Desde el 10 de septiembre del años pasado, la peste porcina africana se radicó en Alemania y sus daños siguen en crecimiento. El virus que ha generado grandes consecuencias en China, entre otros países, se encuentra en propagación en el país europeo y hasta la fecha se han detectado más de 500 jabalíes contagiados del virus.

Con un brote en aumento en el norte de Alemania, especialmente en Brandeburgo y Sajonia, se encontraron múltiples cadáveres de jabalíes infectados de PPA. A su vez, se detectaron 11 casos en áreas que el gobierno alemán dispuso restringir en los distritos de Markisch-Oderland, Oder-Spree y Spree-Neisse.

Actualmente, hay al menos 500 casos confirmados de PPA en sólo dos estados federales de Alemania y se está investigando un caso sospechoso en Potsdam, fuera de las zonas restringidas.

La ministra de Agricultura de Alemania, Julia Klockner, se refirió a la situación y solicitó a los productores el cumplimiento estricto de las medidas impuestas para contener la enfermedad y evitar que la misma contagie también a los cerdos domésticos.

La ministra de Agricultura de Alemania, Julia Klockner, se refirió a la situación y solicitó a los productores el cumplimiento estricto de las medidas impuestas para contener la enfermedad y evitar que la misma contagie también a los cerdos domésticos.

Además de las medidas para evitar la propagación, se desarrollan acciones para contener el brote que incluye la búsqueda de animales contaminados en las áreas contagiadas, caza de jabalíes y la utilización de trampas y sacrificio de los mismos. El objetivo de éstas medidas es evitar el contacto de animales libres de PPA con contagiados y así proteger la producción nacional y reducir al máximo las pérdidas.

No obstante, el gobierno alemán se enfrenta a grandes dificultades para mantener el aislamiento con vallas eléctricas en las zonas de áreas centrales y a lo largo de la frontera entre Alemania y Polonia ya que las cercas han sido destruidas por "daños intencionales".

Con problemas para contener el virus y conociendo la rapidez con la que se propaga, países como China han decidido prohibir, desde el primer contagio en septiembre, las importaciones de carne de cerdo alemana, poniendo en jaque la economía del país y presionando a las autoridades para erradicar la peste en su territorio.

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