El directorio del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) puso en marcha un mecanismo para garantizar la distribución y el equilibrio en las futuras plantaciones de yerba mate. Con esta medida, cada productor que inscripto en el Registro de Operadores podrá incorporar un máximo cinco hectáreas de nuevas plantaciones por año.

Con el objetivo "afianzar la sustentabilidad de la actividad yerbatera", la resolución 170/20121 publicada ayer en el Boletín Oficial está dirigida tanto a pequeños como a grandes productores. Entre sus definiciones, determina también que se podrá implantar anualmente hasta el 2% de la superficie de yerba mate declarada ante el INYM y que la reposición de plantas secas o muertas de un lote ya declarado no alterará la densidad original de la plantación.

Sobre la nueva norma Juan José Szychowski, presidente del INYM, sostuvo que es una forma de garantizar "el abastecimiento al mercado interno y las exportaciones". Además agregó que con la medida buscan que el potencial productivo del cultivo se distribuya: "Lo que estamos tratando es que todos planten sin importar el poder económico que tengan, que sea una plantación racional y todos tengan las mismas posibilidades".

Szychowski informó que actualmente existen alrededor de 7.000 pequeños productores que viven de la chacra, son aquellos que tienen menos de 10 hectáreas y producen menos de 60 mil kilos de hoja verde. “Lo que nosotros queremos es que sigan viviendo de la chacra y teniendo un ingreso digno por la yerba mate”, afirmó.

Según el titular del organismo el riesgo que se presenta actualmente es que hay grandes empresas que quieren plantar miles de hectáreas de yerba y podrían terminar desarraigando a los pequeños productores de sus chacras. “Hay empresas que no tienen nada que ver con la yerba mate, que vienen a incursionar en el negocio y por eso debemos tener un poco de cuidado."

Frente a este escenario, Szychowski asegura que velarán por toda la cadena de valor pero especialmente por los actores más chicos. "La yerba hoy es un buen negocio y lo ven así, por eso debe ser que se quieren instalar, para desplazar a cientos de pequeños productores. Cuando la yerba no valga nada o poco,  o esté muy concentrada la actividad, ellos se van a poder retirar dejándonos con muchísima necesidad .  Eso es lo que debemos cuidar que no suceda, con medidas desde el INYM para proteger a los productores", cerró el titular del INYM.

La Cámara de Molineros, en contra de la medida

Luego de conocerse la medida del INYM, la Cámara de Molineros de Yerba Mate Zona Productora (CMYMZP), expresó a través de un comunicado su malestar ante la normativa que limita la incorporación de plantaciones de manera anual. Según lo expresado, la resolución no tuvo "consulta previa ni debate en el seno del directorio".

La "aprobación intempestiva" de la resolución se basa en "conclusiones irracionales y sin haber permitido al sector industrial verificar la veracidad de la información utilizada como base para la determinación en cuestión”, expresaron en el documento los integrantes de la CMYMZP.

Al respecto Szychowski, replicó que "no se entiende la posición de la Cámara de Molineros, porque el representante del sector en 2017 firmó la resolución que prohibía las plantaciones de yerba mate, que no plante ni el grande ni el chico yerba mate. Es decir que, con lo firmado por el representante de la Cámara de Molineros en 2017, no se hubiera plantado una sola planta de yerba mate hasta 2019". En una entrevista con la FM 89.3, de Santa María de las Misiones, sobre la iniciativa publicada ayer en el Boletín Oficial, aclaró: "Nuestra medida es mucho más amplia, flexible, social y permite que todos puedan seguir plantando, puedan seguir trabajando. Entonces, cuando se tiene una posición un día y al siguiente otra posición diferente la verdad que no se sabe bien qué están pensando. Lo que puedo inferir que en 2017 o 2018, la hoja de yerba no valía nada y era lo mismo si se plantaba o no, por eso prohibían plantar. Ahora que la hoja tiene un buen valor razonable parecería que este sector quiere plantar”.

Para defender al pequeño productor, hay que controlar

Cristian Klingbeil, secretario de la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (APAM), en consonancia con el INYM señaló que “esta situación no es nueva, de hecho, el tema de la regulación, data de la época del Yerbatazo”. Cabe recordar que esa protesta se realizó en 2017 en la Plaza de Mayo, donde peones y productores distribuyeron de forma gratuita 30.000 paquetes de yerba mate, de 150 gramos cada uno, y 5.000 de té, y materias primas asoladas por una profunda crisis.

"Cuando falta yerba aparecen inversores tanto locales como de otros lugares para plantar muchas hectáreas de yerbales, con grandes productores a los que les cierran los números, con altos rendimientos, traen la mejor genética, paquetes tecnológicos e innovadores, incluyendo los agroquímicos al contrario del pequeño productor, aquel que tiene menos de 15 hectáreas", describe Klingbeil.

El referente de APAM ve con mucho temor que se lleve a cabo una superproducción y haya yerba de sobra y deje fuera del circuito al pequeño productor. Más de 6000 familias dependen de estas plantaciones, por lo que remarca que “es indispensable cuidar al pequeño productor que cosechó yerba, y aún cuando no valía nada y en esas condiciones, al país no le faltó yerba y cuando estamos pasando por un veranito, no podemos permitir que se lleve el beneficio el que no tuvo nada que ver o no estuvo en las malas”, remarcó.

Klingbeil agregó que hay empresas de otros países que impulsan distintas producciones a gran escala en Misiones, “y también quieren plantar miles de hectáreas de yerba. Protejamos al inversor argentino primero, y después veamos lo de afuera”.  Coincide con el INYM en cuanto a que el pequeño productor tiene que mejorar su productividad “y desde el organismo se está trabajando para que aumenten sus rendimientos.

"El excedente de yerba sería catastrófico para miles de pequeños productores y para los obreros porque las nuevas plantaciones que se están haciendo son para cosecha mecanizada, desplazando totalmente la mano de obra que tenemos ahora en los yerbales”, profundizó Klingbeil.

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