Desde el año 1908 todos los 15 de junio se conmemora el “Día del Libro” en nuestro país.

En esa fecha, el Consejo Nacional de Mujeres, entregó los premios correspondientes a un concurso literario y desde ese momento quedó instaurado como un festejo anual, denominado "Feria del libro”. El Decreto N° 1038, del Gobierno Nacional a cargo del Presidente Marcelo T. de Alvear, lo declaró oficial en el año 1924.

En 1941, una resolución impulsada por el Ministerio de Educación, cambió la denominación por “Día del Libro”, la cual se mantiene hasta hoy.

Esta celebración fue creada con varios motivos: combatir el analfabetismo, fomentar la cultura, rendir homenaje universal a los libros y autores, y simplemente alentar a todas las personas a disfrutar del placer de la lectura.

¡Qué maravillosos son los libros! No importa el género, cada uno de nosotros tiene una predilección. Hay tantos de ellos como lectores y todos abren universos distintos para quien lee.

Cuando leemos, sentimos que entramos en otra dimensión, en un mundo repleto de posibilidades en el cual nuestra imaginación juega un papel fundamental tejiendo historias. Y así, nos identificamos con los protagonistas del libro, nos involucramos en sus vivencias que nos alejan de nuestra propia rutina, apoderándose de nosotros. Cada página de un libro nos hace sentir las sensaciones de ese personaje que nos atrapó.  Estamos inmersos en esa realidad imaginativa que forma parte de nuestros sueños y de nuestras esperanzas.

Nos sentamos en nuestro sillón preferido y abrazamos esos capítulos que tanto nos desvelan. Gracias a la tecnología, también podemos leer mientras viajamos, a través de un dispositivo móvil. No hay impedimentos para que, a través de la lectura, podamos adentrarnos a mundos sin descubrir que nos espera con los brazos abiertos.

Antes de ir por nuestro próximo libro, compartimos con nuestros lectores, una frase del escritor argentino Jorge Luis Borges:

“De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo. Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”.