En la provincia de Entre Ríos, aquellas instituciones educativas rurales que estuvieran en condiciones sanitarias y edilicias tuvieron la posibilidad de volver a las clases presenciales a fines de octubre 2020. Hoy con protocolos establecidos que se respetan al pie de la letra, sus puertas continúan abiertas.

Estela Lemes es directora de la Escuela Nina Rural N° 66 Bartolito Mitre, ubicada en Costa Uruguay Sur, Gualeguaychú con una matrícula de 109 alumnos. Mientras que Pamela Cabral, es docente de la Escuela 45 Fray Cayetano Rodríguez, ubicada en el Paraje Pehuajo Sud, también de la localidad de Gualeguaychú, con un número de curricular menor, de 8 alumnos. Ambas escuelas se encuentran trabajando de manera presencial, con burbujas y protocolos sanitarios, según anunciaron las docentes a este medio.

Hoy vemos que los niños del campo están un ámbito mucho más sano, libre de virus y sin contacto estrecho  con gente positivo covid. Esta vez la brecha se inclina a la delgada línea en favor de  la ruralidad”

La cuarentena ha puesto en evidencia las debilidades estructurales del país. La falta de conectividad en algunas zonas de Argentina es uno de los puntos, y ha dificultado a muchos menores seguir sus clases en línea. Esto ha incrementado la brecha social y la pobreza alcanza ya al 60% de los niños menores de 14 años, según estadísticas oficiales. Frente a esto, Estela Lemes habló sobre la realidad que se vive en la Escuela 66: “No la veo en desventaja, para nosotros antes de la pandemia uno pensaba que los niños de las escuelas rurales no tenían las mismas posibilidades que los niños de la ciudad. Y hoy vemos que los niños del campo están un ámbito mucho más sano, libre de virus y sin contacto estrecho con gente positivo covid. Esta vez la brecha se inclina a la delgada línea en favor de  la ruralidad”, enfatizó.

En el caso de la Escuela de mayor currícula, se trabaja por burbujas de no más de 8 alumnos por aula, las dimensiones de las mismas no permiten más niños. “Cuando tiene presencial una burbuja, se trabaja de manera virtual con la otra. Los días viernes, los alumnos se llevan la tarea para trabajar durante la semana virtual y si surgen dudas se contactan con la maestra”, explicó Lemes.

Asimismo, sobre cómo se lleva adelante el trabajo educativo en las casas y el rol de la familia, Estela destacó el trabajo de los docentes y el compromiso de los padres cuando se trata de realizar tareas virtuales, “muchas familias viven campo adentro, alejados de la ciudad y con los datos de sus celulares trabajan con mucho compromiso en la educación de sus hijos”.

También hay que mencionar que de los 109 alumnos que presenta la escuela que dirige Estela, solo 12 niños pertenecen al ámbito rural, “el resto vienen porque a 6 km de la escuela se edificó un barrio de viviendas sociales" contó Lemes, que a su vez, indicó que trabajan con alumnos de nivel inicial y de primaria.

Sobre las características de la Escuela Bartolomé Mitre, cabe destacar que fue la primera escuela rural NINA de toda la provincia de Entre Ríos, por lo que amplió su horario escolar y sumó la orientación en Arte y en Ecología. Sus estudiantes reciben educación ambiental y artística pese a las dificultades propias de una escuela ubicada en el ámbito rural que, a diferencia de las instituciones que se encuentran en el área urbana, no cuenta con profesores estético expresivos ni con una infraestructura suficiente y debe sortear las dificultades propias de los caminos rurales en días de lluvia.

En el caso de Pamela, docente con más de 17 años de antigüedad en el ámbito educativo rural, ella habló sobre el reducido número de alumnos que asisten a la Escuela y precisó: “La cantidad de alumnos es algo que varía un montón, en el año 2018 la Escuela tuvo 2 alumnos. Durante los años 2019 y 2020 tuvo 4 alumnos, y en este 2021 hay 8 alumnos, de los cuales 6 pertenecen a jardín y 2 son del primer ciclo".

Haciendo referencia al trabajo realizado de manera virtual, la docente destacó que: “Lo bueno que tuvo la pandemia es que aprendimos a trabajar con estos niños, a través de mensajitos de whatsapp”.

En este caso, los niños que asisten a la escuela 45 viven entre 2 y 6 kilómetros de distancia de la escuela, casi todos tienen conectividad. Además, durante la época de confinamiento se les llevaba la tarea a la escuela, para que los padres de los alumnos se acercarán a retirarla. Y en otras oportunidades, los padres se acercaban a la casa de la docente a retirar las tareas.

La escuela es sinónimo de libertad, compromiso y respeto.

En tanto a las características de la escuela 45, la docente contó que el predio de la escuela tiene 2 hectáreas y medias, lo que dificulta mantener el cesped corto y se encuentran en la búsqueda de colaboradores para limitar el predio y realizar un cerco.

Sobre el significado de trabajar en una escuela rural ambas maestras manifestaron satisfacción. Pamela expresó: “La escuela es sinónimo de libertad, compromiso y respeto”. Por su parte, Estela indicó: “Para mi, trabajar en una escuela rural es lo  mejor que me pudo pasar, es un antes y un después en mi carrera. En agosto van hacer 20 años que estoy en la escuela 66, es un espacio único para trabajar”.

Por último, Pamela mencionó la existencia de proyectos de vinculación con otras escuelas de la zona: "Reunirse para las fiestas patrias, son fechas en las que niños, niñas y docentes se juntan a celebrar con otras instituciones educativas". Los traslados de los alumnos para poder realizar estas actividades muchas veces dependen de las maestras. “Hay mucha confianza en la escuela rural, eso hace que el docente se entregue de cuerpo y alma”, concluyó  la maestra.

Foto Destacada Alessandro Maradei

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