A los desequilibrios de los precios del mercado de la carne bovina registrados en el marco de la emergencia sanitaria por el coronavirus, se suma el conflicto entre frigoríficos y curtiembres, que promete sumar mayores dificultades a la industria cárnica.

Desde hace poco más de una semana, las empresas curtidoras no retiran los cueros y los frigoríficos alertan que, de no reestablecerse el servicio habitual, podrían ver demorada la faena y reflejar así un nuevo aumento en el valor de la carne. Frente a esta situación Carlos Paz, titular del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), intimó a la industria del cuero a normalizar sus tareas ya que, de acuerdo al Decreto 297/2020 sus actividades se encuentran dentro de las consideradas esenciales.

Para los frigoríficos mantener el subproducto en sus instalaciones se traduce también en costos extras.

Ante este escenario, la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA), expresó: “Nos encontramos con un impedimento central que no sólo incrementará los costos de producción, sino que puede provocar en el corto plazo la paralización de esta, con el consecuente desabastecimiento, especulación y aumento de precios”.

En la misma línea, la Cámara Argentina de la Industria Frigorífica (Cadif), emitió un comunicado en el que exponen que las plantas “estuvieron en emergencia operativa y al borde de la paralización” ya que “sin poder usar las cámaras de frío para su conservación (por razones sanitarias) y sin provisión de sal (elemento imprescindible para preservarlo, no disponible en el mercado por el aislamiento), la generación adicional de cueros derivó en un problema operativo grave”.

Todos estamos realizando un gran esfuerzo sin miramientos respecto de los costos que esta emergencia significa, por lo que les solicito quieran tener a bien retomar el flujo normal de retiro de los cueros de los establecimientos de faena.

Para los frigoríficos mantener el subproducto en sus instalaciones se traduce también en costos extras. Para poder mantener los cueros y evitar que se echen a perder, los frigoríficos deben poner a parte del personal a salarlos, con la dificultad que conlleva conseguir la sal durante el aislamiento; o enterrarlos en una fosa sanitaria, poniendo en riesgo la inocuidad de los establecimientos.

En este sentido Paz reclamó a los empresarios: "Todos estamos realizando un gran esfuerzo sin miramientos respecto de los costos que esta emergencia significa, por lo que les solicito quieran tener a bien retomar el flujo normal de retiro de los cueros de los establecimientos de faena, ya que como organismo de control, este Servicio Nacional debe velar porque se cumplan las actividades consideradas esenciales y se garantice la sanidad e inocuidad de nuestros alimentos”. Además el presidente del Senasa advirtió: “De no ser así, se tomarán las medidas correspondientes para hacer retornar a los canales normales a quienes no asuman su rol de responsabilidad en tan delicada emergencia"