Hace algunas semanas atrás 8 trabajadores rurales, entre ellos una mujer con su bebé, se encontraban en una situación de abandono en la provincia de Río Negro y sin poder regresar a sus hogares ya que, luego de haber participado en la cosecha de la fruta, no contaban con los medios para efectuar el traslado.

Atentos a los reclamos del capataz y reclutador, Diego de la Cruz, y a la situación que atravesaban en medio de la emergencia sanitaria, la Delegación Regional Río Negro-Neuquén de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), a cargo de José Liguen, resolvió activar el protocolo de COVID-19. Con el objetivo de un descartar un posible caso, los trabajadores provenientes de la provincia de Misiones se sometieron a los controles de rutina. Frente a la presencia de síntomas, uno de ellos fue hospitalizado, mientras que los demás compañeros fueron trasladados al polideportivo de la localidad de Cinco Saltos, un espacio acondicionado y preparado para los casos de aislamiento.

Finalmente, el pasado 11 de junio el hisopado del compañero enfermo arrojó resultado negativo, por lo cual se puso en marcha el operativo para el traslado de los trabajadores. El primer tramo fue hacia la provincia de Buenos Aires donde luego hicieron conexión con el micro que los regresó, sanos y salvos, a su lugar de origen. El costo de ese último tramo fue aportado por la Casa Provincial de Misiones.

Gracias a la articulación y acción conjunta de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas, la UATRE, el Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empeadores (Rentare), el Comité Ejecutivo de la Lucha Contra la Trata y Explotación de Personas a través de su director, Gustavo Vera, y el Programa de Rescate de la provincia de Río Negro, fue posible lograr el esperado regreso de los trabajadores a sus hogares.

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