Los sindicatos que representan a trabajadores de aserraderos y de la industria forestal mantuvieron una reunión con autoridades del Ministerio de Trabajo y del Instituto Forestal de la provincia de Misiones a los efectos de transmitir su preocupación ante la posibilidad de que se ponga en práctica las suspensiones de personal.

En tal sentido, el sector industrial, representado por la Asociación Madereros Aserraderos y Afines del Alto Paraná (AMAYADAP) y por la Asociación de Productores Industriales y Comerciantes Forestales de Misiones y Norte de Corrientes (APICOFOM), hicieron una advertencia al afirmar que se puede originar una crisis por causa de que las pasteras ya no reciben cargas de chips, luego de que el Instituto Forestal fijara un aumento de más de 60% de la materia prima.

Atentos a la imposibilidad de venderle a las pasteras, los empresarios afirman que deberían reducir costos, ya sea, suspendiendo o despidiendo a trabajadores. De acuerdo a información emanada del Ministerio de Trabajo provincial, cuya cartera está a cargo de la ministra Silvana Giménez, “los representantes sindicales manifestaron en la reunión que el sector industrial desconoce el precio oficial que se había fijado, y por tal motivo amenazaron con suspender a trabajadores. Debido a esta situación, rápidamente los sindicatos madereros se movilizaron y buscaron soluciones”.

El Instituto Forestal estableció un valor mínimo de 1.600 pesos, en tanto que el chip oscila entre 1.800 y 2.000 pesos, lo que representa un incremento superior al 60%, ya que la tonelada de raleo puesto en planta se cobraba entre 900 y 1.000 pesos hasta hace un mes.

Las principales pasteras, como Alto Paraná y Papel Misionero, son las que adquieren estos subproductos forestales pero ya no realizan compras como una manera de mostrar rechazo por los nuevos valores. En este contexto, solicitaron la apertura de una nueva negociación e hicieron una contraoferta: llevar la tonelada de raleo a 1.300 pesos, lo que significaría un 30% de aumento. Del otro lado, Hugo Escalada, titular del Instituto Forestal respondió que “la discusión está cerrada”.

Con este escenario, más de un centenar de industrias y aserraderos tienen sus predios repletos de chips que no pueden vender ni asignarles destino alguno. Este material, al estar estacionado, pierde el valor con el correr del tiempo, y se convierte en un factor de riesgo continuo de incendio, en estos momentos de sequía y altas temperaturas.

En esta contienda, los perjudicados son los productores que se quedarán sin compradores, ya que por el lado del Instituto Forestal, aducen que tiene datos técnicos para defender el precio, y las industrias sostienen que es imposible pagar 1.600 pesos la tonelada porque se incrementa toda la matriz de costos y perderán competitividad y clientes.

Los gremios pidieron que se garantice la continuidad laboral de los trabajadores, más allá de la discusión por los valores de la materia prima. En tanto que el diputado y dirigente maderero Avelino González, opinó que “el costo del chip tiene una incidencia muy pequeña en la matriz de costos de las grandes industrias” y que “más allá de la discusión por el precio, hay que proteger las fuentes de trabajo”.

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