Tamberos cambian el modelo tradicional para producir leche orgánica
Tras invertir US$16,5 millones en 17 establecimientos del país, una multinacional busca lanzar al mercado leche orgánica y leche A2 de fácil digestión.
Por Natalia Marchesi | 25-06-2021 06:00hs
Desde hace 19 años, Guillermo Saracco es dueño de San Antonio, un tambo ubicado en Luján cuya actividad comenzó vendiendo su producción a una fábrica de muzzarella. Sin embargo, en el 2018 cambió su manera de producir, aceptando una propuesta de la alimenticia Nestlé para elaborar leche con certificación orgánica.
La empresa comenzó este proyecto luego de analizar la demanda de sus consumidoresquienes buscaban un producto orgánico del cual se supiera su proceso de producción, que respete el bienestar animal en su fabricación y cuide del suelo y su respectiva regeneración. Para cumplir con ese requerimiento, puso en marcha esta iniciativa buscando proveedores que estuvieran conformes con este cambio productivo en la actividad tambera y realizó una inversión de alrededor de US$11 millones.
En este contexto el gerente de Servicios Agropecuarios de Nestlé, Leopoldo Cortece, comentó que se generó un cambio de paradigma muy distinto al de un productor convencional en donde priman la eficiencia y la productividad, ya que en un sistema orgánico se agregan otras variables de gestión.
Las diferencias que surgen con respecto al sistema tradicional son que, por ejemplo, los animales se arrean de a pie hasta la sala de ordeñe. Por otro lado, el descarte de la leche por enfermedades es el doble que en un tambo tradicional y se llevan registros exhaustivos de los tratamientos que se realizan. Por último, la leche orgánica tiene mayores costos en su producción, por lo que su valor es mayor.
De esta manera, al día de hoy la compañía cuenta con 17 tambosubicados en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos en proceso de conversión y realizó una inversión total de US$16,5 millones en pos de lanzar al mercado la leche orgánica y la leche A2 de fácil digestión.
Según la experiencia del establecimiento San Antonio, la reconversión comenzó cuando sus dueños se reunieron con técnicos en la materia, convinieron un contrato y se instruyeron a través del manual de Organización Internacional Agropecuaria (OIA), a cargo de la certificación.
Así, su manera de trabajar comenzó a modificarse, reemplazando sus maíces transgénicos por cereales orgánicos, y dejando de usar agroquímicos. La empresa alimenticia, por su parte, los ayudó a sortear las dificultades que encontraron en el camino, hasta que el 19 de mayo pasado consiguieron la certificación final como tambo orgánico certificado.
Leche A2
Este nuevo producto surge luego de que se identificara que la Beta Caseína A2 no produce inflamación e incomodidad intestinal en las personas al consumirla, logrando una digestión más fácil.
Para desarrollarla, primero se buscaron animales que tuvieran esa proteína y se les extrajeron muestras genéticas de la oreja para enviarlas a un laboratorio de Irlanda en pos de identificar los genéticamente A2. Así, un 62% de las muestras resultaron A2.
Al día de hoy, la empresa posee alrededor de 15.000 vacas en producción validadas como A2 en siete tambos, de los cuales algunos fueron segmentados en dos con leche A1 y de leche A2.
De cara a un mercado en expansión, la compañía lleva invertido hasta el momento unos US$5.700.000 en leche A2, cuya capacidad de producción es de unas 5500 toneladas, mientras que de leche orgánica, unas 3500 toneladas anuales.
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