San Pedro, ciudad nacida en el margen derecho del Río Paraná, tiene una larga y fascinante historia, enraizada con los orígenes mismos de nuestra nacionalidad. Algunos datos para aquellos que les guste investigar los dejamos al final de la reseña del Acto por el 117° Aniversario de San Pedro Ciudad.

EL ACTO

El músico sampedrino Daniel Ronzani abrió la ceremonia con la ejecución en saxofón del Himno Nacional Argentino.

El párroco Héctor Molfesa compartió una bendición para todas las familias de San Pedro, expresando su deseo de que todos contribuyan para hacer de San Pedro un mejor lugar para todos.

En representación del Intendente Cecilio Salazar, el Secretario de Gobierno y Seguridad Martín Baraybar recordó la declaración de ciudad en 1907 y destacó el origen relacionado con la instalación de una colonia agrícola en 1748 como el punto fundacional de la comunidad.

Baraybar subrayó que el trabajo fue el pilar de la comunidad desde sus inicios, y que la solidaridad y fortaleza son valores fundamentales que han marcado la historia del pueblo. Además, hizo hincapié en la importancia de rescatar lo que nos une y defender nuestro lugar en el mundo.

Finalmente, reiteró el compromiso del equipo de trabajo del Intendente en enfrentar el momento difícil con firmeza y solidaridad para que las páginas de la historia reflejen su esfuerzo.

El cierre musical estuvo a cargo de Daniel Ronzani y Carolina Márquez.

PINCELADAS DE SU HISTORIA

San Pedro se encuentra a 164 km de Buenos Aires y a 141 km de Rosario, ambas por la Autopista Buenos Aires - Rosario. Ubicada en la margen derecha del Río Paraná junto a la desembocadura del río Arrecifes.

El 25 de julio de 1907 fue promulgada la Ley 3.040 dictada por la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires con la formal declaración de San Pedro como Ciudad y su ingreso como tal en el mapa del territorio bonaerense.

Sin embargo, los orígenes de este pujante pueblo del norte de Buenos Aires se remontan a varios siglos atrás.

En 1637, un documento firmado por Pedro Esteban Dávila, Caballero de la Orden de Santiago, gobernador y capitán general, marca el origen del nombre de Rincón de San Pedro en el pago del río Arrecifes.

Más de un siglo después, mezclando nombres y datos, a estas tierras se las denominaron Rincón de San Pedro Dávila de los Arrecifes a partir de 1748.

El pueblo comenzó a tomar forma cuando, por decisión del presbítero Antonio Goicochea, en 1750 se inicia la construcción del Antiguo Convento Recoleto de Franciscanos, alrededor del cual se comienzan a agrupar los primeros pobladores.

En Buenos Aires, Juan Facundo Quiroga se dedicó a la administración de la estancia que compró en San Pedro. En esa zona viven sus descendientes, varios heredaron su nombre completo de Facundo Quiroga. Durante su estadía fue el único que se atrevió a visitar al expresidente Bernardino Rivadavia en el buque en que llegaba de vuelta, al que no se permitió desembarcar y se envió de regreso al exilio.

Con el nombramiento de San Pedro ciudad quedó sellado con el nuevo escudo institucional, pintado por Jovita de Oliveira Cesar en 1907, el original se puede apreciar en el Museo Histórico Regional Fray José María Bottaro en la calle 9 de Julio 134, pegado al Palacio Municipal, sede del gobierno local.

Un escudo que representó las tres actividades más importantes de esos años: la ganadería, agricultura y el puerto, tres rubros que posicionaron a la ciudad como eje de la provincia en lo productivo.

"El túnel verde", en la localidad de Ingeniero Moneta, es una formación que quedó del trabajo del pionero irlandés, Edward Muhall, quien trajo al país en 1862 desde Mánchester, Inglaterra, las primeras semillas de algodón.

Eduardo Depietri desarrolló en la década de 1930 un ferrocarril de trocha angosta con destino al puerto local para el embarque de granos, en competencia directa con los grandes ferrocarriles de concesión británica que se concentraban en Buenos Aires y lograron imponerse.

Una particular historia se vivió en la estación Santa Lucía, la que sigue a ingeniero Moneta, donde la enfermera y feminista Cecilia Grierson, que nació en el lugar, se las ingeniaba para votar antes de que se sancionara la ley de voto femenino, lo que la presenta como la primera sufragista argentina que pudo cumplir con su vocación cívica por una interpretación de la ley.