Debido a la caída de ventas en el mercado interno y externo, el sector vitivinícola reclamó una serie de medidas al Gobierno.

"La cosecha está por terminar y para nosotros fue una bendición. Nos asustamos mucho por la cuarentena porque nos agarró al principio de la cosecha de uvas", dijo Patricia Ortiz, presidenta de Bodegas de Argentina, la cámara que nuclea a más de 250 bodegas de todo el país.

Se tomaron todos los protocolos para la seguridad de los cosecheros, pero los problemas comenzaron a la hora de la comercialización. A esto se le sumó que se demoró el análisis de aptitud de exportación y esto es fundamental para que las bodegas puedan exportar.

Se recolectaron el 93% del total de la vendimia según datos del Instituto Nacional Vitivinícola (INV) con 19,8 millones de quintales acumulados según los últimos datos al 12 de abril.

"Hicieron una declaración jurada para acceder a algunos mercados, pero no para todos los países. Con la cosecha nueva, sin esos certificados, vamos a tener problemas. El INV colabora y están buscando los mecanismos para solucionarlo", detalló Ortiz.

Bajo la medida de aislamiento obligatorio se nota una gran caída en las ventas de bebidas alcohólicas, hay 50 ciudades de 8 provincias que prohibieron la comercialización y esto afectó directamente al consumo interno.

El sector le pidió al Ministerio de Desarrollo Productivo rever la medida de congelamiento de precios que se venció el 20 de abril resuelto por la resolución 100/2020, dando libertad a las bodegas para fijar precios a los vinos embotellados.

Bajo la medida de aislamiento obligatorio se nota una gran caída en las ventas de bebidas alcohólicas, hay 50 ciudades de 8 provincias que prohibieron la comercialización.

"Proponemos que queden congelados los precios de los vinos de mesa, que hacen al 45% del total del vino comercializado en la Argentina, que son los mayoritariamente consumidos por la clase baja y media baja", destacó la cámara