Trump en campaña se juega sus últimas fichas en política exterior
El presidente estadounidense levanta el tono de su política exterior de cara a las elecciones del 3 de noviembre con nuevas embestidas contra China, Cuba y Venezuela. ¿Habrá más escaladas hasta las elecciones?
Por Ignacio Lautaro Pirotta | 26-09-2020 12:03hs
En el plano internacional, la semana estuvo marcada por la realización de la 75° Asamblea General de las Naciones Unidas y, especialmente, por la dura retórica del presidente estadounidense contra China. “El mundo enfrenta a un enemigo invisible: el virus chino” y “las Naciones Unidas deben sancionar a China” por su responsabilidad por el origen de la pandemia, fueron algunas de las frases más resonantes.
La embestida era esperable, en parte porque no se aparta del libreto de Trump en los últimos meses, y en parte porque es notorio que, en proximidad de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, el mandatario ha elevado el tono de su política exterior, acentuando la confrontación no sólo con China, sino también con Venezuela y Cuba. Como habíamos comentado en la columna de análisis internacional del 15 de julio pasado, era de esperar que la embestida contra el país asiático se incremente en función de la campaña electoral y la búsqueda de un enemigo externo que sirva también para exculparse de las más de 200 mil muertes por Covid en Estados Unidos. Aunque, cabe aclarar, que esto no significa que las tensiones entre China y Estados Unidos se limiten a la administración Trump, ya que ambas potencias se encuentran en una disputa por la hegemonía mundial tanto económica como tecnológica.
La política de Trump, no obstante, es diferente de la que se podría esperar de un hipotético gobierno del demócrata Joe Biden. La crítica a la globalización, por un lado, y a los organismos multilaterales para la resolución de conflictos, por otro, son la principal marca de la política exterior del actual mandatario. Su duro discurso contra China sucedió precisamente en la máxima instancia deliberativa de las Naciones Unidas, organización creada luego de la Segunda Guerra Mundial y con el espíritu de cooperación para, entre otras cosas, evitar una Tercera Guerra Mundial.
La política exterior de Trump en clave de campaña tiene otra gran agenda además de la confrontación con China que es la política hacia la región, y en especial contra Cuba y Venezuela, de cara a captar parte del heterogéneo voto latino. Si bien, mayoritariamente, esta minoría se vuelca hacia el Partido Demócrata (Biden), la estrategia de Trump apunta a determinados segmentos, con la intención de ganar en el decisivo estado de Florida. Allí, se destacan los inmigrantes cubanos y venezolanos, críticos de los regímenes de sus países de origen. De acuerdo al promedio de encuestas realizado por el sitio FiveThirtyEight, si las elecciones fuesen hoy, Trump perdería Florida. Ese estado aporta 29 de los 538 electores en el Colegio Electoral, y como en todos los estados (a excepción de Maine y Nebraska), quien gana a nivel estatal se lleva todos los votos. El sistema de voto indirecto, a través del Colegio Electoral, es la causa de que Trump haya sido electo a pesar de obtener más de dos millones de votos menos que Hillary Clinton, en 2016. El voto latino también será determinante en otros estados en donde la disputa esta pareja, de acuerdo a los sondeos de intención de voto, como Arizona y Texas (sudoeste) y Georgia (sudeste).
En el continente americano, la estrategia de levantar el perfil de la política exterior de cara a las elecciones se constató en una serie de hechos en las últimas semanas:
1) la elección de Mauricio Claver Carone al frente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Como comentamos anteriormente, la imposición de un presidente estadounidense por primera vez en la historia, rompiendo la tradición de presidentes latinoamericanos del BID, que encima tiene posiciones muy duras contra Cuba y Venezuela, nacido en Florida y descendiente de cubanos, tiene, además del propósito de incrementar su poder en la región para contrarrestar la influencia china, un propósito electoral orientado a los votantes latinos.
2) El endurecimiento de sanciones contra Cuba, que se suman a sanciones impuestas contra Venezuela hace algunas semanas. Este miércoles, Trump anunció medidas contra el turismo, la importación de alcohol y tabaco de origen cubano y la realización de eventos en la isla. De acuerdo a la Pew Research Center, en Florida hay 3.143.000 votantes latinos (20,5% del padrón), siendo aún hoy los cubanos uno de los principales grupos.
3) La gira de Mike Pompeo, Secretario de Estado, por América Latina, que incluyó su presencia en el estado brasileño de Roraima, en la frontera con Venezuela. Allí, Pompeo dio un duro discurso contra el régimen de Nicolás Maduro, causando malestar entre miembros del Congreso brasileño, entre ellos Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados, por utilizar el territorio brasileño para criticar a un tercer país. El canciller Ernesto Araújo, quien compartió el acto con Pompeo, tuvo que salir a negar que el discurso del funcionario estadounidense haya servido como plataforma electoral de Trump.
Además, paradójicamente el discurso antiinmigración de Donald Trump cala en parte del electorado latino. Como señala el politólogo argentino, Santiago Rodríguez Rey, en un reciente artículo en Nueva Sociedad, existen diferencias entre los latinos de primera y segunda generación en Estados Unidos, y los nuevos inmigrantes. Entre los primeros se encuentran mayores adhesiones al discurso de Trump, en tanto existe temor a la pérdida de estatus en manos de los nuevos inmigrantes, de allí que un tercio de los latinos apoyasen la construcción del polémico muro en la frontera con México.
Este jueves, luego de anunciar las nuevas medidas contra Cuba, Trump realizó un importante acto de campaña en Jacksonville, Florida. “El Partido Demócrata ha sido capturado por socialistas, marxistas, y extremistas de izquierda. Ellos abrazan las políticas de la Cuba comunista y del socialismo venezolano. Ellos quieren terminar con el sueño americano para los hispanoamericanos. ¡Nosotros amamos a los hispanoamericanos!”, sostuvo ante una multitud, entre la que se encontraban miembros del movimiento Latinos por Trump.
A poco más de un mes para las elecciones, el interrogante del momento es si la subida de tono de la política exterior ha llegado a su punto máximo en la Asamblea General de las Naciones Unidas -lo más probable-, o si aún restan hasta noviembre nuevas escaladas de la política exterior de Trump.