejantes a las que muchos dicen que requieren los inversores en Vaca Muerta. En Vaca Viva no se habla de subsidios, pero sí de reglas claras en el horizonte impositivo, aceleración anticipada de amortizaciones, devolución en tiempo y forma del IVA y acuerdos gremiales ganar-ganar. No tiene costo actual y genera trabajo y desarrollo”, enfatizó.

Según el investigador, para las carnes bovinas la perspectiva es bastante optimistas en lo que se refiere a exportación a China, pues el año pasado, fue destino del 75% de nuestras exportaciones. Pero aclaró que respecto a la cuota Hilton, es decir, la exportación de carne premium a Europa, se presentará complicada en los próximos tres meses, ya que está prácticamente cerrada y con precios muy desfavorables, apuntó Vilella.

Por último, cabe destacar que “debemos tomar el muy buen ejemplo de cómo se enfrenta al episodio coronavirus: generar consensos políticos en base a los mejores especialistas del país. Ese diseño vence la obsolescencia institucional que tenemos a nivel global y nacional para enfrentar los graves problemas actuales. Nuestra crisis económica y social de las últimas décadas, que nos hizo pasar del 5 al 35% de pobres, requiere el mismo mecanismo. La situación es aguda, y esta pandemia la acentuará. Hay que reunir expertos sin pedir carnet de afiliación. Sin ellos, lo que viene es empeorar lo que teníamos antes de la epidemia”, finalizó contundente Fernando Vilella, profeso e investigador de la FAUBA