Sin festivales estamos complicados
Los efectos colaterales serán muy graves en las distintas ciudades turísticas.
Por Christian Fasani | 16-12-2020 05:00hs
Hace pocos meses atrás teníamos esperanzas de que algunos festivales nacionales pudieran realzarse en un marco de cuidados por la COVID-19, pero la triste noticia de la suspensión del Festival de Cosquín dio por tierra todas las esperanzas.
Como ya hemos informado en El Agrario no se realizarán: el Festival de Nacional de Doma y Folklore de Jesús María, el Festival de Peñas de Villa María, el Encuentro de Colectividades de Alta Gracia, ni el Festival de Cosquín. Anteriormente se habían suspendido la Fiesta Nacional de Cerveza en Villa General Belgrano y se espera el anuncio de la Fiesta de la Avicultura en Santa María de Punilla.
Los efectos colaterales serán muy graves en las distintas ciudades turísticas
Jesús María
La comisión del festival tendrá que afrontar un gasto fijo de 8 millones de pesos directamente vinculados a la manteción del campo de doma, el costo laboral de sus empleados y la carga impositiva y tributaria. A esto hay que sumarle la ausencia de hotelerías, transporte, venta de combustibles y muchos empleos temporales que genera tanto movimiento de gente.
A lo largo de las 55 ediciones anteriores, casi no hay antecedentes de años sin ganancias.
Paralelamente, las escuelas socias y dueñas de la fiesta tendrán que estirar las ganancias que recibieron este año, por un total de 9,3 millones de pesos, y hacerlas durar hasta fines de 2021. A lo largo de las 55 ediciones anteriores, casi no hay antecedentes de años sin ganancias y mucho menos de una suspensión total de las noches festivaleras.
La municipalidad de Jesús María informó que se perdió de ganar aproximadamente 20 millones de pesos en la venta de espacios callejeros donde se realiza la tradicional feria de artesanos y comerciantes en los alrededores del predio. A los lugareños les cuesta pensarse sin esa fuente de ingresos generosa que se venía repitiendo desde hace tanto.
Villa María (Festival de Peñas)
Villa María sentirá notablemente la cancelación del Festival De Peñas ya que para esos días, se alquilan en su totalidad los hoteles de la ciudad y zona aledañas con diez días de anticipación. Son más de 1500 plazas y aproximadamente 450 casas que no estarán ocupadas por el turismo en el próximo año.
El impacto económico lo sentirán puntualmente los más de 65 stands comerciales, patios de comidas, carpas de emprendedores y artesanos distribuidos a lo largo de 1 kilómetros sobre la avenida principal. Durante la edición del año 2020, más de 500 mil personas realizaron este recorrido comiendo, comprando y disfrutando de patios musicales.
Realmente son muchos los millones de pesos que el año próximo no circularán por las calles de Villa María, muchas empresas sociales que no podrán contar con ese ingreso.
Cosquín
La cancelación del mayor espectáculo de folclore cayó como un balde de agua fría entre los locales que esperan todo el año por esas nueve noches y sus respectivos días, cuando los camiones van y vienen, repletos de ingredientes para los locros y las empanadas. Gran parte de los coscoínos trabaja casi 24 horas al día durante la fecha del festival e incluso tiempo antes cuando reciben a las delegaciones que participan del Pre Cosquín.
Los comerciantes aseguran que muchos gastronómicos se unieron frente a la dificultad que trajo la pandemia y que algunos ya están pensando en cerrar en marzo cuando pase la temporada que avizoran muy floja.
Ivan Villaba, propietario de dos importantes restaurantes en la ciudad de Cosquín, declaró muy enojado: “Cosquin sin Festival no tiene vida”, entendiendo perfectamente que el motivo de la suspensión del mismo es pura y exclusivamente por culpa de la pandemia, pero el hecho de que la ciudad no tenga vida turística es culpa del Gobierno. "En mi caso quizás cierre uno de los dos negocios porque no los puedo mantener. Fueron ocho meses sin turismo y sin movimiento”, sostuvo Villaba.