Testimonio de maestras rurales

Trabajo infantil: un flagelo a desterrar

En el Día mundial contra el trabajo infantil, El Agrario dialogó con maestras rurales de distintas provincias, quienes nos brindaron testimonio sobre la situación que atraviesan niños del ámbito rural que dejan de asistir a la escuela y comienzan a trabajar a temprana edad.

Por Camila Correa | 12-06-2020 02:30hs

En la Argentina de principios del siglo XX, como casi en todo el mundo, el trabajo infantil era relativamente común. Además de ser habitual, el trabajo de los niños era considerado algo natural, una etapa más en el desarrollo del individuo.

Mucha agua ha corrido bajo el puente y, si bien el trabajo infantil disminuyó en relación a ese tiempo, culturalmente se mantuvo y se mantiene aún hoy, en zonas rurales y semi rurales. En el Día mundial contra el trabajo infantil, El Agrario dialogó con maestras rurales de distintas provincias, quienes nos brindaron testimonio sobre la situación que atraviesan niños del ámbito rural que dejan de asistir a la escuela y comienzan a trabajar a temprana edad.

Gabriela Villalba, es directora de la Escuela N|°282 Francisco Javier Carruega del Paraje Rincón del Yaguarí, Departamento de  Mercedes, Corrientes, y nos manifestó: "He visto cuando los niños acompañan a sus papás o algún familiar a realizar trabajos, muchas veces expresan que les gusta el trabajo y prefieren ser peón de campo, antes que ir a la escuela", contó la docente.

"Además, a veces les dan algo de dinero y lamentablemente les va gustando el trabajo, antes que la escuela", indicó la maestra que asimismo, ratificó que desde la institución y como docente: "luchamos para que los alumnos  terminen la escuela primaria y lamentablemente se quedan ahí, sin continuar la escuela secundaria". "El entorno es lo que determina el futuro de los varones más que nada", enfatizó Villalba.

Los niños no deberían trabajar en el campo sino en sus sueños.

En relación a esto, el secretario general de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), Ramón Ayala, reafirmó su compromiso en la lucha contra esta degradación de la niñez convencido, como lo afirma la OIT, que: "Los niños no deberían trabajar en el campo sino en sus sueños".

Un niño que trabaja es un asiento vacío en la escuela, es un adolescente frustrado, es un adulto sin educación ni posibilidades de acceder a un trabajo digno.

Además, el dirigente rural expresó: "Un niño que trabaja es un asiento vacío en la escuela, es un adolescente frustrado, es un adulto sin educación ni posibilidades de acceder a un trabajo digno”.

Por otro lado, en la provincia de Santiago del Estero; Karina Caceres directora de la Escuela N° 120 Juana Elena Madelaine del paraje Coro Pampa, expresó su preocupación por la realidad que se vive en alumnos de grados superiores: "Los más grandes son los que más tienen que ayudar en sus casas y por este motivo no asisten a la escuela". Y entre las tareas que realizan indicó: "En las zonas rurales, los niños  tienen que ocuparse de ayudar a los papas a buscar agua, leña, cuidar de los animales, hacer mandados a kilómetros de donde ellos viven, como así también, tareas domésticas como el cuidado de los hermanitos menores, cuando los papás tienen que salir por algún motivo".

Los niños deberían tener como única responsabilidad, ir a la escuela y prepararse para la vida, llegando a los niveles más alto dentro de sus posibilidades.

Este tipo de responsabilidades en los niños del ámbito rural afecta en el desarrollo y hace que los niños dejen de asistir a la escuela, "son los mismos papas, quienes les asignan esas tareas", indicó la maestra y en esta misma linea manifestó: "Los niños deberían tener como única responsabilidad, ir a la escuela y prepararse para la vida, llegando a los niveles más alto dentro de sus posibilidades".

Por último, la maestra enfatizó sobre la responsabilidad de los padres en priorizar la concurrencia de los niños a la escuela: "Entiendo las necesidades y organizaciones familiares en el ámbito rural, pero desde mi lugar, como docente intento que los padres tomen conciencia y que puedan apoyar a los chicos a concurrir a la escuela. Ellos están preparando los cimientos para la vida futura", concluyó la maestra.

 

Colaboró con esta nota, la Dra. Bibiana Ruibal, coordinadora del Programa de Ayuda Escolar Rural (PACER)

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