'Trabajamos para generar un clima de competitividad dentro de las actividades productivas'
El Agrario conversó en exclusiva con Carlos Banacloy, ministro de Producción y Agroindustria de Río Negro, sobre diversos temas concernientes a su gestión: el potencial de la provincia en materia productiva, las fortalezas y características que la hacen próspera y también, sus desafíos.
Por Camila Correa | 24-07-2021 10:30hs
La provincia de Río Negro cuenta con condiciones agroecológicas excepcionales para el desarrollo de los cultivos, condiciones de sanidad animal e inocuidad y calidad agroalimentaria que le otorgan un diferencial tanto a nivel nacional como internacional: zona libre de aftosa sin vacunación, zona libre de mosca de los frutos y la mayor productora de fruta orgánica del país, entre otras características.
Con una mirada estratégica y más de 70.000 puestos de trabajo de forma directa o indirecta en las cadenas de producción de la provincia, el gobierno de Arabela Carreras trabaja y fortalece las actividades productivas generadoras de empleo, de arraigo y de calidad. En una entrevista con El Agrario, Carlos Banacloy, ministro de Producción y Agroindustria de la provincia, dejó en claro las premisas de un sector productivo fortalecido a partir del contexto de pandemia. Destacó la cadena de producción alimenticia, con variedad de alimentos sanos, inocuos y de calidad como eje de la cartera que comanda. También explicó la necesidad de reactivar las exportaciones y el turismo con estrategias que acompañen a todo el sector productivo.
-¿Cuáles son los principales ejes de trabajo de la cartera?
-El Ministerio de Producción tiene una cartera muy importante de áreas productivas, regiones productivas en una geografía y en una provincia muy extensa, con una diversificación en su matriz productiva amplia. Esto la hace muy rica y muy débil a la vez, porque requiere una infraestructura importante con un sistema dentro de los recursos del Estado, para poder acompañar a todos los sistemas productivos de manera eficiente.
Río Negro, es una provincia que tiene 66 años, es una provincia joven, nueva. La Patagonia es incipiente en materia productiva, pero los principales ejes de desarrollo de nuestra provincia pasan por la producción y eso se da porque fuimos bendecidos de alguna manera por la geografía, el clima y el lugar, la luminosidad y el agua.
Nuestro ministerio cubre las actividades principalmente, hortícola, frutícola, ganadera, agrícola, la pesca, la acupuntura, los recursos forestales, todos con su diversificación productiva y sus procesos industriales.
-¿Cómo se encuentra el sector productivo, en un contexto atravesado por esta pandemia ?
El sector productivo se encuentra fortalecido a partir de la pandemia, nos puso en una realidad y en una situación muy distinta a la que veníamos acostumbrados. El Decreto de Necesidad y Urgencia en el inicio cero de nuestra cuarentena puso a la producción de alimentos en un lugar que en los últimos años venía corrido de eje. La valorización de los productos primarios, la valorización de esos procesos y el entender que tener productos y productores de cercanía nos da una fortaleza muy grande.
En un contexto poco habitual, como lo es la pandemia que estamos atravesando, reconocimos que lo más importante que tenemos por sobre todas las cosas, es la alimentación. Gran parte de la alimentación en muchos procesos está subestimada. Es importante saber que atrás de cada uno de nuestros productos, un desayuno, almuerzo, una cena, hay cientos de productores y un entramado social muy grande que contiene el sistema productivo.
-La provincia acordó con el Gobierno nacional, un financiamiento para fortalecer la comercialización de pequeños y medianos productores. ¿Qué nos puede decir de esto?
Hoy, la mirada está puesta en la alimentación. La comercialización de pequeños productores con un rol preponderante del Estado como principal comprador de frutas, hortalizas, verduras, miel y frutos secos representa un cambio radical.
La Gobernadora fue muy clara en el inicio de nuestra gestión, había que fortalecer a los sectores más vulnerables con una alimentación mucho más sana. Comenzamos a trabajar rápidamente junto a la Federación de Productores, para buscar un canal de comercialización. Lo primero que hicimos fue a través del Ministerio de Educación, donde gran parte de los jóvenes hacían jornadas extendidas y recibían su comida adentro del establecimiento educativo. Sabíamos que no era el único lugar donde podíamos empezar a insertar la fruta para mejorar la calidad alimentaria de los jóvenes, sino también que sabíamos que esos chicos funcionarían como canales de comunicación e información para sus familias.
Con la pandemia esa comida se transformó en un módulo alimentario para suplementación de la familias; familias que en muchos casos tenían previamente a esos chicos en un colegio y que no podían asimilar el gasto de un comensal más. A medida que vayamos volviendo a la normalidad, la lógica va ser acompañar a todos los sectores para que vayan transformando sus hábitos alimenticios y tengamos mayor incorporación dentro de los hábitos de consumo de productos saludables.
Hoy la Federación de Productores que ha consolidado la comercialización a través del Gobierno provincial, está extendiendo las fronteras, está buscando nuevos mercados, nuevas provincias y nuevos consumidores de frutas y verduras. Hay que entender que 1 de cada 3 argentinos no come frutas y verduras en el día. El gran desafío es ir modificando esos hábitos de consumo de la mano de los sectores que actualmente hoy tienen dificultades de comercializar sus productos.
Posterior a esta pandemia va venir un mundo distinto en cuanto a los hábitos alimentarios. La gente tomó conciencia de que la salud personal es clave a la hora de enfrentar cualquier adversidad. Y que tenemos que estar con todos los productos disponibles para estos cambios de hábitos.
-¿Cómo se trabaja en la reactivación de la producción?
La reactivación de la producción no es una palabra que nuestro ministerio pueda asimilar porque nunca nos detuvimos. En algún caso, las actividades se vieron con alguna complejidad a partir de protocolos muy exigentes para poder sostenerlas, pero afortunadamente no tuvimos que lamentar víctimas.
La misma situación se dio con las exportaciones, ya que no podíamos perder competitividad. El contexto de macroeconómico, que no es favorable a las producciones en algunos casos, pensando en la inflación y en la distorsión entre la paridad cambiaria o tipos de cambio, el estancamiento del tipo de cambio versus la inflación, no genera momentos propicios para la exportación, con lo cual hay que ser muy ingenioso y en eso el Gobierno provincial ha tenido una estrategia que es la de acompañar a todo el sector productivo, con financiamiento acordes, con financiamientos competitivos. Permanentemente trabajamos para generar un clima de competitividad dentro de las actividades productivas para que no se pierdan mercados.
Sí tenemos que lograr mayor inserción en el turismo, una actividad que quedó completamente detenida. Es un sector que se está reactivando y en esa reactivación, la gastronomía es un motor de tracción muy fuerte para los productos alimenticios de la provincia de Río Negro. No podemos dejar de estar presentes en ese eslabón.
Permanentemente trabajamos para generar un clima de competitividad dentro de las actividades productivas para que no se pierdan mercados.
Con alrededor de 70. 000 puestos de trabajo directa e indirectamente, la actividad productiva es nuestra motorización de trabajo más importante en contención social, en contención laboral y principalmente en el derrame que genera, ya que las economías regionales, siempre multiplican sus ingresos por exportación o comercialización. Todo el valor agregado que se genera alrededor de nuestros productos es un difusor y un disparador dentro del territorio para que esa economía sea el sostén de un paraje, de una ciudad o de nuestra propia provincia.
Tenemos que ir buscando esa asociación de manera mucho más sostenible, saber que los entramados sociales dependen pura y exclusivamente de los generadores de trabajo.
Nuestra economía tiene que tender a ser cada vez más circular, con una mirada de futuro. Por supuesto atendiendo la coyuntura, que en un país como el nuestro estamos acostumbrados a vivir en coyuntura, pero más allá de eso y de una gestión, tenemos que tener una mirada de mediano plazo. Uno puede estar en la gestión durante 4 años, pero 4 años para un proceso productivo es prácticamente nada. Cualquier cultivo perenne lleva 4, 5 o hasta 6 años para estar a plena producción, con lo cual depende de mucho más de la mirada de una gestión.
Requiere una mirada de mediano plazo, el Gobierno provincial es un gobierno de continuidad que nos permite trabajar esas políticas públicas. Hoy nuestro objetivo es ir buscando esa sustentabilidad para las economías productivas, para que formen parte de la sociedad.
-¿Cómo es el trabajo de la cadena de producción de la provincia?
Las cadenas de producción tienen entramados muy grandes. Cuando uno mira la actividad está dejando de lado la motorización que generan en las actividades secundarias. Y esto pensando en la meca mecánica, combustibles, fertilizantes, inclusive todo el movimiento alimentos que se generan a través de nuestras actividades económicas.
Foto destacada: Gobierno de Río Negro
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